25.10.14

Sínodo: muy lejos del espíritu del concilio. Números cantan

Hace días que acabó el sínodo extraordinario sobre la familia y sigue y sigue dando para escribir y lo que te rondaré morena. Cada cual tiene su visión. Te encuentras con gente feliz que te repite por activa, pasiva, perifrástica y redundante que ha sido un gran triunfo del papa y de la Iglesia, que todo extraordinario y que al final al final todos tan felices. Para un servidor, y miren que llevo escrito sobre el asunto, cuanto más se piensa en el ello, peor arreglo tiene.

En la iglesia hay dos tipos de cuestiones. Por un lado, las que no se pueden tocar porque pertenecen al depósito de la fe. La divinidad de Cristo, su resurrección, el número de los sacramentos, la intrínseca maldad del aborto, la prohibición del falso testimonio o la gravedad moral del adulterio son cosas que ahí están y no son discutibles ni mutables por votos. Otra cosa es que se acoja al pecador y se le anime a la conversión y a la vuelta al redil.

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24.10.14

Hay que respetar... me. No hay que juzgar... me.

Jamás me ha fallado la apreciación. En cuanto alguien me habla de no juzgar y respetar, en realidad lo que quiere decir es que yo no puedo juzgar a nadie, pero que él, o ella, están en su perfecto derecho de llamarme absolutamente de todo menos bonito.

Hace unos días recibo un correo que venía a decir más o menos esto: “a ver si aprendes a respetar, a no juzgar a los demás, a ser un poco más tolerante con los otros. ¿Quién eres tú para juzgar a nadie? Eres un fascista, un mal sacerdote, un escándalo, un parásito, un sin alma. Conviértete”. Agradezco lo del conviértete, pero no me negarán que el resto no tiene su miga.

Algo así me sucedió con sor Lucía Caram, seguro que recuerdan. Si se dan una vuelta por sus escritos, entrevistas, twitter, su idea estrella pasa siempre por el respeto y la tolerancia. Hasta que se sienten rozados. Mucha tolerancia, mucho no juzgar, mucho hay que respetar, pero lo más bonito que me dijo fueron cosas tan amables y caritativas, tan comprensivas y tolerantes como que “es un pobre hombre, un amargado, su deporte favorito la falta de caridad”.

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22.10.14

Sínodo: empeñados en dar que hablar

No pensaba volver a escribir del asunto, pero es que no me queda más remedio. Ya conocen mi visión sobre el Sínodo de la Familia: una mezcla de ambigüedad y cosas raras de cuyo conjunto uno saca la impresión de un cierto manejo, manipulación o mano negra, y que ha dado como fruto en la Santa Sede un poco o más bien mucho de episcopal enojo de los pies a la cabeza.

Hace días recibí un correo desde Roma en el que alguien me decía que estaba completamente equivocado, que todo era buen rollito, que perfecto y que de dónde sacaba que hubiera cosas extrañas. Si no es extraño que la primera relatio tuviera traducción a cuatro idiomas casi instantánea y la definitiva aún nada, pues eso, que venga quien tenga que venir y lo vea.

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21.10.14

La medium

AcetreLas parroquias son lugares de lo más entretenido. Pobre del que se piense que aquí es todo el día lo mismo. de la misa al rosario, del rosario a la catequesis, de los niños al catecumenado, de Cáritas a vida ascendente. Bah. Pobres ingenuos. Es verdad todo lo antedicho, pero de vez en cuando aparecen la sal y la pimienta que ponen chispa en la cotidianeidad.

Me vino hace no mucho una señora a pedir agua bendita, y servidor, perro viejo, en estos casos indaga un poco. No por nada, sino porque ya me la han pedido para echar a la comida y que no haga daño, para fregar el suelo y ahuyentar malos espíritus o para derramarla sobre la ropa del niño porque es hiperactivo y no hay quien le aguante. También es cierto, ojo, que hay gente que gusta de tener en casa para santiguarse en algún momento del día. No es lo mismo, naturalmente. 

Pues esta buena mujer me pedía o bien agua bendita o que yo fuera a su casa a bendecir el hogar ya que había descubierto que hay gente que le estaba lanzando energía negativa y que eso se contrarresta derramando agua bendita abundantemente por toda la casa. Pues empezamos mal, porque eso de las energías negativas y tal a uno como que no le convence mucho -vamos, que no me convence nada-.

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20.10.14

Un sínodo raro, pero raro. Y no sé por qué algunos están tan contentos

Un sínodo raro donde los haya. Empezando por que ha sido  sínodo “extraordinario”, es decir, fuera de lo ordinario, de lo normal, hasta por pura definición.

Extraño, raro y lo que queramos, que no hayamos podido conocer las aportaciones de cada interviniente en el mismo, que no sabe uno la razón si se supone que vamos hacia una iglesia adulta, transparente y participativa, más aún cuando en otros sínodos sí se daban a conocer.

Sorprendente que hayamos conocido dos relatio, una que salió precipitadamente y hasta con traducción aunque no oficial en el “Bollettino”, y que a muchos padres sinodales pescó con el paso cambiado, tanto que en las reflexiones posteriores de los círculos menores, esta vez sí publicadas, algunos grupos se lamentaban por ello.

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