¿Los obispos USA van a restaurar la obligación de la abstinencia todos los viernes?

Cardenal Dolan, en la Plenaria de la USCCB en Junio

Hacía tiempo que la blogosfera useña no se sorprendía tanto con el discurso inaugural de la asamblea plenaria de la Conferencia Espiscopal de Estados Unidos (USCCB). No tiene nada que ver con la victoria de Obama.

Un buen discurso, esperanzador, radical. El cardenal Dolan (Nueva York) transmite ideas sobre el Sínodo, el «Año de la Fe» y la «nueva evangelización». Y puso el acento en lo fundamental en que no es una misión ‘ad extralo primero es la conversión de cada uno, obispos incluidos. Y lógicamente la conversión pasa por la confesión. Me gustó que la llamase «sacramento que evangeliza a los evangelizadores». Confesión auricular y secreta, apostilló:

¡Qué ironía que la llamada del Concilio Vaticano II a una renovación del Sacramento de la Penitencia se haya resuelto en su práctica desaparición!

Al que se anime a leerlo le recomiendo empezar por el final:

Sé que con este discurso presidencial corro el riesgo de la crítica. Me parece estar oyendo: «con todos los asuntos controvertidos y urgentes de la Iglesia, a Dolan no se le ocurre hablar de otra cosa que de la conversión del corazón a través del Sacramento de la Penitencia, ¿te lo puedes creer?».

A lo que yo respondo: sí señor, créetelo.

Lo primero es lo primero.

Y en este contexto, ha llamado especialmente la atención el «programa» de la USCCB para el año que viene:

La labor de nuestra Conferencia para el próximo año contendrá propuestas [reflexiones] sobre volver a adoptar el viernes como un día especial de penitencia, lo que incluye la posible ‘restauración’ de la abstinencia de comer carne todos los viernes del año, no sólo en durante la Cuaresma.

Sigue la estela de los obispos ingleses, que ya lo hicieron el año pasado. Y que como en aquel caso no se trata de una piadosa práctica individual, de una devoción personal, que por supuesto siempre ha sido posible. Es un acto de obediencia, no un ejercicio gastronómico.

Muchos católicos creen que es una obligación «abolida», todo lo contrario:

Can. 1251. Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

Can. 1253. La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.

En España la CCE fijó el modo de cumplirlo (21 de noviembre de 1986):

3. En los restantes viernes del año, la abstinencia puede ser sustituida, según la libre voluntad de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la santa misa, rezo de rosario, etc.) y mortificaciones corporales.

¿Cuántos lo sabían?, ¿cuántos lo practican? Creo que sería bueno volver «al modelo anterior», como humanos necesitamos el «signo», y si es universal y nos ayuda a unirnos a todos los cristianos el día en el que tradicionalmente se conmemora la Pasión, pues mejor.

Además como «signo», no es sólo bueno para nosotros, también para los demás, ocasión de explicar, de dar testimonio, de evangelizar. Por lo que parece no hay que inventar muchas cosas en la «nueva evangelización», ¿no?

Soy consciente la urticaria que provoca a los «cristianos maduros» la palabra mortificación. En este caso la gama de críticas es amplia, desde el infantiloide que pregunta si se puede sustituir la carne por marisco, hasta el que te acusa de ritualismo, incapaz de ver que es una manifestación de amor y auténtico seguimiento del.Maestro «completando en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia» (cfr. Cons. Apost. Poenitemini, Pablo VI)

Ojalá el camino iniciado por los obispos ingleses sea pronto seguido por todos los demás. Como dice Mons. Dolan: «lo primero es lo primero».

