Vuelve la cabra al monte. O los obsesos Vidal y Bastante a sus fijaciones
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o el Arlanzón por Burgos, parece que todo vale, aunque no tenga el menor sentido, para alimentar una tesis mentirosa que un día sí y otro también se quiere colar de matute no en la opinión pública, pues a esa ni llegan ni está interesada por el tema, sino a determinado sector eclesial con la intención evidentísima de que venga en apoyo de sus pretensiones. Manifiestas desde hace ya unos diez años.
Que son simplemente intentar cargarse a determinados obispos españoles por la gonadal razón de que no son de su gusto. Más bien de su mal gusto. Y en el empeño todo sirve. Por absurdo que sea.