El espíritu de Judas "el tesorero"

Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
…..
Entonces Jesús dijo: Déjala, para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.

Jn 12,3-8

Es típico el escuchar de boca de protestantes fundamentalistas, anticlericales varios y católicos quintacolumnistas, la acusación de que la Iglesia no cumple con su obligación, al no vender todo el oro que tiene para dárselo a los pobres. O sea, a la institución que más ha hecho, hace y hará por los pobres de este mundo, se le pide que se desprenda de todo lo bello que tiene para…. que haga lo que viene haciendo desde hace siglos.

Detrás de todas esas críticas subyace lo que yo llamo "el espíritu de Judas". Al apóstol traidor en realidad le importaba un pimiento la suerte de los pobres. Lo que le molestaba era tener menos dinero para robar. Los Judas modernos no quieren robar, sino aprovechar cualquier cosa para atacar a la Iglesia. Pero unos y otros son hijos del mismo padre.

No hace falta decir que tan digna es una Eucaristía realizada con el más modesto cáliz de barro como la que se hace con el mejor cáliz de oro y piedras preciosas. Pero, mientras la Iglesia no falte a su misión de atención a los más necesitados, ¿por qué va a ser criticable que quiera usar "el más caro de los perfumes" para honrar al Señor en la Misa? ¿acaso no se hace presente Cristo en la consagración? Pues a tal Rey, tal copa. A tal Dios, tal culto.

No busca la Iglesia exhibir su riqueza material sino honrar a su Señor. Y si para la liturgia del Antiguo Pacto el Dios de Israel mandó usar materiales preciosos, para la liturgia del Nuevo Pacto, superior en todos los sentidos, la Iglesia no puede ser menos. Y la idea de que tal cosa va en contra de la adoración en espíritu y en verdad es, sencilla y llanamente, gnosticismo del malo, pues poco tan espiritual hay como invertir en la belleza del culto a Dios y poco hay tan verdadero como la intención de la Iglesia al hacer tal cosa.

Luis Fernando Pérez Bustamante

13 comentarios

  
Silveri Garrell
Lo del Antiguo testamento lo encuentro muy misterioso en cuanto a que el mismo Dios "ordenaba" emplear elementos carísimos para el adorno de los objetos sagrados, al igual que encuentro muy misterioso tambien que el mismo Dios mandara pasar por la espada a mujeres y niños en las conquistas territoriales. Bastantes misterios tenemos, y más bien me inclino a creer que los hombres los hemos "entendido" de una manera cuando Dios lo ha dicho de otra. Más bien creo que las dos partes pueden aceptarse como válidas y se complementan, pues si no se predicara la austeridad en formas se llegaria al exceso de decorados.
09/05/07 9:52 AM
  
Silveri Garrell
Ahora que veo el Santo Cáliz, debo recordar a los lectores que la única parte del cáliz que se considera verdadera es el vaso de arriba, el cual consiste en un 'cuenco' esculpido en piedra cornalina oriental y que tiene una base plana para aguantarse encima de la mesa. Ya no podemos imaginar un cáliz más secillo que éste y que hubiera usado Cristo en La Cena. Todas las partes adjuntadas de debajo, incluídas asas, nudo, y base, son complementos que se pusieron con el tiempo, y ni falta hablar de las piedras preciosas. Por fuerza debemos existir los inconformistas austeros en formas, sinò nos colgarian hasta perlas en los campanarios.
09/05/07 10:04 AM
  
Silveri Garrell
Además este cáliz tiene bastantes garantias de ser El Verdadero, pues incluso lleva una "herida", un trocito que se rompió en el borde donde una pequeña parte no se pudo recomponer y quedò una pequeña señal que más bien parece la lanzada de Longinos, y demuestra que todo lo verdaderamente cristiano lleva el signo de la "cruz", en este caso el intento de la Fatalidad (Diablo) queriendo eliminar al Vaso. Y para más INRI, las dos venidas papales a Valencia con 40 muertos (raptados) cada una.
09/05/07 10:12 AM
  
Veritas liberabit vos...
Clarividente, certero y acertado, Luis Fernando. Este argumento aburre a cualquiera, porque, como en el evangelio, más que defender a los pobres, es un ataque (o reproche, que suena más suave) a la Iglesia y a la fe eucarística. ¿Acaso la caridad, la justicia y la doctrina social están reñidas con la fe eucarística, el decoro del culto y la belleza?
Oye, Luis Fernando, ¿cómo sigues? Un abrazo y mi oración.
09/05/07 11:13 AM
  
