¿Y si el Papa se lleva a Roma a Sistach?
He de decir que no me gustan los rumores. Son más o menos entretenidos, sirven para llenar páginas de blogs y tienen la “virtud” de que cuando se les hace correr, si luego no salen, no pasa nada, pero si salen, el que los difunde se apunta un tanto. No es un campo en el que piense lanzar habitualmente mis redes para pescar peces.
Pero el caso es que Roma lleva cierto tiempo siendo un hervidero de “chuchicheos” sobre posibles cambios. Dicen que Levada, que no anda muy bien de salud, puede dejar la Congregración para la Doctrina de la Fe. Suenan tres posibles sustitutos: el cardenal Schönborn, arzobispo de Viena, quien fue uno de los padres del actual Catecismo pero que últimamente se ha visto envuelto en una polémica por su participación en una misa “peculiar; el cardenal Grocholewski, actual “ministro de Educación” del Vaticano; y monseñor Héctor Rubén Aguer, actual arzobispo de La Plata, que no ha tenido el menor reparo en “reprender” públicamente al cardenal Martini, arzobispo emérito de Milán, por sus últimas salidas de pata de banco.
Con todo, el rumor más interesante, a mi entender, de los que surgen de la Ciudad Eterna es el que situa a monseñor Sistach en dos posibles puestos dentro de la curia romana: de posible sucesor del cardenal Kasper como presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos o como futuro responsable de la Penitenciaría Apostólica, hoy al cargo del cardenal Francis Stafford.
Cualquiera de esas dos posibilidades, y he de decir que la segunda me resulta la más apropiada para el perfil del cardenal Sistach, supondrían la salida del actual arzobispo de Barcelona con destino al Vaticano. Eso dejaría a Roma con las manos totalmente libres para acabar de dar el giro completo a la dirección de la Iglesia Católica en Cataluña que no pocos fieles católicos de esa querida tierra anhelan.
La verdad es que no creo que los 71 años de edad del cardenal Sistach favorezcan mucho la posibilidad de que acabe siendo vecino del cardenal Cañizares. Y tampoco ayuda mucho el que un cardenal español acabe de ser nombrado por Benedicto XVI para dirigir un dicasterio de tanta importancia para el Papa, como es el del Culto Divino y los Sacramentos. Para Roma tan español es don Lluis como don Antonio. Pero, ¿qué quieren que les diga? Me sé de ciertos amigos míos a los que la partida de su cardenal hacia la ciudad que está a las orillas del Tíber les produciría una alegría inmensa. Demasiado bonito como para ser cierto, me temo, pero lo último que se pierde en esta vida es la esperanza. Una esperanza que, a día de hoy, sólo se basa en rumores….. o no, que diría Rajoy.
Luis Fernando Pérez Bustamante
13 comentarios
Perdón por esta malicia, apelo a vuestra benevolencia navideña.
Si esperamos a que Sistach cumpla 75 años en Barcelona, la diócesis tendrá que convertise en una prefectura apostólica.
Situarlo en el Pontificio Consejo para la unidad de los cristianos supondría mantener, e incluso empeorar, la discutible línea del Cardenal Kasper; además, Sistach me parece demasiado inane para cumplir con las exigencias de una labor tan prolija.
La penitenciaría apostólica se ajusta mucho más al carácter burocrático del Arzobispo de Barcelona. Sería una salida digna para él y un alivio para su actual diócesis.
nooooooooooooooooooooooooooo!
Estoy de acuerdo con LF: para gente como Nostach, o los mandas con el Cardinale Martini (nunca un apellido fue tan nefasto para la Iglesia italiana. Ni él ni el "antiguo" monseñor vaticano suscitan simpatías) o los ponen en el sitio donde hagan el menor daño posible.
Y hombre, una política de acercamiento a las iglesias orientales no la va a llevar él. Ya bastante tenemos con el fantasma Kasper...
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