Más raras que un perro azul marino
Tan raras, pero tanto, que hasta me ha dicho un pajarito -noticia aún por confirmar- que incluso pudiera ser que creyeran en Dios. Tan raras, pero tan raras, que todos los días rezan juntas una barbaridad de cosas: Laudes cantadas, Eucaristía, Oración, Nona, Oficio de lectura, Vísperas cantadas, y hasta exposición del Santísimo todo el día.
Raras hasta pare vestirse. Todas igualitas, en evidente prueba de borreguísimo y falta de personalidad. Insolidarias con el mundo, porque pudiendo ejercer por ahí según sus carreras y estudios, porque hay de todo, se dedican a hacer dulces y cuidar la huerta.