Que la Universidad Católica sea católica, que un Obispo sea Obispo: ¡hasta dónde vamos a llegar!

Hoy vuelve a tocar hablar de un pastor que pastorea: santifica, enseña y gobierna. ¿Que tengo querencia por tipos así? Sin duda. El héroe es Joseph Martino, Obispo de Scranton (Pensilvania, Estado de la Unión con mayoría católica). Y lo de héroe —en sentido griego— no es ninguna exageración, le llueven de todos lados y él, 'erre que erre', sabedor de su compromiso con Dios, sigue empeñado en ejercer de obispo. En el periódico digital GLT (Gay & Lesbian Times, excusaréis que no ponga enlace), nada sospechoso de filocatólico, le han llegado a criticar con declaraciones del tipo:

Es un tipo enérgico. Tiene sus puntos de vista y permite que los conozcamos. No se preocupa por ganar concursos de popularidad, no entra en su ecuación vital. Sólo quiere hacer lo correcto para la gente de su diócesis.

Cree que las personas que se dicen cristianos o católicos tienen la obligación moral de vivir su fe. Todo lo que está pidiendo es que pongan en práctica lo que predican.

¡Qué gozada poder atribuir tan escandalosas actitudes a todos los obispos! Uno se imagina a la patulea mediática española, diciendo eso de sus obispos y se muere de gusto.

De todas formas lo suyo viene de atrás. Fue el obispo que negó la comunión a Joe Biden (el vice de Obama) por abortista, o que el Día de San Patricio amenazó con suspender la Santa Misa si se convertía en una exaltación de funcionarios abortistas, o que provocó admiración con la entusiasta defensa de los 'principios no-negociables' en las elecciones USA, o que…Bueno, a lo que iba que me pierde la pasión.

El pasado día de San José, Mons. Martino, anunció que no se reuniría con los responsables de la Misericordia University hasta que públicamente, tal cual se les pidió, den información específica sobre el modo en que la institución enseña la moral católica sobre sexualidad y homosexualidad, y cómo cumplen las cuatro características esenciales de una institución católica de enseñanza superior.

Para dar un poco de contexto. Misericordia University, es una universidad joven (desde 2007) y fue fundada por las Hermanas de la Misericordia (este dato es relevante y volveremos sobre él con motivo de la Visitación Apostólica que se está realizando a órdenes y congregaciones de este tipo). En febrero, el Diversity Intitute, invitó a dar unas conferencias a la activista homosexualista Boykin, totalmente contraria a las enseñanzas de la Iglesia. En el ciclo de conferencias, la moral católica no es que fuese considerada como una más, como suele ser corriente, si no, que ni siquiera fue expuesta.

Monseñor Martino pidió a la Universidad que confirmase que seguía siendo católica, y que considerasen seriamente la disolución del Instituto de la Diversidad (ya se sabe qué se entiende por diversidad en esos ambientes). La dirección intentó de un modo taimado mantener un encuentro personal para limar asperezas. Parece ser que en otros sitios ese método funciona. La sorpresa fue mayúscula cuando el obispo les recordó:

su obligación de abordar estas cuestiones. El obispo local no tiene meramente una 'posición personal' (es decir, una posición que no es más válida que la de cualquier otra persona) sobre la 'identidad católica' de una universidad católica local. En virtud del Código de Derecho Canónico de la Iglesia, el obispo tiene la 'responsabilidad' de evaluar y juzgar que todas las instituciones católicas en su diócesis estén defendiendo los principios de una identidad católica auténtica.

Y que ya que el cursito de marras fue público, la respuesta de la Universidad debe ser pública, y más, teniendo en cuenta que el tipo de información que se está pidiendo, es fácil de recopilar y disponer.

Cinco días después, la dirección de la Universidad sigue ocultando los datos que confirmen que puede seguir siendo considerada una Universidad Católica, que se adecúan a los cuatro principios que la definen como tal (Cons. Apos. Ex Corde Ecclesiae, n 13):

Puesto que el objetivo de una Universidad Católica es el de garantizar de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura, ella debe poseer, en cuanto católica, las características esenciales siguientes:

1. una inspiración cristiana por parte, no sólo de cada miembro, sino también de la Comunidad universitaria como tal;
2. una reflexión continua a la luz de la fe católica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribución con las propias investigaciones;
3. la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia;
4. el esfuerzo institucional a servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida.

Conociendo los antecedentes de Mons. Martino os puedo asegurar que la cosa no quedará ahí. Os tendré al tanto.

Y mientras, yo me pregunto qué hacen los obispos españoles con tantas conferencias y cursitos en los que participan abiertamente personas contrarias al sentir y enseñar de la Iglesia, y que se imparten en Universidades, Colegios, Seminarios y Centros de Formación Católicos.

Juanjo Romero [por email [email protected], en facebook o en twitter]