Persecución comunista: Vietnam

La persecución en Vietnam tiene hoy un nombre propio: Nguyễn Đặng Minh Mẫn. Periodista independiente y activista católica, en 2011 cubrió con sus crónicas las protestas de nacionalistas y patriotas vietnamitas contra la política “imperialista” de Beijing en el Mar de la China meridional. Por esto, fue arrestada el 31 de julio del mismo año, junto a otros 14 jóvenes cristianos protestantes. Tras 18 meses de prisión preventiva, fueron hallados culpables en un juicio de muy dudosa validez. La acusación afirmó que Minh Man actuó para “derrocar al gobierno del pueblo”.

Conforme a las declaraciones de sus familiares, la activista católica habría sufrido episodios de violencia en la cárcel.

“A veces, las guardias carcelarias –explica el padre Nguyễn Văn Lợi – le propinan bofetadas en el rostro”. Y no sólo eso, sino que otros prisioneros son usados para “insultarla frente a los demás”. De momento –agrega el progenitor- mi hija debe transcurrir 10 días en régimen de aislamiento en una pequeña habitación. Una celda muy oscura y maloliente”. (Asia News)

Minh Man compartió cautiverio con la bloguera católica Maria Ta Phong Tan, quien relata que estaban encerradas en la sección destinada a detenidos políticos, pero en celdas distintas. No se permitía que nadie entrara allí, ni siquiera al personal médico, tampoco los empleados del comedor, ni siquiera los guardias de seguridad”. Sin embargo, sí se permitía la entrada a una extranjera llamada Lan, que “golpeaba a Minh Mẫn de una manera cruel, provocándole heridas”.

Igual que ocurre con casi todos los regímenes comunistas, Vietnam cuenta con una serie de leyes y normativas que sobre el papel parecen respetar los principios básicos de la libertad religiosa. Sin embargo, la realidad para las personas que viven en Vietnam es muy distinta. En 2016, el Departamento de Estado de los Estados Unidos recomendó a su Gobierno en su 16.º Informe sobre Libertad Religiosa Internacional, publicado el 2 de mayo de 2016, incluir a Vietnam en la lista de “Países de especial preocupación” respecto a la libertad religiosa.

El caso vietnamita recuerda vagamente al chino al menos en un punto: el abandono de una política de represión de la religión propia de los regímenes comunistas, para adoptar una política de control estricto de la misma. En china esta control se ejerce a través de la “Iglesia paralela” creada desde la Asociación Patriótica. En Vietnam –país en el que hay un 10% de cristianos (8% de católicos entre ellos)-, la Oficina de Asuntos Religiosos, creada en 1955, ejerce el control de las religiones que apetecen los regímenes comunistas.

El Informe de Libertad Religiosa 2016 publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada – ACN expone las variadas dificultades que sufren las comunidades religiosas en Vietnam:

1) Los individuos y las organizaciones religiosas corren mayor riesgo si las autoridades les consideran una amenaza para el gobierno del Partido Comunista. En consecuencia, las organizaciones religiosas se ven obligadas con frecuencia a renunciar a su misión si quieren sobrevivir en Vietnam. Esto supone abandonar el apoyo a cualquier actividad que pueda ser percibida como contraria a la línea política del Partido, por ejemplo sobre democracia y derechos humanos. Es fácil que los activistas, por ejemplo los católicos y los protestantes, que defienden abiertamente las libertades básicas, acaben en prisión.

2) La determinación del Estado en mantener el orden público a toda costa precede a la libertad religiosa y a muchos otros tipos de libertad. Esta actitud supone inevitablemente graves restricciones a la evangelización. La evangelización puerta a puerta o entregar folletos en calles y parques públicos puede provocar la intervención de la policía. Los budistas y los caodaístas que se niegan a unirse a las organizaciones auspiciadas por el Estado corren un auténtico peligro.

3) Es digno de mención el amplio margen que se concede a las autoridades para interpretar y aplicar la política religiosa de acuerdo con sus propios intereses. Este ancho margen es una fuente de incertidumbre e incoherencia. Algunas comunidades religiosas tienen la suerte de que realizan sus actividades en provincias en las que las autoridades no manifiestan ninguna antipatía especial hacia la religión o hacia las minorías religiosas. Pero casi todos los grupos religiosos afirman haberse encontrado con más problemas en una provincias que en otras. En estas provincias es difícil conseguir la aprobación gubernamental para edificar una nueva iglesia o para realizar algunas actividades religiosas.

La Asociación para la Defensa de la Libertad Religiosa -grupo surgido de la sociedad civil vietnamita- publicó su último informe en febrero de 2016. En él, describe cómo “en 2015 las autoridades vietnamitas cometieron 50 violaciones de la libertad religiosa. La mayor parte de las víctimas han sido protestantes, en concreto personas que trabajan entre las minorías étnicas y las comunidades más pequeñas sin licencia para realizar actividades religiosas. Las autoridades impiden a los fieles participar en el culto religioso, amenazándoles y no permitiéndoles reunirse.

Las amenazas de incautarse de las propiedades que pertenecen a los grupos religiosos y la recuperación de las propiedades confiscadas por las autoridades siguen siendo las cuestiones más polémicas para las comunidades religiosas. En 2015, a las congregaciones religiosas católicas se les impusieron restricciones, se les amenazó abiertamente y se les incautaron y confiscaron sus propiedades.

La organización Open Doors afirma que en Vietnam la persecución está aumentando, especialmente desde la aprobación en noviembre de 2016 de la nueva ley de creencias y religión, que limita considerablemente la libertad religiosa. Al parecer, los conversos del budismo u otras religiones animistas al cristianismo son quienes sufren la más dura persecución, ya que ésta proviene no sólo de las autoridades, sino también de sus propios vecinos y familiares. El gobierno vietnamita ve a la Iglesia Católica como una injerencia de intereses extranjeros en su país, así como un remanente de la época colonial.

Solemos recordar en muy pocas ocasiones a los más de ocho millones de cristianos de Vietnam. Si los perseguidos por su fe no suelen protagonizar portadas en medios generalistas, podríamos decir que entre nuestros medios hay persecuciones más difundidas que otras. Por eso este post, destacando una noticia que, como tantas, nos pasaba desapercibida.

Apoyemos con nuestra oración a nuestros hermanos perseguidos de Vietnam.

 Más sobre persecución en Vietnam en la entrada: “Van Thuan, libre entre rejas”

1 comentario

  
Lucía Martínez
María muchas gracias por comentarnos la situación de estos hermanos. Los encomendaremos también desde el corazón a la protección de la Santísima Virgen María.
Un abrazo desde Colombia.
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Gracias por tu oración, Lucía.
Un abrazo
23/03/17 5:36 PM

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