Las volutas del humo de Satanás arrojan la toalla

Rumores de Ángeles recoge una breve entrevista al teólogo Juan Luis Herrero, riojano de 60 años, ex-religioso de los Padres Blancos, secularizado hace 25 años, a cuenta de su reciente libro "Religión sin magia". Ni lo he leído ni lo pienso leer porque, puestos a estudiar las heréticas teorías "desmitificadoras" de la fe cristiana, prefiero quedarme con el original, Bultmann, y no con fotocopias baratas y blasfemas. Sí, he dicho blasfemas porque blasfemo es el teólogo riojano. Fue precisamente un artículo suyo en la revista Pastoral Juvenil, de los PP Escolapios, el que provocó que Monseñor Rouco Varela, Dios se lo pague, moviera con éxito los hilos para que fueran cesados los responsables de esa revista católica. He aquí un párrafo de ese artículo:

"Para acceder a lo sustancial, es preciso partir de lo concreto de la piedad popular para despejar el camino del obstáculo más engorroso y arraigado. En este sacramento central, hay algo que impregna el imaginario popular y desvertebra y pervierte el conjunto: la presunta "presencia real" del cuerpo, sangre y divinidad de Cristo sobre el altar o en el tabernáculo. Presencia que arranca de la "consagración", otro concepto tradicional que fundamenta para la piedad popular muchos de sus interrogantes: cuándo hay consagración, en qué momento de la misa, quién la puede hacer, qué pasa si no hay sacerdote, qué materia prima de pan y vino es necesaria, qué sucede con lo sobrante, etc. Si tal presencia se limitara a una función instrumental, un medio supuestamente necesario para garantizar la actualización misteriosa a favor de la comunidad de la muerte-resurrección de Jesús, sería tolerable aunque irracional. Lo grave e intolerable es que el presunto instrumento se ha erigido en fin: lo importante es que Cristo se hace presente en el altar para 'recibirlo' en nuestro estómago. Simplemente ésto aseguraría ya algún fruto espiritual mientras no se comulgue con pecado mortal no confesado. Me temo que esta doctrina -dicho sea de paso- es una de las principales contribuciones a la descristianización. Un espíritu moderno difícilmente puede 'comulgar' con semejante rueda de molino: una realidad intramundana, empírica y tangible, un poco de pan (o su caricatura) y unas gotas de vino, se convierte milagrosamente en otra realidad material-espiritual-divina, la persona de Jesús. Además, mediante esta enigmática transformación, unos acontecimientos de hace dos mil años (la vida, muerte y resurrección de Jesús) se hacen de nuevo presentes sobre el altar, aunque sin duplicarse. Y este 'sacrificio' de Jesús actualizado permanecería ahí (¿o sólo en el momento de la consagración?) mientras quede una miga de pan. La realidad misteriosa de tal sacrificio se haría presente sobre el altar aunque nadie, ni siquiera el celebrante, por falta de 'disposiciones' interiores, le diese acogida piadosa en su alma."

Conmovedor, ¿verdad? Pues este señor es uno de los referentes de toda la patulea eclesial progre de este país, la cual hace de verdadera quintacolumna en la Iglesia del ya moribundo protestantismo liberal que, cual tsunami espiritual, ha demostrado con creces su eficacia en vaciar las iglesias protestantes tradicionales de Occidente, dejando tras su paso un desierto lleno de arena de indiferentismo, agnosticismo, ateísmo y humanismo buenista políticamente escorado hacia la peor de las izquierdas.

A pesar de todo, Herrero es consciente de algo que la inmensa mayoría de sus compañeros de viaje no quieren reconocer: La Iglesia es irreformable según sus parámetros. Dice que "esta Iglesia hay que superarla, no valen reformas, es irreformable". Oiga, pues sí, tiene razón. Las recetas del progresismo eclesial no encontrarán jamás encaje en la Iglesia Católica. Las puertas del Hades no prevalecerán. Una cosa es que el humo de Satanás entrara por las ventanas que inconscientemente se abrieron hacia la polución del mundo, y otra que dicho humo no sea reemplazado por el aire limpio y oxigenado procedente de la auténtica espiritualidad católica, esa a la que el señor Herrero desprecia y considera superada por la Ilustración. Non praevalebunt, exsurge Domine.