34 comentarios

  
vicente
todos los días debemos hacer penitencia y ayuno siempre que podamos, excepto en el tiempo pascual.
13/11/12 7:33 PM
  
German Mazuelo-Leytón
Cierto, el sacramento de la Confesión es el sacramento del Año de la Fe y de la Nueva Evangelización. ¿Cómo transformar la apatía sacerdotal a administrarlo a los fieles que la solicitan?
13/11/12 7:42 PM
  
César Fuentes
Juanjo, como tu blog se convierta en pasarela de troleo, no te leo más, je je je. Como diría ese gran filósofo existencialista, Homer Simpson,ante la avalancha de comentarios: ¡¡Me abuuuuurrooooooooooo!! :)

Un abrazo.
13/11/12 8:21 PM
  
susi
Pues es una buena noticia que los obispos hablen de confesión y de penitencial, especialmente los viernes, para unirnos a la Pasión de Nuestro Señor.
13/11/12 8:41 PM
  
Tony de New York
Bien por el Cardenal.
13/11/12 8:47 PM
  
Javier
En "Ortodoxia" Chesterton escribió un capítulo titulado algo así como "La ética en el país de los elfos". Dijo allí que los cuentos de hadas lo prepararon para recibir la fe católica. Quienes no han leído cuentos de hadas pueden pensar que lo de no comer carne los viernes es algo arbitrario y hasta excéntrico. Pero también es arbitrario eso de que la Cenicienta deba volver a casa antes de las doce. Sin embargo, parece lógico -viene a decir Chesterton- que quien convierte una calabaza en una carroza y a unos ratones en cocheros con librea pueda poner algunas condiciones raras a la Cenicienta. Si alguien cree de verdad que zamparse un filete es una maravilla no se extrañará cuando -Quien le da el filete, el estómago, los dientes y el apetito- le pone alguna condición extravagante.
13/11/12 10:08 PM
  
Cristiano Indignado
Ya dejando muy al margen que, efectivamente, la abstinencia de comer carne no tiene mucho sentido desde el momento en que la carne no es un bien escaso (y, por tanto, de lujo), y que un verdadero "sacrificio" lo que debería imponer es abstenerse de cosas que a uno le gustasen (estoy pensando, por ejemplo, en una pizza margarita o una lubina), creo no sólo que el tema de la abstinencia es un absurdo, sino que contraviene directamente el Mensaje de Cristo, cuando decía:

"Amor quiero, y no sacrificios" (Mt 9, 13)

o

"Porque el sábado se hizo para el hombre,y no el hombre para el sábado" (Mc 2, 27-28)

Por tanto, el "Magisterio" de la Iglesia, en este caso, es equivocado, y no sólo no debería obligarse a nadie a secundar esta práctica tan carente de sentido, sino que debería ser eliminado directamente del Catecismo.

Por otro lado, esa nota de la CEE que alude a las "mortificaciones corporales" me parece de un tenebrismo espiritual que roza la patología. Si a alguien le parece que invitar a otra persona a darse latigazos, ponerse cilicios o herirse con objetos punzantes es propio del Mensaje de Cristo, que me lo explique. Porque yo lo que veo ahí es una invitación a la autolisis (en vulgo, aunque no sea igual, se puede entender más gráficamente como similar a las prácticas sadomasoquistas), y propio de individuos con las facultades mentales perturbadas.

Como éste sea el camino que proponen algunos jerarcas de la Iglesia para "volver al buen camino", el viento va a escucharse dentro de los templos con más frecuencia aún de lo que ya lo hace.

Extensible, por cierto, a la legislación civil, que podría actuar de oficio ante una invitación a la autolesión, como garante de la Salud Pública.

¿De verdad alguien entiende esto? Si es así, que me lo explique, por favor. Porque a servidor esto le suena a fustas y esposas...
13/11/12 11:32 PM
  
Javiergo
El ayuno es un medio para refinar y purificar nuestras almas y no es, de ningún modo, una manera de torturarnos e imponernos más de lo que podamos realizar y concretar. De hecho, el ayuno es bueno para todo, así, por ejemplo, protege al ser humano de caerse preso de los pecados dado que reduce la pasión sexual y le previene a su personalidad entregarse a la rebeldía, la sedición y el disfrute del engaño. El ayuno cultiva en el ser humano la rectitud, por eso el verdadero cristiano cuando ayuna no sólo se abstiene de comer y beber sino que todos sus sentidos ayunan de tal manera que ayuna su vista evitando mirar a lo que Dios prohíbe, ayuna su lengua absteniéndose de la mentira, la calumnia, la discusión y las obscenidades, ayuna su oído de todas las banalidades y ayunan los demás miembros y sentidos de los pecados y tropiezos. Entonces el ayuno, como ya dije, cultiva en nosotros la rectitud que debe acompañarnos toda la vida. Interesantísimo a este respecto leer la Catequesis del Beato Juan Pablo II titulada "El ayuno penitencial" [Ciudad del Vaticano, 21 de marzo de 1979]. Merece la pena leerlo, es esencial esta catequesis:

