Misa, sermón, rosario y exposición
En los años setenta y ochenta, cuando alguien quería ridiculizar una praxis pastoral caduca y destinada al fracaso, amén de burlarse de curas poco actualizados o anclados en un pasado a superar, se decían estas cuatro cosas: bah, todo se reduce a misa, sermón, rosario y exposición.
Efectivamente había que buscar nuevos métodos, por supuesto con mucho menos culto, implicaciones sociales e inserción en el mundo. Nuevos métodos que llevamos practicando cuarenta años con el extraordinario resultado de haber conseguido que hoy, en España, entre agnósticos, ateos y no creyentes hayamos alcanzado la nada desdeñable cifra de casi un 30 %, que en algunas zonas de España, como en Cataluña, se dispara hasta superar el 45 %.