Mañana de domingo: tres pueblos, tres misas

Ayer, un domingo más en la vida de mis tres parroquias. Mantengo el horario de misas que tienen desde “siempre”. Es decir, a las 11 celebro en Gascones, a las 12 en La Serna y a las 13 en Braojos. Justito de tiempo, pero bien, ya que la distancia entre pueblo y pueblo es de apenas dos kilómetros.

Hemos entrado en la dinámica de invierno. Se han ido marchando los veraneantes y nos quedamos los de siempre. Suelo acudir a Gascones una media hora antes de la celebración para que dé tiempo a preparar todo sin prisas, incluyendo el toque de campanas que, aunque se hace a través de un dispositivo electrónico, no siempre funciona correctamente. Diez o doce personas, un monaguillo casi siempre, y una parroquia que celebra la eucaristía. Y lo hacemos con toda decencia, porque no nos falta algún lector, ni el canto apropiado ni una campanilla avisando de que el Señor, en ese preciso instante, ha venido a hacerse pan y vino por y para nosotros.

Podéis ir en paz y al coche, que me esperan en La Serna, donde poco más de lo mismo. Diez, doce, quince celebrando el día del Señor. Campanas -aquí sí funcionan bien-, lectores, cantos. Sin monaguillo, pero con campanilla. Los domingos en La Serna ando más justo, porque pilla en medio y vengo de Gascones y he de salir sin demora para Braojos. Aún queda tiempo para saludos y poco más.

Braojos ya es otra cosa. Lo mismo hasta nos juntamos en misa cuarenta o cincuenta, y ahí sí que tengo monaguillos, cuatro que se reparten por semanas, señoras que cantan aceptablemente bien y buena colaboración de todos.

Si hacemos resumen, sesenta, setenta personas entre las tres misas. He dicho muchas veces que el número no importa, si lo señalo es para que, los que viven en parroquias más grandes o asisten a misa en templos que acogen cientos, miles de fieles, sepan que la fe se vive y celebra en otros lugares de forma muy distinta no en lo esencial, porque la fe, el sacramento, todo es lo mismo, sino, simplemente, porque somos poquitos.

Pero, curiosamente, el ser poquitos nos regala algunas cosas. Por ejemplo, el don de la generosidad de colaboradores y voluntarios que realizan una tarea clave para que se puedan celebrar las tres misas. Me da la gana citar a Alfredo, que siempre está antes de tiempo en Gascones y se encarga de cerrar para que yo no me entretenga. O a Juana, en La Serna, la “jefa” que le decimos en broma, que está atenta a cualquier cosa, a las religiosas que van de pueblo en pueblo animando a los fieles, o a Pilar y Cándido en Braojos que abren, cierran, preparan todo y sin perder jamás la sonrisa.

Ser poquitos nos regala un ser comunidad con nombre y apellidos, que, si bien en absoluto es imprescindible, nos permite vivir la cercanía de los que se sienten familia. Más aún, la precariedad une, ayuda, hace Iglesia, regala complicidades y caldea el corazón.

He vivido misas con cientos de personas. Domingos de abrir las puertas del templo y no parar en toda la mañana entre celebrar y confesar. Ahora es otra cosa. Es subirte al coche y recorrer dos kilómetros para celebrar en Gascones con los poquitos de siempre. Es terminar y entrar en la Serna donde ya lo tienes todo preparado. Es volver al coche y subir a Braojos sin entretenerte porque tienes la tercera. Misas entrañables, sencillas, cálidas, día del Señor en nuestros pueblos mínimos donde aún el domingo quiere decir algo. Bendito sea Dios, y qué regalo tan grande ir de pueblo en pueblo contemplado tanta belleza. Y qué regalo tan especial celebrar en unos templos que son una maravilla.

Las misas acaban muchas veces en el bar, el único que tenemos en Braojos, porque es domingo, y los domingos se toma el aperitivo. Los fieles y el señor cura algunas veces, que un vino con la gente jamás hizo daño.

Misas de pueblo, de mis tres pueblos. Eucaristía, sencillez, fraternidad. Qué grande es Dios.

