Cuando los conflictos los creamos los curas

No quiero escaquearme en absoluto. Ayer escribía sobre conflictos que nos llegan como se dice vulgarmente “sin comerlo ni beberlo”. Los hay para escribir una enciclopedia por entregas.

Pero también se dan muchos por culpa de los propios curas que a veces parece que tenemos un don especial para liarla allá por donde vamos. Pues de curas quiero escribir hoy, y de cómo podemos originar o evitar posibles conflictos pastorales.

Estas son a mi modo las causas más comunes de conflictos en el mundo de la parroquia y cómo podemos evitarlas.

1. El cura que se marchó. No debería ser especialmente complicado un cambio de párroco, aunque en ocasiones se lo ponemos difícil al que llega. El cura que se va lo que debe hacer es dar las gracias a todos por su colaboración, pedir perdón por los fallos, y animar a recibir al compañero con generosidad. Pero si en lugar de eso dice que le han echado, que malo el obispo y se deja querer con alguna recogida de firmas, se lió.


2. Ignorancia. Cuando un cura llega nuevo a una parroquia se debe pasar no menos de un año en oír, ver y callar. Un año para enterarse de las cosas, de las costumbres, de los usos y manías. Ese primer año es el año de preguntar qué costumbre hay aquí, cómo hacía las cosas su antecesor. Empezar con un “ah, pues no sabía” no es nada bueno.

3. Vagancia. Malo que nos toque un cura vago que sólo piense en su comodidad. Es ese cura que total para qué tantas misas, la misa del gallo mejor la quitamos, esa reunión qué sentido tiene, y yo no abro el despacho todos los días. La disponibilidad es esencial, y más vale hacerse el tonto que pasarse de listo. La disponibilidad, por cierto, que se note sobre todo cuando hay un difunto. Ante un fallecido sólo puede haber una respuesta, y aquí pienso sobre todo en curas de pueblo: “a vuestra disposición, lo que necesitéis”.

4. Testosterona. El cura que ha decidido que es el cura y que se hace lo que él dice por cuestión glandular. Suele ser la peor fuente de conflicto porque en cuestiones de atributos a todos gusta hacer gala de los suyos y así no hay quien se aclare. Una cosa es firmeza en la doctrina, en criterios pastorales, en hacer las cosas como se debe –y esto se entiende y se respeta- y otra muy diferente hacerlo por mis santas narices.

5. Religiosidad popular. Sobre todo para curas de pueblo. Hay que entender la devoción secular a su Virgen de, su Cristo o su santo patrón, y sus formas de festejarlo y venerarlo. Muy respetuosos, por favor, con esto. Lo primero, respetar, querer y hacer nuestra esa devoción. Cuidar de su fiesta, novena, procesión, usos y costumbres. Y NO TOCAR NADA si no es para avanzar en devoción y compromiso y esto SIEMPRE CON UN CONSENSO TOTAL.

Un sacerdote que llega nuevo a una parroquia, si tiene la suerte de que el compañero que acaba de marchar dejó todo como se debe, se informa de las cosas, es una persona disponible y trabajadora, va haciendo las cosas poco a poco como pide la Iglesia y tiene un cierto don para manejar la mano izquierda, no tendrá más conflictos que las puras anécdotas.

Ahora, como vaya diciendo aquí estoy yo, yo sé, yo conozco, sé mis obligaciones y mis derechos, y con la procesión haré lo que me parezca, pues la hemos pifiado, hermano.

16 comentarios

  
Janvier
Muchos la lian simplemente por el hecho de encontrarse en el lugar equivocado. Nunca les debieron dar consentimiento de idoneidad. Pero lo grave es que cuando se demuestra y queda patente el fraude y la estafa, en lugar de pedir perdon, corregirse o llegar a algun acuerdo con los afectados se ponen farrucos, tiran evangelios y catecismo por los suelos y de la chuleria y la MALDAD hacen su religion. Y hay obispos que los defienden y protegen. Toma ya.
03/01/13 11:21 AM
  
vicente
Cuando no todos estén de acuerdo, el párroco debe escuchar a todos y finalmente decidir él.
03/01/13 11:26 AM
  
Carballo
Una metedura de pata de cura joven. En mi primera Navidad en la parroquia comprobé casi horrorizado como para besar el niño Jesús los feligreses querían echar una moneda en la cesta, me dije imposible cobrar por besar al niño Jesús, y se lo impedí. La gente protestó, porque era la tradición: Por suerte un compañero sacerdote me dio un buen consejo: no quites nada sin poner algo en su sitio, y me sugirió la idea de realizar una colecta destinada a cáritas con el dinero recaudado al besar el niño Jesús, y así todos contentos. Una pequeña imprudencia con final feliz.
03/01/13 12:16 PM
  
Eduardo Jariod
Tanto por el post de ayer como por el de hoy, el ejercicio de párroco es un derroche de paciencia. Paciencia es lo de ustedes y no lo de Job.

Al final, siempre se reduce a lo mismo: la sana o correcta comprensión de las funciones de cada cual y del lugar que le corresponde (¡qué difícil es saber estar en tantas ocasiones, cuando debería ser lo más evidente!). Ni la parroquia está a mi servicio como si fuera una extensión de mi ego o de mi deseo, ni el cura es un jefe que tiene por subalternos a los feligreses que colaboran.