http://abandono.com/Rincones/Textos/Ayuno01.htm

No tengo ni qué decir que me parece extraordinario que los obispos USA vayan a restaurar la obligación de la abstinencia los viernes

13/11/12 11:33 PM
  
Javiergo
Yo lo siento mucho, Cristiano Indignado, lo siento mucho de verdad, pues aunque no lo parezca no me gusta 'pelear' ni 'discutir' ni 'disentir' ni 'polemizar', pero es que al leerte se me cae el alma al suelo, de verdad. Mira, no te voy a juzgar, porque sólo Dios conoce lo que hay en el corazón y en la conciencia de cada uno, pero sí que te digo que tienes un desconocimiento profundísimo de lo que es la fe católica y la religión cristiana en general (por eso ahora veo que no andaba nada descaminado cuando sospechaba que no eras cristiano). Judíos y musulmanes, por cierto, también ayunan. El ayuno es Fundamental en las tres religiones monoteístas (y en otras creencias también). Ignorar esto, e incluso menospreciarlo, como tú haces, con ese discurso progre, laicista y ateo diciendo cosas como que es "una invitación a la autolesión" y cosas así (tan pueriles), me hacen ver que eres en verdad una persona muy, muy alejada de la Fe, y con un desconocimiento profundo (ten en cuenta que hablo de ignorancia, no de mala intención, no prejuzgo tus intenciones) de los contenidos de esa Fe. El ayuno no tiene nada que ver, por cierto, con los 'sacrificios', como indico en mi intervención anterior. Luego, dices cosas que no es que rayen, sino que entran directamente dentro de la herejía (lo siento amigo, pero es que es así) como esta barbaridad: "... el "Magisterio" de la Iglesia, en este caso, es equivocado, y no sólo no debería obligarse a nadie a secundar esta práctica tan carente de sentido, sino que debería ser eliminado directamente del Catecismo..." O esta otra: "...el tema de la abstinencia es un absurdo, sino que contraviene directamente el Mensaje de Cristo..." Claro, claro, claro, entonces los cientos de miles de santos y de santas, de místicos y de místicas, de ascetas y eremitas, de cristianos de a pie, de sacerdotes, de frailes, etc., de estos dos mil últimos años que han practicado el ayuno, la abstinencia y la mortificación, contravenían el mensaje de Cristo, ¿verdad? Y tú sabes más que todos ellos juntos, ¿no es así? En fin, es que no merece la pena siquiera seguir comentando... Tienes el discurso, indignado, de un ateo. Y nadie, nadie, nadie, que te lea, me puede negar esto. Y ojo, ya no actúo como antes, te reprendo con cariño, lo digo en serio, y me alegro que sigas por aquí. Ahora me reafirmo más en que debo orar por ti. Un saludo
13/11/12 11:49 PM
  
Juanjo Romero
Vicente, ese es el sentido de la penitencia, pero en la de este caso es especial.

Germán, habrá que esperar a ver qué medidas concretas proponen. Recuerdo que el Obispo de Lancaster proponía que al menos una vez a la semana hubiese sacerdotes en el confesionario en todas las iglesias de su diócesis.

susi, también me he alegrado. También el obispo de Lancaster pidió a sus feligreses actuaciones en este sentido.

César, a mi no me culpes. De hecho, no pude entrar a comentar por motivos varios desde que publiqué el post;-) Alguno de los comentarios son interesantes. Por otro lado muestran la falta de argumentos de los homosexualistas. Algunas de las afirmaciones producen alipori.