19 comentarios

  
Myrian
Que bonito suena, pero me da un poco de tristeza. Por un lado la despedida del verano que es mi estación favorita y por otro la poca asistencia de fieles. En mi pueblo también somos poquitos y la Misa Dominical se celebra por defecto siempre el sábado. Si no tenemos nada especial se reúnen de 60 a 80 personas. Es lo que hay. Y si, siempre acaban en el bar, los que son amantes de el, que una cosa no está reñida con la otra. Es ahí donde uno se entera de las últimas noticias de actualidad y se cotillea un poco, es lo normal. Otros se quedan en el cabildo para charlar unos con los otros y cambiar impresiones, que es a la vez una forma de convivencia con los hermanos en Cristo. Claro que hay muchos más vecinos, pero no comprometidos con Jesús, con la Iglesia. Hoy la religión no está de moda. Ahora bien, cuando se celebra un funeral, fiesta o demás se llenan hasta los pasillos y eso que tenemos una Iglesia inmensa...
15/10/18 2:30 PM
  
Tulkas
No es mala idea celebrar los Domingos por la tarde.

15/10/18 3:15 PM
  
Charo García
Padre Jorge; buenas noches para usted, buenos días para mí. :)
Creo que es sencillamente maravilloso; el poder disfrutar de la grandeza de Dios a través de la sinceridad humilde, que sirve para despojar el alma de todo aquello que en realidad no sirve.
Me da mucho gusto poder escucharlo tan aclimatado en su Misión; evidentemente Cristo nunca se equivoca, y por su Camino va entregando a quienes por Amor le siguen; todo aquello que les toca. (Lc 18, 29-30)
Y permaneciendo fieles al llamado; encontrarán todo lo necesario para poder recibir del Fuego del Espíritu Santo, calorcito en el corazón.
Que va fundiendo el alma por su nobleza; y con su Gracia la guía a Renacer en espíritu desde arriba., alcanzando la Santidad que da Vida Nueva, para la Gloria de Dios. Y cómo niños en su debido tiempo; entrar en la Plenitud de Vida Nueva al Cielo.
En verdad les digo que el que no reciba el Reino de Dios cómo un niño no entrará en el. (Lc 18, 17)
Padre Jorge muchas felicidades!; pues a través de sus palabras considero, que a Dios le agrada mucho su trabajo.
Y junto con María Santísima; lo cuidan y lo miran con alegría y ternura en todo momento.
Saludos! DLB

Dios te Salve María ...
15/10/18 3:42 PM
  
Haddock.
Sí. Qué grande es Dios.

Tan grande, tan grande, que se hace presente en cualquier pueblo por pequeño que sea.
:)




15/10/18 3:44 PM
  
Tannhäuser
¡Qué suerte los que viven en esos pueblos! Cómo les envidio su modo de vida. Aunque veo un peligro en esa costumbre del aperitivo: Si va tomar un vino en un pueblo que no sea donde tiene su residencia, cuidado con los controles de alcoholemia que por nada se la pueden liar.Si se toma un vino, mejor que le lleve un vecino.

Le rezo su Avemaría.
15/10/18 4:05 PM
  
pedro de madrid
Aquí en Madrid, acaban de "refundir" dos parroquias, Santa María de la Cabeza, casi nada como dice el castizo, con San Hermenegildo. Siempre estuve contento con los sacerdotes., Tal vez los censados sean 30 o 40 vecinos, practicantes, tal vez un 25 0 30%
Avemaría
15/10/18 4:32 PM
  
Fulgencio
Mi párroco también tiene tres pueblos: 10,00; 11,30 y 13,00 separados media hora de coche. Los curas rurales son como los médicos rurales, no se hacen notar, pero existen.
15/10/18 4:42 PM
  
😇😇
Un vino con la gente? Eso lo echa a perder. Quedese orando media hora, despues de la misa. No lo pierda todo de esa manera.
15/10/18 6:56 PM
  
Simplicio
Normalmente, con menos gente hay más devoción, más recogimiento, más espacio para ponerse de rodillas sin tener que meter la cabeza entre las caderas de los del banco de delante que se quedan de pie, etc.
Y cuando hay más gente, o en celebraciones multitudinarias, pues aleluya, se aprecia más la grandiosidad, la variedad y diversidad del Pueblo de Dios.
En los que aman a Dios, todo se junta para bien.
15/10/18 8:07 PM
  
Juan
Me maravilla este sacerdote: no solo cumple su deber en tres pueblos/parroquias, casi a matacaballo, sino que lo hace con una alegría, con un darse a los demás que apabulla. A lo del vasito de vino no le doy importancia, pero teniendo en cuenta tres celebraciones anteriores, algo de razón hay que asignarle a Tannhäuser. Pero lo esencial es el servicio que don Jorge está prestando a los files de sus tres parroquias y a los más numerosos de su cuarta parroquia: este blog. Tres Avemarías y una salve... Junestella.
15/10/18 9:54 PM
  
