Cosas de la señora Rafaela: No me importa lo que piense

La señora Rafaela es cristiana vieja que, como ella dice, tiene una fe firme a pesar de los curas. Y es que en su pueblo ha tenido que aguantar de todo.

A D. Miguel, que decidió convertir la pila bautismal medieval en macetero y adquirir para suplir la un frutero de cerámica de Talavera. A D. Tirso, firme partidario de la abolición de toda imagen. A D. Abel, que volvió a pedir dinero para reponer las imágenes regaladas por D. Tirso.

Ahora el párroco es D. Jesús. Hace unos días la señora Rafaela le ha preguntado por una cuestión de moral. El bueno del cura comenzó su respuesta afirmando que él pensaba… La señora Rafaela se le tiró al cuello: ai me importa un bledo lo que usted piense, lo que quiero es que me diga cuál es la doctrina de la Iglesia sobre este punto.

Volvió a argumentar el cura: “verá, es que yo en conciencia lo que tengo que decirle…”
Y la señora Rafaela: “ni conciencia ni… Su conciencia es predicar y enseñar lo que manda la Iglesia”

Cuánta razón. Los curas no somos los dueños del cortijo para hacer y deshacer en las parroquias como si la gente no pIntara nada y encima tuviera que pagar las genialidades del curita de turno.
Y en las cosas de fe y moral aun debemos ser mas serios. Ni yo creo ni yo opino tan alegremente. La doctrina es la doctrina. Otra cosa es la dirección espiritual y el consejo personal donde debemos orientar a cada persona para que vaya avanzando en su camino de santidad desde sus particulares circunstancias. Ahí siempre padres misericordiosos a la vez que serios a la hora de animar a la santidad.

Lo que no podemos permitirnos es hacer una pedorreta a la doctrina y un corte de mangas al evangelio con la cosa de yo opino y mi libertad de conciencia. Los feligreses no son el cortijo: son feligreses de la iglesia y del obispo y tienen derecho a recibir la doctrina correcta y a ser pastoreados no según las genialidades de D. Crispín o las ocurrencias de D. Manuel, sino según quieren la iglesia y el obispo.
Bueno, cosas de la señora Rafaela, que será de pueblo, pero de tonta ni un pelo.

PD. Estos días voy escribiendo cosas con el trléfono. Pido disculpas por la edición poco cuidada. Gracias.

11 comentarios

  
Yo2
Parece que la historia de mi parroquia no es tan "única" como yo pensaba... va a resultar que es historia común.
Mi padre aún refunfuña sobre donde estarán algunas sotanas y por qué se quitaron los reclinatorios del altar.
Encuanto a lo importante, pues también, y ha sucedido lo que tenía que suceder, que la iglesia está casi vacía.
Un saludo en la Fe.
08/08/12 12:39 AM
  
Eva
¡Cuánta razón tiene la señora Rafaela! Si es que donde esté el sentido común. Y esa sucesión de párrocos la hemos vivido muchos que conservamos nuestra fe, no a pesar de los curas, sino gracias a los curas, los buenos curas que nos hemos encontrado. Incluso, a veces, el que vendía las imágenes y el que nos ayudaba en el camino de la fe era el mismo cura, como el párroco de mi niñez. Yo siempre he pensado que, en estas cosas de las devociones y la religiosidad popular, el ambiente general tenía mucho que ver, según mis recuerdos. Lo mismo para la doctrina y la moral. Hoy en día es diferente, los que hacen esas cosas las hacen por (equivocado) convencimiento. Y la misma historia vale para los laicos.

Espero que esté disfrutando de su peregrinación, don Jorge, y que le sea provechosa espiritualmente.
08/08/12 2:36 AM
  
Juan Mariner
Estos casos son una realidad en la mayoría de parroquias de mi Diócesis. Ahora bien, no debemos nunca enfrentarnos a nuestros párrocos, debemos hacer un poco como Doña Rafaela: al pan, pan, y al vino, vino. Debemos tener en cuenta que en la mayoría de casos quien es responsable de estos "desajustes" es el propio Obispo por su "poca pericia", lamentablemente. Poner estos asuntos sobre la mesa me parece ya un gran avance.
08/08/12 10:06 AM
  
Bruno
Muy buen post, D. Jorge.
08/08/12 11:20 AM
  
Carmen
Algunos curas, como bien dice, se creen dueños del cortijo, cuando no son más que inútiles siervos de la viña del Señor, y lo que se hace, es lo que dice el Dueños de la viña. Haber si van a ser como aquellos labradores a los que se les arrendó la viña.

Esto nos demuestra que el Espíritu Santo no abandona su Iglesia. Alabado sea Dios
08/08/12 11:52 AM
  
Enrique G. B. A.
La doctrina de la iglesia dice lo que debemos saber, en cierta cuestión, y en cuanto a lo que pensamos acerca de lo mismo...ahí tenemos una explicación de nuestros pecados, en más de una ocasión.
08/08/12 5:23 PM
  
Gregory
Muy buena observación sin duda y muy oportuna somos servidores de los creyentes en Cristo Jesús de manera que predicarlo a él es el camino.
09/08/12 6:09 AM
  
María
y en el pueblo de mi marido todavia se preguntan donde andará el antiguo retablo de la antigua iglesia , con su antigua virgencita del Carmen incluida..... y yo me pregunto donde estará el pastorcito del Belen que echo en falta desde hace unos cuatro años y que estaba en la ermita a la que mi abuela me llevaba de pequeña....Pregunté al sacerdote encargado del santuario por él, pero, por su contestacion, me pareció que ni se habia percatado de la existencia de dicho pastor... ¡ y mira que era de buen tamaño ! ¡ mira que estaba a la vista de todos! pero por más que le insistí , ná de ná
09/08/12 2:21 PM
  
gonzalo
este señor enfundado en funda de paraguas peno cano y con canas , bregado en la vida sacerdotal, me gusta como escribe, clarito, clarito clarito.
10/08/12 10:59 AM
  
Marcelo
Cuando de la vocación se pasa a la profesión, y los profesionales del altar quieren ser aplaudidos y agasajados después de cada función, no se puede esperar que te asesoren en nada. Sus intervenciones son tan ambiguas que se apoyan en la parte histórica y tocan de resbalón la doctrina sin profundizar, eso sí, son entretenedores, divertidos y ocurrentes, son la chispa de la parroquia, el florero en el altar. Ávidos en las artes de dar la vuelta a los bolsillos, hace y deja hacer (un poquito) para que nadie se le subleve. Reparte las tareas, nunca los cuantiosos beneficios si tu párroco es así, no lo dudes, es el dueño del cortijo
11/08/12 4:13 PM
  
María
Además de lista la señora Rafaela paga la nómina del párroco y del obispo y no quiere que le den gato por liebre. Si habría más señoras Rafaelas en la Iglesia, no habría tanto gato.
13/08/12 11:42 AM

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