14/11/12 12:01 AM
  
Juanjo Romero
C. Indignado, no tienes mucha idea de esto, ¿no? Esa argumentación ya no colaba en los años 70. Sí, eres de los infantiloides que preguntan por lo del marisco.

Sería bueno que leyeses todo el Evangelio, pero entero. Y la verdad lo que a ti te suene es bastante irrelevante. Deberías empezar a preguntarte si el problema puede ser tuyo.

El "argumento" de que correlacionarlo con la carestía de la carne (en todo caso sería al revés) es tan inane que califica todo el comentario.

Si de verdad tienes algún interés, léete la breve Const. Apostólica de Pablo VI que enlazo. Sé que te pido un gran esfuerzo, pero verás como merece la pena.

14/11/12 12:08 AM
  
Juanjo Romero
Javiergo, precioso texto. No lo conocía.

Javier, un buen argumento. Es curioso que quien se opone se crea que tenga que ver con el tema alimentario, y no con la obediencia. Buena prueba de que no sabe ni de lo que habla.


14/11/12 12:15 AM
  
Cristiano Indignado
No, Juanjo. Aun cuando ese tema fuese irrelevante, a mí me seguiría pareciendo cosa poco importante el tema del sacrificio en comparación con las obras a los demás. No sé, es que no le veo mucho sentido a mortificarse, porque es dañar la salud, y luego no hacer otras cosas que sí veo más importantes, como cuidar del prójimo y demás. Sé que me dirás que no son excluyentes, y que una cosa no quita a la otra, pero si gastamos el tiempo en autocastigarnos y nos charangamos el chasis para ello, ¿no estaremos poniéndolo en peores condiciones para esa tarea?

Lo que sí que ya no veo de ninguna manera es lo de las mortificaciones corporales. Es que por ningún sitio veo yo en el Evangelio que Cristo llame a nadie a darse latigazos con un cilicio para agradar más a Dios. Si la Pasión de Jesús fue para redimirnos de nuestros pecados, veo innecesarios más latigazos. Y a mí me conmueve pensar que a Jesús le pueda agradar que Sus hijos se machaquen con algo que a Él le hizo tanto daño (la Pasión fue algo escalofriante).

Es el punto de vista que tengo. Leeré la Constitución Apostólica de Pablo VI y ya te comentaré qué conclusiones saco. Un saludo.
14/11/12 12:33 AM
  
Ano-nimo
Bueno, creo que la mortificación vendría en todo caso por prescindir de aquello que más nos gusta o hacer aquello que normalmente nos cuesta más trabajo hacer. Yo lo enfoco por ahí; por ejemplo, un fumador, ¿existe mayor mortificación que no fumar ni un solo cigarro en todo el día?. Creo que no. Por otra parte, es un medio ideal para educar la fuerza de voluntad, en una autodisciplina que es muy necesaria, pues a mi juicio es la única manera de ser dueño de las pasiones o al menos de gran parte de ellas, aunque algunas se escapen... (¡Ay...ese tabaco de mis pecados...!) de momento.

¡En fin!, que yo tampoco soy muy amiga de la mortificación física en general (cilicios y demás), pero quizás a algunas personas las vaya bien y lo necesiten...cada uno sabrá (aunque creo que si tendría que existir un límite; es decir, que no se dañe de verdad la salud, que no olvidemos, también es un regalo de Dios).

Por lo que se refiere a lo que dijo Cristo, que sí que lo dijo -no se olvide-, supongo que viene referido a los fariseos, que se pasaban la vida con sacrificios y luego trataban a los demás de cualquier manera.

Respecto a lo de la carne...(lo siento Juanjo, aunque lo consideres infantil me da igual), pues bueno, creo que iría en la línea del ejemplo que he puesto con el tabaco. Antes solo comían carne la gente con dinero, los poderosos; los pobres y gente del pueblo comían pan, legumbres...y la carne, pocas veces la veían (a veces, un poco de cerdo), así que me imagino que el concepto "carne" se refiere a algo más que a un solomillo de buey.