Emilio
¡Con ese optimismo, ya se puede! ¡Y que dure!.
¿Y no será por las avemarías que le mandamos?
Ahí va una más.
16/10/18 12:26 AM
  
Isabel.
Ser comunidad con nombre y apellidos aunque no sea imprescindible, para mí sí que es muy necesario. Los cristianos vamos siendo minoría y necesitamos ese sentirnos familia del que usted habla Padre.
16/10/18 12:51 AM
  
ana
Hay algo q no entiendo.
es que leyéndolo Padre me vino la pregunta...
siendo así...como puede organizarse para confesar?
quizás si uniera dos pueblos podría más fácilmente atender los confesionario...
quizás ya estén atendidos y este yo metiéndome en camisa de once varas.,,pero como es lo q me vino a la cabeza,con todo el respeto del mundo me he atrevido a preguntarle.
16/10/18 1:52 AM
  
Javidaba
Doña Ana :
Sin la pretensión de responder a la pregunta que Ud. hace a D. Jorge, me permito contar mi experiencia cuando asisto a Misa en parroquias rurales atendidas por sacerdotes-párrocos de varios pueblos al estilo de D. Jorge y quiero confesarme: Sencillamente abordo al cura cuando baja del coche y unas veces me confiesa mientras vamos andando hacia la iglesia, otras me confiesa en la Sacristía. Eso, cinco minutillos mal contados. Incluso he visto a algún sacerdote que al entrar en la iglesica pregunta a los fieles "¿alguien quiere confesarse?". En los pueblos tienen muy claro -y más los domingos- aquello de la "relatividad del tiempo" que demostró científicamente Einstein, y que en España hemos vivido como falta de puntualidad desde "in aeternum". Si en vez de a las 11.00 empieza la misa a las 11.05, ... no se va a parar el mundo...
Por otro lado, cuando he tenido que hacer confesiones o consultas más "gordas", como de un pueblo a otro hay un paseo a veces más corto que el que hay entre barrios próximos de una gran ciudad, conociendo las "horas de despacho" del cura... pues eso un paseíco al pueblo vecino y todo arreglado. En ese aspecto, al párroco se le aprecia como a un vecino.
Saludos.
16/10/18 9:08 AM
  
ntonio
A ese señor que le recomienda que no beba vino con los feligreses le auguro una hermosa úlcera de estómago. Los curas son personas, como usted y como yo, y tienen derecho a vivir como los demás.
16/10/18 11:30 AM
  
😇😇
Ntonio, una úlcera de estómago por no beber vino? Yo creo que es lo mas sano, ser abstemio. Y dice que los sacerdotes son personas como usted y como yo? Fisiologicamente sí, pero en lo demás no. Los curas son supuestamente celibes. Por algo será, no cree? Se supone que lo son para dedicar todas sus energías a Dios, pero si dejan que esas energías se pierdan tomando vino con los parroquianos, para qué se han hecho entonces curas? Para dedicarse a Dios, el camino es la oración. Y no cualquier oración, sino la oración continua. Usted cree que beber vinito es una buena manera de orar? Amos ande! Si uno se hace cura, que lo aproveche, hombre. Para beber vino ya estamos los normales. Él a orar como San Juan de la Cruz.
16/10/18 1:31 PM
  
Haddock.
Me parece corruptela del lenguaje que este imbécil de los emoticonos ( al parecer su caletre ha agotado todos los nicks con los que nos inflige sus chorradas) diga "para eso ya estamos los normales"
¿Cómo osa inscribirse en la normalidad este enano resentido ?
Dudo que escriba después de haberle cambiado el pañal a su bebé, que sus inclinaciones y capacidades se leen entre líneas, pero no dudo que bebe vino.

En exceso.

16/10/18 3:51 PM
  
Margarita
Gracias por su testimonio Padre, es muy bello para el alma darse cuenta de un sacerdote que ama la Eucaristía y va de pueblo en pueblo celebrándola con todos sus honores. Bendito sea Padre, espero su bendición.
16/10/18 4:20 PM
  
José Antonio
Al señor que me contesta sobre beber vino le diría que hasta Jesucristo lo hacía con sus discípulos. Según la teoría del que firma con dos caras de angelitos los curas deben orar las veinticuatro horas del día. Ni comer, ni beber, ni dormir... ¡Anda ya, tómese la pastilla!
16/10/18 4:34 PM

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