Debemos felicitarnos de que empiecen a reconocer su absoluta incapacidad de reformar la Iglesia a imagen y semejanza de sus heterodoxias. Si todos aceptaran esa verdad, posiblemente dejarían de enredar tanto. Sería un fardo menos en las espaldas de una Iglesia que, en el postconcilio, ha pasado por la crisis de identidad más seria de toda su historia. Y aunque sé que muchos de los "progres" me acusarán de talibán tridentino y lindezas parecidas, no puedo por menos que traer a colación una cita de la Escritura:

1ª Juan 2,9
Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.

¿Duro? Posiblemente, pero no pretendo que se aplique sobre todos los heterodoxos. No pocos de ellos son simplemente ese hijo pródigo que abandona la casa paterna para conocer mundo y, una vez que pasan hambre de la fe verdadera, regresan para ser recibidos con gran fiesta y alegría.

Luis Fernando Pérez Bustamante

7 comentarios

  
sofía
Yo no estoy de acuerdo con JL Herrero, y me parece que hace bien en ir por libre y no considerarse católico. Pero tampoco estoy con los que no admiten que la Iglesia necesita siempre de reformas, y de discernimiento para comprender los signos de los tiempos. Ya está bien de llamar heterodoxos y relativistas a todos los que creen que se debería profundizar más en el Evangelio, para inculturizarlo en el mundo de hoy.
En la Iglesia cabe la diversidad de opiniones. Ahora, como en los primeros tiempos del cristianismo.
20/01/07 12:21 PM
  
Dahrendorf
La entrevista y el artículo son tremendos. Pero al menos, este señor es claro. Dice abiertamente en la entrevista que no cree que Dios escuche las oraciones, que no cree en la misión redentora de la Iglesia, es más, que no cree en la Iglesia. Es un tipo que ha perdido la fe, probablemente sea hasta ateo. Pero al menos ha sido coherente con sus planteamientos, que conducen inexorablemente al agnosticismo, a un cristianismo plano, carente de dimensión sobrenatural.
Mucho más nervioso me ponen aquellos que juegan con la ambiguedad para seguir chupando del bote a pesar de haber perdido la fe o de haberse corrompido hasta los huesos.
20/01/07 12:31 PM
  
Hermenegildo
Sofía: en la Iglesia es reformable lo accesorio, pero no lo principal. Es reformable el Derecho Canónico, la organización eclesiástica, la disciplina del clero... Lo que nunca puede ser reformable son las verdades de Fe. ¿Qué fiabilidad tendría una Fe que hoy dice blanco y mañana negro?
20/01/07 2:58 PM
  
A.C.S.
Hermenegildo,
Aunque te parezca que hay contradicciones, no tiene por qué ser así.
Tendría la misma fiabilidad que la ciencia cuando va ampliando la comprensión de sus teorías: no es que lo que era blanco ahora sea negro, es que se comprende mejor lo que significa blanco o negro. La revelación de Dios es Jesucristo. Las verdades de fe se remontan a él y se deben explicar en un lenguaje comprensible para el hoy. Naturalmente que hay cosas que no se pueden cambiar.
Jesucristo es el mismo ayer hoy y siempre.
Saludos
20/01/07 3:27 PM
  
Hermenegildo
A. C. S.: a eso voy. Lo sustancial no puede cambiar.
20/01/07 4:23 PM
  
nachet
Creo que debemos de perder ciertos miedos, muy a menudo envueltos o pretextados en buenas intenciones. A un musulmán que afirmara que no cree que el arcangel san Gabriel le hubiese dictado el Corán al profeta Mahoma nadie le echaría de la Sunna, sería el mismo el que se saliera del Islam con tal afirmación.
Del mismo modo un teólogo que es denominado por algunos como "católico" y que niega la transubstanciación, la intención de los santos, en la misión redentora de la iglesia o en la autoridad del papa, nadie le echa de la Iglesia católica, él solo se sale de ella. La caridad debe presidir nuestra actitud frente a nuestros hermanos incrédulos, pero en cuanto a nuestras convicciones debemos ser firmes, y no blandos o intransigentes. Y desde luego no tener ningún complejo en afirmar las verdades de nuestra fe y nuestra comunidad.
22/01/07 6:19 PM
  
nachet
en el último comentario, donde pone:
"y no blandos o intransigentes", debe poner "y no blandos o transigentes".
22/01/07 6:46 PM

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