Ilustradores geniales (VI). En pos de la belleza. N. C. Wyeth y Zdeněk Burian: ilustrando la aventura

               El hombre de confianza del Rey. Óleo de N. C. Wyeth (1882-1945).

    

  

«Para expresar la verdad pintando es preciso acudir a la naturaleza».

N. C. Wyeth


«Un pintor debe ser capaz de experimentar toda la aventura de su dibujo. Si quiere pintar un caballo que nada a través de los rápidos, debe montar ese caballo».

Zdeněk Burian

 

 

N. C. Wyeth (1882-1945)

 

Sus obras son celebradas en todo el mundo y ha dado forma a personajes universales; sin embargo, su nombre es poco conocido. Porque, Newell Convers Wyeth, sepan ustedes, es uno de los grandes de la ilustración, alumno aventajado del maravilloso Howard Pyle e ilustrador, con su maestro, de todos los grandes clásicos de la literatura popular, además de padre de una dinastía de conocidos pintores. Las ilustraciones de La Isla del Tesoro de Stevenson son suyas, como las de Secuestrado y Catriona. Las de Robinsón Crusoe también, al igual que las de Robín Hood. A través de sus ilustraciones, Wyeth ha ayudado a conformar la imagen de muchos de los héroes de la cultura popular, abriendo a multitud de jóvenes las puertas a un mundo de magia y aventura.

 

 

                                                  Algunas ilustraciones del artista. 

A pesar de su aparente interés por la evasión y la aventura, Wyeth tenía un concepto cuasi metafísico de la ilustración como expresión, no solo de la verdad particular que el autor concreto hubiera querido comunicar en la obra objeto de ilustración, sino también como algo más profundo, algo basal sin lo cual, en su criterio, cualquier ilustrador carecería de autenticidad: revelar la verdad de las cosas. En sus propias palabras, el ilustrador «debe comenzar por ocupar sus sentidos con la verdad, y nada más que la verdad, mediante la adquisición de un conocimiento profundo de la naturaleza en sus formas más simples, antes de intentar presentarla adornada con los aderezos impresionistas de sus emociones». Para ello, según Wyeth, el artista «debe profundizar en el objeto que está dibujando; debe aprender a amar ese objeto por sí mismo, no porque sea pintoresco, extraño o llamativo, sino simplemente porque es un objeto con una forma y una sustancia que revela una pequeña parte del gran orden de lo creado».

 

                                                   Más ilustraciones de Wyeth. 

Wyeth tenía la idea de que «para poder dibujar imágenes viriles se debe vivir virilmente», y esto se refleja en su trabajo. Sus pinceladas, gruesas o tenues, abiertamente sólidas o rebajadas con colores aguados, dan lugar a imágenes de una energía y de una vitalidad difícilmente igualada. La masculinidad de sus héroes contrasta muchas veces con la suavidad de los tonos con que el artista los rodea. El juego de la luz, del color y de la sombra no tenía misterios para él.  

 

                           Ilustración para El último de los mohicanos, de Fenimore Cooper. 

La relación de este artista con la obra de R. L. Stevenson fue especial; ilustró todos sus clásicos y lo hizo de manera magistral. Stevenson era de la opinión de que «el ilustrador también ha soñado un sueño, tan literal, tan pintoresco y casi tan acertado como el del autor; (…). Texto e imagen no son sino las dos caras de la misma apasionada historia». Por esta razón creo que el escritor escocés habría estado muy de acuerdo con la representación que Wyeth hizo de sus héroes. Porque, sin duda, el artista norteamericano se apasionaba con aquello que pintaba y con la manera con la que pintaba. Tanto es así que ante su primer gran encargo (la ilustración de la obra de Fenimore Cooper, El ultimo de los mohicanos), Wyeth viajó a los bosques de la región de los Grandes Lagos, en el Canadá, para conocer de primera mano, in situ, el escenario en el que se desenvolvía el relato. Ese era el tipo de conocimiento de la naturaleza que él demandaba para todo buen ilustrador. Y por la calidad y expresividad de sus imágenes no cabe duda de que tenía razón. 

 

                       Distintas ediciones en español conteniendo las ilustraciones de Wyeth. 

En español se han editado algunos libros clásicos de la aventura conteniendo sus maravillosas ilustraciones. La editorial Valdemar en su colección Avatares ha reunido unos cuantos: La isla del tesoro y La flecha negra, de R. L. Stevenson, Las aventuras de Robín Hood, de Paul Creswick, Robinson Crusoe, de Daniel Defoe y La compañía blancade Arthur Conan Doyle. También se pueden encontrar sus ilustraciones en La isla del tesoro, editada por Biblok en su colección Neverland y en la novela de Charles Kingsley, Rumbo a poniente, editada por la editorial Rey Lear. Aunque lo cierto es que añoramos más ediciones iluminadas con sus magníficas imágenes. 