De todas formas, Cristiano Indignado, creo que son cosas que poco a poco se van aclarando al reflexionar sobre ellas. Yo al principio, cuando me convertí, veía de la misma manera que tu todo este tema, pero a medida que le voy dando vueltas y pensando, pues le veo su aspecto positivos y que ciertamente es importante, tanto a nivel espiritual como personal (en ese sentido de educarse en la autodisciplina y fuerza de voluntad. Yo al menos, lo veo así). Es importante dar tiempo al tiempo, para pensar, reflexionar sobre todo aquello que nos dice nuestra Santa Madre Iglesia y que, desde luego, lleva como he dicho, tiempo y paciencia. El camino es largo, y no se hace en un minuto.

Un cordial saludo.
14/11/12 1:04 AM
  
Xristoforos Theotokou
Sobre el tema de la abstinencia en la Iglesia recomiendo encarecidamente este artículo, aunque está en inglés:
http://newtheologicalmovement.blogspot.com.es/2012/03/why-do-catholics-abstain-from-meat.html

Y si se me permite el atrevimiento de hacer publicidad aquí, recomiendo encarecidamente ese blog por la claridad, precisión y ortodoxia de todos sus artículos.
14/11/12 1:16 AM
  
Ano-nimo
Bueno, pues ya que estamos, también se tiene que señalar que los niños, ancianos, mujeres embarazadas y que están criando y enfermos, están dispensados de cumplir con el ayuno.

Un cordial saludo.
14/11/12 1:29 AM
  
Victoria
Yo he decidido practicar la abstinencia de carne los viernes desde hace varios meses, aunque en mi pais la abstinencia puede ser de cualquier alimento o se pueda sustituir por otra penitencia, y a pesar de que a mi particularmente no me gusta la carne tanto como otras comidas, dejenme decirles que privarse de carne durante el almuerzo y la cena si es un gran sacrificio.
14/11/12 2:39 AM
  
Norberto
Un poco de fundamento es bueno, tomado del Leon-Dufour: “Ayuno”

Los occidentales de nuestros días, incluso cristianos, apenas si aprecian el ayuno que consiste en privarse de todo alimento y de toda bebida durante uno o varios días, desde una puesta del sol hasta otra. Si aprecian la moderación en beber y en comer, el ayuno les parece peligroso para la salud y prácticamente no ven su utilidad para la vida espiritual. Esta actitud es la opuesta de la que los historiadores de las religiones descubren casi en todas partes: por motivos de ascesis, de purificación, de luto, de súplica, ocupa el ayuno un puesto importante en los ritos religiosos. En el Islam, por ejemplo, es el medio por excelencia de experimentar la trascendencia divina. La Biblia, en la que se funda en este punto la actitud de la Iglesia, coincide en este particular con todas las demás corrientes religiosas. Pero la Biblia precisa el sentido del ayuno y regula su práctica; con la oración y la limosna es para ella el ayuno uno de los actos esenciales que traducen delante de Dios la humildad, la esperanza y el amor del hombre.


1. Sentido del ayuno.

Siendo el hombre alma y cuerpo, de nada serviría imaginar una religión puramente espiritual: para obrar tiene el alma necesidad de los actos y de las actitudes del cuerpo. El ayuno, siempre acompañado de oración suplicante, sirve para traducir la humildad delante de Dios: ayunar Lev 16,31 equivale a «humillar su alma» 16,29. El ayuno no es, pues, una hazaña ascética; no tiende a procurar algún estado de exaltación psicológica o religiosa. Tales utilizaciones se acusan en la historia de las religiones. Pero en clima bíblico, cuando uno se abstiene de comer un día entero Jue 20,23 2Sa 12,16s Jon 3,7, siendo así que considera el alimento como don de Dios Dt 8,3, esta privación es un gesto religioso, cuyos motivos hay que comprender. El que ayuna se vuelve hacia el Señor Dan 9,3 Esd 8,21 en una actitud de dependencia y de abandono totales: antes de emprender un quehacer difícil Jue 20,26 Est 4,16, como también para implorar el perdón de una culpa 1Re 21,27, en señal de luto por una desgracia doméstica 2Sa 12,16.22 o nacional 1Sa 7,6 2Sa 1,12 Bar 1,5 Zac 8,19, para obtener la cesación de una calamidad Jl 2,12-17 Jdt 4,9-13, abrirse a la luz divina Dan 10,12, aguardar la gracia necesaria para el cumplimiento de una misión Act 13,2s, prepararse al encuentro con Dios Ex 34,28 Dan 9,3.