Este último post, como suele ser muy habitual en Vd., es un sencillo y a la vez enorme homenaje al sentido común.
03/01/13 12:22 PM
  
Yolanda
Janvier: "MUCHOS" no serán, digo yo. Rellea lo que describe de esos "muchos" Y encima defendidos y protegidos por los obispos.
03/01/13 12:38 PM
  
Maricruz
Bueno, según sus "causas más comunes", mi párroco sobrado se lleva el premio.
Yo, es que la verdad no se seguir en lo mismo o hacer algo al respecto y si hago algo no se si meterme de narices en la parroquia o salir corriendo directito a la curia.
Si me meto en la parroquia va a ser problema diario y si me voy a la curia no podré regresar mientras el esté ahí.
Lo único que tengo claro es que estoy aburrida de quejarme.
:)

Hace ya tiempo ofrezco la misa por el y lo recuerdo en mis oraciones. Mientras, seguiré en ello, me parece que, lo más probable, es que lo necesita.

Un abrazo, padre y muchas gracias.
03/01/13 12:41 PM
  
Daniel
No todos los sacerdotes debieran ser párrocos. No todos saben pastorear a una comunidad. Y con esto no digo que no sean buenos sacerdotes; probablemente lo sean ejerciendo otros ministerios, pero no estando al frente de una comunidad parroquial.
03/01/13 1:15 PM
  
Joaquin
En el caso de los curas, los problemas pueden ser más graves, dada la responsabilidad que asumen, quieran o no. Yo, por ejemplo, no puedo ir a oír Misa en mi parroquia, así de sencillo. Tengo que ir a otras iglesias que no me pongan de mala uva por presenciar una consagración irreverente (el cura ni siquiera se arrodilla, y expone la Forma consagrada como le parece en el acto de la consagración), por una homilía en la que sin saber exactamente de qué está hablando parece que defiende la insumisión contra normas establecidas de la Iglesia, etc. Por cierto: un día me quedé encerrado en la parroquia porque se me ocurrió rezar el Rosario después de la Misa y a los diez minutos la iglesia estaba cerrada, sin que yo me hubiera dado cuenta (ni el párroco tampoco, claro). Para qué les voy a contar más......
03/01/13 2:22 PM
  
Germán
Por décadas he visto en mi parroquia cambios de párrocos con las consabidas consecuencias revoltosas, pero lo que más tensiones y dispersión produce es que muchos, llegan a la parroquia para "destruir para edificar"... en una rueda de nunca acabar. Mi parroquia pasó de ser una "comunidad de comunidades" a una de "pastoral de conjunto", a "cursillista" y ahora "carismática"...
03/01/13 3:23 PM
  
Gregory
Los errores dan sabiduria cuando una primero reconoce que cometio un error en tal cual decisión o actividad. Hay que saber escuchar y valorar el trabajo de nuestros predesesores que como nosotros tuvieron aciertos como desaciertos.
03/01/13 5:57 PM
  
second ats
Un conflicto del que tuve conocimiento hace un par de días: en una parroquia el párroco se empeñó en señalar las bodas cada 45 min cada sábado; la boda-express. También, como segunda medida acompañando la anterior: los novios no podían echarse una foto en el templo porque retrasaban la siguiente boda. (Un poco más y no le deja ni firmar los papeles...). Un feligrés que había estado toda su juventud en el grupo de jóvenes de la citada parroquia tuvo un conflicto bastante serio con el párroco.
A mi me cobraron por casarme en la parroquia de mi barrio, cosa que veo normal, pensando en que hay que sufragar los gastos lógicos del templo (aunque a mi me parece una cantidad algo excesiva). Lo que no veo bien es que te pongan tantas limitaciones en un día que es muy importante, y encima cuando se te cobra una cantidad por ello y sin alegar razones explicables (porque detrás de todo hay una comodidad del cura increíble)
03/01/13 9:59 PM
  
Bruno
D. Jorge:

Muy bueno el post como complemento del de ayer. Al final, tanto ovejas como pastores somos bastante burros y a menudo damos coces cuando no debemos.
03/01/13 10:12 PM
  
C. Pascual
D. Jorge. Este artículo deberían entregarlo junto con los nombramientos de Parroco en un documento único e inseparable.
03/01/13 11:22 PM
  
DavidQ
De los dos últimos artículos podemos sacar una conclusión asombrosa: que tanto pastores como fieles somos (redoble de tambores, el público contiene la respiración) humanos.

Y si queremos hilar más fino, humanos imperfectos. ¿Por que Dios nos ama a pesar de eso? Es algo que espero algún día preguntarle cara a cara. Porque tan fácil que habría sido crear máquinas pensantes, siempre obedientes e indestructibles, libres de errores, y en lugar de eso nos puso a nosotros, asnos en dos patas, con dos simples mandatos: amarlo a El y amarnos entre nosotros.

Y por cierto que cuando hay conflictos, es porque alguno de los dos mandamientos no estamos cumpliendo.
04/01/13 5:29 AM
  
Rosa María
Rvdo. P. Jorge: En mi parroquia estamos huérfanos de párroco. Ayer hizo dos meses que el Señor se lo llevó con El. Un fulminante cáncer de hígado nos lo arrebató en diez días. Por favor, recen por nosotros para que el Espíritu Santo nos traiga un sacerdote según el Corazón de Cristo.

Dios quiera que no sea como los ejemplos que usted cita en su artículo.

Muchas gracias.
06/01/13 6:05 PM
  
J. Alvarez
Yo llevo poco tiempo en esto de ir a misa, confesar y comulgar. O sea que soy un neoconversos y me he encontrado con una iglesia bastante cambiada de cómo era cuando niño.
Una de las cosas que llevo mal es lo de confesar cuando se solicite. Claro, también ponen que antes de las misas confiesan pero luego nunca están en los confesionarios. En fin que para mí es una medida muy disuasoria eso de confesar cuando se solicite.
También me choca que casi todos los fieles, por no decir todos van a comulgar...pero si nadie confiesa!!!!
Bueno también está el tema de los móviles. Que suenen en plena consagración me parece el colmo de la irreverencia.
29/11/22 6:32 PM

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