22.09.14

Rafaela: huelga de escobas caídas

No había visto D. Jesús en los días de su vida de cura una iglesita más limpia y organizada que la de su pequeño pueblo. Rafaela, Joaquina, María y las demás serían a veces un tanto incordiantes, pero la verdad es que el templo parroquial era una envidia de aseo y ornato. Ya saben cómo son estas mujeres cuando se lo proponen: manteles impecables, ni una mota de polvo, las flores justas y perfectas…

Por eso le extrañó a D. Jesús encontrarse un día con unas flores medio chuchurrías en un florero. Bah, pensó, algún despiste. Más le hizo empezar a cavilar cuando vio que se amontonaban los purificadores sin lavar y planchar, los manteles no se cambiaban a pesar de alguna marcha de cera y las vinajeras se quedaban pegadas en el platillo.

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19.09.14

Un trapense apoyando y organizando las estrategias de "Podemos"

En este mundo “hay gente pa tó” y cual se monta su vida como mejor quiere o puede. Vivimos en un país de libertades y a partir de ahí uno puede decidir ser monje, banderillero, vendedor de castañas, cultivador de champiñones, soltero, casado, político ejerciente, vendedor de sueños o controlador de nubes. El matiz está en que no todas las opciones son posibles a la vez, simplemente por una cosa llamada incompatibilidad de vida.

En la Iglesia siempre se ha tenido en gran veneración la vida de monjes y monjas contemplativos. Hombres y mujeres que salen del mundo, voluntariamente entran en el claustro –clausura- y dedican toda su vida a la contemplación y a la oración por el mundo y sus necesidades. Naturalmente si los monasterios son lo que se supone que deben ser, y los monjes y monjas comprenden qué sentido tiene lo de encerrarse voluntariamente alejados de la vida mundana para dedicarse a la contemplación, pues todo resuelto.

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18.09.14

Organizar la catequesis de infancia. Más difícil que poner de acuerdo a Hamás e Israel

Época de inscripciones para catequesis de primera comunión, y digo primera comunión porque los padres por mucho que intentemos referirnos a catequesis de infancia o de iniciación cristiana, vienen cada tarde preguntado por lo de la comunión, así que lo dejo para entendernos.

Posiblemente se crean que es algo sencillo. Cualquier parroquia sabe que organizar estas catequesis de forma que todos los papás se sientan satisfechos, cogidos y escuchados, es más complicado que lograr la cuadratura del círculo, y miren que la cosa se intenta.

Palabrita del niño Jesús que no me invento nada. Pero me permito colocar algunas cosas de las que llevamos escuchadas en el despacho parroquial.

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16.09.14

Rafaela y el cura que no tenía nada que hacer

Aquella mañana, cuando volvía de la cuadrita de ver a sus gallinas y recoger los huevos recién puestos, Rafaela se sorprendió al ver a D. Jesús paseando por el pueblo. El buen cura llegaba siempre corriendo a las misas, marchaba a toda prisa para llegar al pueblo de al lado y apenas un día por semana se reunía con esas buenas mujeres y se daba algo de catequesis a los niños. Nada más.

Era lo que decía D. Jesús. Apenas pasaban de los ochocientos habitantes y no había nada que hacer en la parroquia, así que para qué pasar el día por allí. Misa los fines de semana, alguna reunión y ya. No tenía sentido echar horas, se aburría, nada que hacer.

Hombre, dijo Rafaela, a mí se me ocurren algunas cosas aunque seamos cuatro gatos, conocidos todos y ya sé que poco piadosos. Pero algo se me ocurre. ¿Me deja que le haga una lista?

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11.09.14

Rezar por los sacerdotes difuntos

En un rato vamos a celebrar una misa de funeral por Pedro, párroco que fue de mi pueblo, Miraflores, durante diecisiete años y hasta hace apenas unos meses. Aludo a él en mi libro “De profesión, cura” hablando de la soledad del sacerdote y de un compañero al que acababan de diagnosticarle “algo malo”. Ocho años al pie del cañón hasta que la enfermedad lo ha vencido.

Fue enterrado en su pueblo riojano. Así lo había decidido y dispuesto, porque como decía: “allí algún sobrino se acordará de rezarme algo, en el pueblo nadie se acordará de mí en cuatro días”.

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