Las ocasiones y los motivos son variados. Pero en todos los casos se trata de situarse con fe en una actitud de humildad para acoger la acción de Dios y ponerse en su presencia. Esta intención profunda descubre el sentido de las cuarentenas pasadas sin alimento por Moisés Ex 34,28 y Elías 1Re 19,8. En cuanto a la cuarentena de Jesús en el desierto, que se rige conforme a este doble patrón, no tiene por objeto abrirse al Espíritu de Dios, puesto que Jesús está lleno de él Lc 4,1; si el Espíritu le mueve a este ayuno, es para que inaugure su misión mesiánica con un acto de abandono confiado en su padre Mt 4,1-4.

2. Práctica del ayuno.

La liturgia judía conocía un «gran ayuno» el día de la expiación Act 27,9; su práctica era condición de pertenencia al pueblo de Dios Lev 23,29. Había también otros ayunos colectivos en los aniversarios de las desgracias nacionales. Además, los judíos piadosos ayunaban por devoción personal Lc 2,37; así los discípulos de Juan Bautista y los fariseos Mc 2,18, algunos de los cuales ayunaban dos veces por semana Lc 18,12. Se trataba de realizar así uno de los elementos de la justicia definida por la ley y por los profetas. Si Jesús no prescribe nada semejante a sus discípulos Mc 2,18, no es que desprecie tal justicia o que quiera abolirla, sino que viene a cumplirla o consumarla, por lo cual prohibe hacer alarde de ella y en algunos puntos invita a superarla Mt 5,17.20 6,1.

En efecto, la práctica del ayuno lleva consigo ciertos riesgos: riesgo de formalismo, que denuncian ya los profetas Am 5,21 Jer 14,12; riesgo de soberbia y de ostentación, si se ayuna «para ser visto por los hombres» Mt 6,16. Para que el ayuno agrade a Dios debe ir unido con el amor del prójimo y comportar una búsqueda de la verdadera justicia Is 58,2-11; es tan inseparable de la limosna como la oración. Finalmente, hay que ayunar por amor de Dios Zac 7,5. Así invita Jesús a hacerlo con perfecta discreción: este ayuno, conocido de Dios solo, será la pura expresión de la esperanza en él, un ayuno humilde que abrirá el corazón a la justicia interior, obra del Padre que ve y actúa en lo secreto Mt 6,17s.

La Iglesia apostólica conserva en materia de ayuno las costumbres de los judíos, practicadas en el espíritu definido por Jesús. Los Hechos de los Apóstoles mencionan celebraciones cultuales acompañadas de ayuno y oración Act 13,2ss 14,22. Pablo, durante su abrumadora labor apostólica, no se contenta con sufrir hambre y sed cuando las circunstancias lo exigen, sino que añade repetidos ayunos 2Cor 6,5 11,27. La Iglesia ha permanecido fiel a esta tradición procurando mediante la práctica del ayuno poner a los fieles en una actitud de abertura total a la gracia del Señor en espera de su retorno. Porque si la primera venida de Jesús colmó la expectativa de Israel, el tiempo que sigue a su resurrección no es el de la alegría total, en el que no sientan bien los actos de penitencia. Jesús mismo, defendiendo contra los fariseos a sus discípulos que no ayunaban, dijo: «¿Pueden ayunar los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el esposo: en esos días ayunarán» Mc 2,19s p. En espera del retorno del esposo, el ayuno penitencial entra dentro de las prácticas de la Iglesia.

14/11/12 7:19 AM
  
Norberto
Por cierto, el Señor ayunó, quiso practicar la experiencia de todo creyente judío, aunque no tuviera necesariamente que hacerlo, pero haciéndose uno de nosotros, por amor, lo hizo.

Como el viernes empieza el finde,pues molesta el ayuno, en fin ...El día de la Muerte del señor, no es cualquier día, como tampoco el jueves, ni el domingo, claro.

