La lágrima de Dios Padre, por Monseñor Munilla
Hoy Viernes Santo, la edición palentina del diario El Norte de Castilla publica el siguiente artículo de Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia. Estamos en un día de meditación acerca del misterio de la Cruz y el amor de Dios. Partiendo de un pasaje de la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson, Monseñor Munilla nos conduce a entender mejor el significado del sacrificio de Dios en favor nuestro.
La lágrima de Dios Padre
Hay una escena en el filme de "La Pasión" de Mel Gibson que ha suscitado muchas preguntas entre sus espectadores, hasta el punto de hacer descubrir a no pocos de ellos una nueva dimensión de la pasión de Cristo. Nos referimos al episodio que sigue a la muerte en cruz. Dirigiendo su mirada a lo alto, Jesucristo pronuncia su última palabra: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu"; para luego expirar entregando su espíritu. A continuación, la cámara eleva paulatinamente la toma, hasta el punto de enfocar el calvario desde una altura que evoca la perspectiva del Cielo. En ese momento, se desprende una gota de agua -la lágrima de Dios Padre- que termina por estrellarse en el montículo del calvario, provocando un terremoto. De esta forma tan sencilla y sugerente, se abre una ventana al designio divino redentor: ¡Dios Padre se ha conmovido ante la entrega de su Hijo en la cruz!