El caso de Irlanda es un escándalo para la «cultura de la muerte». El estudio Ireland’s Gain muestra un contrapunto que echa por tierra su grosera argumentación, centrándose en los efectos sobre la demografía y sobre la salud de las madres de una cultura pro-vida.
Ireland’s Gain fue elaborado por una institución inglesa: Pension and Population Research Institute (PAPRI), y compara las cifras del aborto de algunos territorios del Reino Unido (Gales, Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte) y la República de Irlanda. Como explica el propio título (La ganancia de Irlanda), la conclusión a la que llegan los autores es que las políticas restrictivas de Irlanda e Irlanda del Norte se pueden asociar a la juventud de sus perfiles demográficos –al menos comparados con los de sus países vecinos– y a la mejor salud de las mujeres en aspectos relacionados con el nacimiento de los hijos.
Con esos datos el aborto tiene difícil cabida en lo que se viene a denominar «salud reproductiva», paraguas bajo el que se oculta para venderlo a precio de ganga en países subdesarrollados. Los datos del estudio están corroborados por la propia ONU, que muestran que en Chile se produce el mismo efecto.
En este contexto no es de extrañar la enorme presión que se está ejerciendo contra los irlandeses para que doblen la cerviz.
Niamh Ui Bhriain, alerta de la situación en The Life Institute. Los recursos económicos con los que cuentan los provida son cortos –sólo los económicos, digo yo, los humanos, motivacionales y sobrenaturales sobreabundan–. Sin embargo las organizaciones proabortistas están siendo financiadas a mansalva por multimillonarios estadounidenses. No es la primera vez: George Soros, Feeney Chuck personalmente o multinacionales como Ford, Google, Microsoft o Goldman Sachs, JP Morgan, Pfizer están dotando de fondos a organizaciones del tipo de la Planned Parenthood o el Legal Momentum Fund para que actúen en Irlanda.
Leer más... »
Últimos comentarios