Pero el Triduo Pascual no es solo para Semana Santa, como no somos cristianos esos días y el resto no. Probad a ayunar el viernes, el sábado será un día de gozo que llevará a un domingo pleno, os lo aseguro.

En el Triduo Pascual está nuestra salvación, pero pasando por la muerte, el ayuno nos lo recuerda, y nos hace volver los ojos a quien murió por nosotros, y que muy probablemente no tomo más bocado el jueves que ese trozo de pan y ese sorbo de vino que repartió a los presentes.

El ayuno nos desprende, nos desapega, pero no es nada en sí mismo si no lleva a volver, con renovada humildad los ojos a Dios, siendo muy agradecidos.
14/11/12 7:27 AM
  
Ano-nimo
Bueno, siento si voy en contra de lo que diga quien sea o que quizás sea superfluo decirlo, pero por favor, no dejen de beber agua; eso si que no, de ninguna manera se priven del agua, es esencial para la vida y un correcto funcionamiento del cuerpo. Por favor, beban agua, no se pasen un día entero y mucho menos varios días sin beber agua, por favor, no hagan el bruto.

Un cordial saludo.
14/11/12 8:58 AM
  
Chabe
Cristiano Indignado: Nosotros no somos hijos de Jesus, sino de Dios Padre. Nos estás confirmando que no sabes de catolicismo.
14/11/12 11:23 AM
  
Cristiano Indignado
Chabe, cuando uso el "Sus" hijos no hablo de Jesús, sino del Padre, al que menciono dos líneas más arriba. Un poco de atención al leer, por favor.

Y por otra parte, yo tenía entendido que creer en Dios y en Jesús era ser cristiano. Que veo que algunos tenéis tendencia de confundir cristianismo y catolicismo en un todo indivisible, y existen otras confesiones...
14/11/12 11:35 AM
  
José
Cristiano Indignado: debes formar tu conciencia con el estudio de la Doctrina. Lee cada día un punto del Catecismo, por ejemplo.

Estás muy verde, lo denotan tus palabras. El ayuno es la oración de los sentidos, es fundamental en el progreso espiritual. No tienes por qué pasar hambre, prueba tal vez a comer más de lo que no te gusta y menos de lo que siempre te ha apetecido. Será un buen comienzo, ánimo.
14/11/12 2:13 PM
  
rastri
-Se ve que la mayoría de los comentaristas que aquí se expresan están bien alimentados y no tienen la suerte de ir a comer a Cáritas.

-Menos chocolate del loro.
14/11/12 2:15 PM
  
José
A rastri:
Se puede ayunar de muchas cosas, no sólo de alimentos: de TV, de compañía, de diversiones, etc... incluso de decir necedades como la que has dicho. Te sería edificante no sólo espiritualmente.
14/11/12 3:37 PM
  
rastri
José

A rastri:
___________

-El tema, joven, es de no comer carne el viernes.

-Así que, José, toma el testigo y ayuna tu mismo diciendo:

-Yo ayuno diciendo que no debo decir necedades como la que he dicho a rastri:

"etc... incluso de decir necedades como la que has dicho. Te sería edificante no sólo espiritualmente".
14/11/12 7:17 PM
  
susi
Nos vamos por las ramas: una cosa es el ayuno (laudable, sin duda y que todos debíamos practicar más) y otro, la abstinencia de comer carne, que es de lo que trata el post y la ley eclesiástica.
Tanto el ayuno como la abstinencia tienen sentido si uno tiene fe, si no, es un absurdo sin pies ni cabeza.Solo visto desde la fe ambas prácticas tienen alguna explicación y, para los que no creen, ningún argumento será válido.
14/11/12 7:47 PM
  
Catholicus
Basta con que la norma eterna haya sido el ayuno de carne los viernes para que, como no, salten como setas los que tienen que "dar su opinión"; que si esto no, mejor lo otro, que yo creo que tal...

La confusión, hija de Satanás.

El velo de las mujeres, que en eso es lo más insistente San Pablo, que sea lo próximo para la conversión ad intra.

