De las cosas de Madrid no escribo
Me preguntan algunos lectores que cómo es posible que encuentre temas para escribir un post cada dos o tres días. Tengo que responder que el problema es otro, es cómo limitarme a escribir algo solo cada dos o tres días, porque la multitud de temas y de asuntos que uno se encuentra sin necesidad de buscarlos es algo que roza el infinito.
Entre lo que uno se encuentra, lo que le dicen, lo que intuye y recibe, aquí me podría pasar el día sin hace otra cosa que escribir de mil y un asuntos. Un límite personal es Madrid. De mi diócesis no hablo. Quizá alguna vez de cosas de forma tangencial, pero de Madrid callo. Y mira que hay compañeros de base, altura y podio que me cuentan, me filtran, me meten el dedito en la boca con la esperanza de que largue lo que ellos saben y no se atreven a contar. Vana esperanza.