nachet
Un estudio realizado hace años por un contable yanqui (no recuerdo el nombre, pero estas cosas sólo se les ocurren a los yanquis) valoró a precio de mercado todos los objetos de arte, ornamentos y edificios monumentales de la Iglesia, y concluyó que si se hubieran vendido todos, hubiesen servido para alimentar a todos los malnutridos del mundo durante... 3 días.
Estando de acuerdo contigo en lo fundamental, lo cierto es que la mayoría de los ornamentos y edificios lujosos de la Iglesia son donaciones de fieles de una época donde se deseaba agradar a Dios en todos los aspectos, incluyendo lo material. Con todo, creo que el camino que toma la Iglesia (no sólo jerarquía, sino todos los fieles) está siendo, y debe ser, el de vivir con una mayor austeridad, poseyendo sólo lo necesario. Es comprensible que en el Renacimiento o el barroco los papas quisieran edificarse templos magníficos y ornamentos lujosos, y es comprensible que ahora tendamos a una mayor simplicidad y funcionalidad....
09/05/07 11:25 AM
  
nachet
...y funcionalidad. Dios, realmente, quiere misericordia, y no sacrificios. En cuanto a las riquezas materiales de la Iglesia, la demagogia de venderlas sin más no aportaría nada (no son de nadie, sino de la comunidad), pero sí sería bueno darles la mayor utilidad pública posible.
09/05/07 11:26 AM
  
nachet
Silveri, en efecto, del santo cáliz de Valencia sólo es auténtico el vaso superior, el resto es un relicario del siglo XV. Con todo, habrá que recordar que vasos como este, de alabastro, eran raros en la época, y sólo los poseían las clases altas. Comunmente los expertos piensan que debía pertenecer no a Jesús, sino al dueño de la casa donde se celebró la última cena, al que se supone un discípulo rico de Jesús porque tenía una casa con piso superior (que es donde, según el Evangelio, se celebró la cena pascual), lo cual en Jerusalén sólo era patrimonio de los ricos. La Tradición dice que el evangelista Juan Marcos era hijo del dueño de esa casa.
09/05/07 11:31 AM
  
Hermenegildo
Es una pena que en la Iglesia, que fue durante siglos protectora y mecenas de las bellas artes, actualmente se haya perdido el sentido estético. Qué liturgia más pobre, qué música más pobre, que ornamentos más pobres, qué mal gusto en casi todo.
09/05/07 12:09 PM
  
Rodrigo del Pozo Fernández
Luis Fernando, coincido en al tésis pero no en el argumentario.

Todos sabemos la hipocresía de la típica critica a los "tesoros de la iglesia" pero yo creo que:
- fundamentalmente son una herencia y un patrimonio histórico, proveniente de un tiempo, una espiritualidad y una manera de entender el culto que llevaba a identificar lujo con gloria (Hoy no creo que se puede hacer así)
- Son un patrimonio cultural muy valiso y la Iglesis lo custodia porque es el mejor modo de que siga perteneciendo a los pobres (el 80% de los católicos son pobres)
- El hambre no se soluciona con dinero, sino combatiendo las causas. Dar dinero muchas veces es pero (asistencialiso, dependencia, etc)
- Los pobres más que dinero necesitan dignidad, fé, Cristo... diles a los de un pueblo que vendan su virgen para repartirse cuatro duros... que te matan.
- La inmensa mayoría que pide que se vendan las riquezas de la Iglesia no dan precisamente ejemplo con las suyas.
09/05/07 1:21 PM
  
Luis Fernando
Rodrigo, digamos que tus argumentos pueden sumarse a los que he dado.
Más que el lujo, es la belleza lo que cabe identificar con la gloria. Y los materiales preciosos suelen ser especialmente bellos.
09/05/07 1:28 PM
  
Carmen Bellver
Luis Fernando, andas rápido de reflejos. A mi me gusta la sencillez, pero me molesta que se hable del oro de la Iglesia. Todo lo que hay en las Iglesias pertenece a la comunidad y va pasando de generación en generación. La luz de las imágenes puso a disposición del público el patrimonio de esa comunidad.
09/05/07 1:39 PM
  
José Mª
Muchas veces nos olvidamos que una parte importante de los tesoros de la iglesia consiste en objetos donados para un fin específico. Si yo le regalo un cáliz de oro a mi parroquia porque quiero honrar con ello a Dios, o una imagen valiosa para contribuir al adorno del templo, y ésta lo vendiese para hacer cualquier otra cosa, aunque sea tan loable como repartírselo a los pobres, me estará traicionando, ya que si fuese esa mi intención, les daría directamente el dinero.
Un saludo,
José Mª
09/05/07 8:10 PM
  
CPM
Hermenegildo, en efecto todo es ahora de una pobreza ramplona: la liturgia, la decoración, la música, los cantos. Puede que sea por pérdida del verdadero sentido de la liturgia que como decía la Sacrosantum Concilium es el culto a la majestad de Dios. No sé si es efecto o causa pero es evidente la pérdida del sentido de lo sagrado, junto con una trivialización que todo lo empobrece. ¿Cómo puede un ajeno a la Iglesia creer en la presencia real de Dios en la Misa viendo cómo se ofician? ¿O qué pensaría del modo que tenemos de adorar a Dios en esa presencia? Esta chabacanización, seguro que fruto de la mundanización de la Iglesia, es otra de las herencias lamentables del posconcilio.
09/05/07 8:45 PM

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