 

Zdeněk Burian (1905-1981)

 

 

Ilustración de Burian para la novela de Fenimore Cooper, El último de los Mohicanos.

Zdeněk Michael František Burian fue un magnífico pintor e ilustrador checo que, desgraciadamente, y a pesar de nuestros tiempos de difusión e información, es todavía un gran desconocido en nuestro país. Fue un artista precoz que dio muestras de su enorme talento ya en la escuela primaria. A la edad de catorce años ingresó en la Academia de Bellas Artes de Praga, la cual abandonaría al poco tiempo para trabajar como ilustrador. A la edad de dieciséis años ilustró su primer trabajo, Las aventuras de David Balfour (la reunión de Secuestrado y Catriona), de Robert Louis Stevenson.

 

                                  Serie de ilustraciones de Zdeněk Burian. 

Fuera de su país recibió un extraordinario reconocimiento, pero no por sus estupendas ilustraciones de los clásicos de la aventura (Julio Verne, R. L. Stevenson, Jack London, Fenimore Cooper, Karl May o Ruyard Kipling fueron ilustrados por él), sino por sus, también magníficas, reconstrucciones de animales y plantas extintos, para lo cual trabajó en colaboración con expertos destacados, como el paleontólogo Josef Augusta y el antropólogo Vojtěch Fetter, entre otros. Curiosamente, en su propio país fue durante mucho tiempo poco y mal considerado, en gran medida, porque al régimen comunista no le gustaba su predilección hacia la literatura occidental de aventuras, a la que ilustró con profusión, arte y belleza.

Su estilo es, como el de Wyeth, viril y dinámico, y en su obra abundan las escenas de acción y lucha, sea entre hombres o de hombres con animales. Su pasión por los detalles y su la fidelidad a la realidad natural (resultado de un estudio previo, concienzudo y serio) son manifiestas.

 

                                       Varias ilustraciones de Zdeněk Burian. 

Burian ilustró la mayoría de sus libros utilizando la técnica de la aguada, pero también utilizó tinta negra rebajada con color sobre un papel inicialmente húmedo. Así mismo, hizo uso del color con gouaches, óleos y temperas, principalmente para portadas de libros, que pintaba previamente sobre lienzo, madera contrachapada o cartón.

Como alguien ha señalado con acierto, con el paso de los años sus pinturas se despojan de todo lo innecesario sin dejar de expresar la realidad misma: ciertos detalles son suprimidos, las pinceladas pierden precisión, partes de figuras humanas y cuerpos de animales a menudo desaparecen confundidos en rocas, hierba o selva y grandes áreas negras se mezclan suavemente con una bruma blanquecina (la niebla buriana). Esta es la genialidad del artista, por eso son tan especiales las ilustraciones de Burian, unas ilustraciones que se engrandecen con la historia que cuentan, llevándonos en volandas sobre olas de intoxicación exótica contenidas en sus pinceladas.

 

                 Ilustración de la obra de Julio Verne, Quince semanas en globo. 

En suma, un artista muy destacado y con una gran obra (se calculan en más de 15.000 las ilustraciones, bocetos, dibujos y pinturas que realizó), a quién, por desgracia para nosotros, todavía no podemos disfrutar, ya que no existen en castellano ediciones de estos clásicos de la aventura ilustrados por él. Esperemos que sea por poco tiempo.

2 comentarios

  
Palas Atenea
Hay una edición de los "Cuentos Populares Rusos" de A.N. Afanásiev, editados por Anaya, que tienen unas preciosas ilustraciones de Iván Y. Bilibin.
23/11/19 11:37 AM
  
Pepe
A Wyeth lo conocía por algunos libros dedicados a ilustradores americanos, editados en otros países y que aquí a veces se podían encontrar. En EE.UU. quizás no sean muy conocidos pintores, en el sentido de Picaso ó los impresionistas franceses, sin embargo ha habido muy buenos ilustradores, otro de mis favoritos es el más conocido Norman Rockwell, que ilustro sobre todo la sociedad americana rural conservadora con maestría y donde muchas veces ponía humor, no se puede creer que ese modelo de sociedad fuera oscurantista ó algo parecido como ahora a aveces se quiere presentar. Y quizás reflejaba que ese tipo de sociedad no se diferenciaba en el fondo del tipo de sociedades, vistas hoy, de otros países en ese tiempo; religión, familia, patriotismo, valores tradicionales, etc. Un poco en la linea de las películas de Frank Capra, John Ford, Victor Fleming... Hoy curiosamente quien tiene estos valores es considerado de extrema derecha, pero si lo siguiéramos significaría que en la práctica de lo cotidiano las sociedades occidentales en su mayor parte han sido de extrema derecha hasta hace nada, y que si han conseguido un gran desarrollo en todos los aspectos algo tendrá que ver tener esos valores.
23/11/19 2:19 PM

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