Hay que restaurar sin complejos. Dios ayuda a los valientes.
14/11/12 8:02 PM
  
Catholicus
Bueno, siento si voy en contra de lo que diga quien sea o que quizás sea superfluo decirlo, pero por favor, no dejen de beber agua; eso si que no, de ninguna manera se priven del agua, es esencial para la vida y un correcto funcionamiento del cuerpo
____________

La Doctora de la Iglesia, Santa Hildegarda Von bingen dice exactamente lo contrario, que es mejor beber otras cosas que agua sola.

Vino aguado, cerveza.. zumos (creo)....
14/11/12 8:06 PM
  
Catholicus
El ayuno crea una barrera contra el demonio alrededor de la persona. Eleva muchísimo la oración y la unión con Dios.

El que quiera creerlo por lo natural, que piense que acaba curtiendo el carácter. Quien quiera pensarlo por lo sobrenatural, que sepa que Dios le ayuda con su gracia por "sufrir en la carne aquello que falta al sacrificio de Cristo".

Además abre el apetito.
14/11/12 8:09 PM
  
Javiergo
Estoy totalmente de acuerdo con Catholicus y me ha gustado mucho lo escrito por Norberto sobra la práctica del ayuno. Respecto a esto que dice Ana_MS: "Bueno, pues ya que estamos, también se tiene que señalar que los niños, ancianos, mujeres embarazadas y que están criando y enfermos, están dispensados de cumplir con el ayuno". - Curiosamente todos esos colectivos que mencionas son los que están dispensados en el Islam de hacer el ayuno del Ramadán. Cuando el Cardenal católico francés Jacques Danielou, autor prolífico de grandes obras, visitó África se quedó agradablemente sorprendido e impactado por la rigurosidad islámica a la hora de ayunar y de hacer sus oraciones prescritas, y se lamentó de lo mucho que habíamos perdido los cristianos al abandonar la sana costumbre del ayuno y la abstinencia tal y como lo hacían los Padres del Desierto, los eremitas, los anacoretas, los cenobitas, etc. El mismo San Francisco de Asís hacía unos ayunos tremendos y San Pedro de Alcántara y muchos otros santos/as (la lista sería interminable). Hoy vivimos en una época tan hedonista, tan acostumbrada a la molicie, al regalo, a la disipación, a la gula, que vemos aquellos ayunos de nuestros antepasados hermanos en la fe con escándalo en vez de con admiración. Lejos de querer emularlos, nos repelen y les atribuimos "masoquismos" y cosas así porque no entendemos ya nada, porque hemos caído en la voracidad del consumismo, como el resto del mundo al que tanto criticamos y luego hacemos lo mismo que los demás. Muy tímidamente la Iglesia va volviendo a la Tradición, que es la única forma de que haga efecto la Evangelización. Convirtiéndose desde dentro en la santificación, en las obras de misericordia y en la mortificacion de los apetitos desordenados, llevando una vida frugal, sencilla y ordenada, orando en todo instante y en armonía con los hermanos. Hay que leer y meditar en profundidad las Cartas de San Pablo. Un saludo en Cristo Jesús

15/11/12 12:51 AM
  
maria-a
Otra forma de ayunar es privándose de hablar de mas, de hablar mal de otros.., es decir evitar los pecados de palabra o lengua( que algunos les cuesta mucho).
De malos pensamientos u obras, etc.
+
15/11/12 3:12 AM
  
Javiergo
Por supuesto, maria-a, ese que dices es el principal y el más difícil de los ayunos. Por eso, me gusta leer y meditar, para llevar a cabo y recordarlo siempre, el capítulo 3 de la Carta de Santiago, donde se habla de los pecados de la lengua.
15/11/12 3:39 PM
  
Nova
Una preguntina, Juanjo:

La fotografía que has puesto acompañando al artículo, ¿Busca, acaso, movernos a todos a la abstinencia..? Lo digo, con todos los respetos, por el prominente, ejem, abdomen episcopal en primer plano, en fin...

Que hay fotos mejores, si se me permite la sugerencia.
17/11/12 1:03 AM

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