InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Secularización interna de la Iglesia

17.04.11

Félix Azurmendi confirma lo que venimos diciendo sobre el cisma en la Iglesia

En un artículo publicado en Noticias de Guipúzkoa, el sacerdote Félix Azurmendi, que fue vicario general con Mons. Uriarte en la diócesis de San Sebastián, vuelve a retomar la cuestión del tema “Uriarte-Pagola” sobre el polémico libro “Jesús. Aproximación histórica” del teólogo vasco.

El P. Azurmendi se queja del secreto con el que, según él, se está llevando el proceso sobre el libro y su autor. Se pregunta si alguien está informando del asunto al consejo presbiteral y de arciprestes de la diócesis guipuzcoana. Que viene a ser lo mismo que pedirle al actual obispo, Mons. Munilla, que les diga algo a sus sacerdotes sobre lo que ocurre con Pagola. No sé si da por hecho que el obispo sabe cómo están las cosas, pero si es así, lo mismo se equivoca. Yo no sé ni quiero saber lo que sabe don José Ignacio en estos momentos, pero si el tema está en la Congregación para la Doctrina de la Fe, es absurdo que pidan al obispo de San Sebastián que diga nada, pues él es un espectador más de la acción de ese órgano del magisterio de la Iglesia, que suele actuar con bastante discrección. Tanta que fue este portal el que tuvo que informar de la retirada del nihil obstat de Mons. Uriarte a la versión corregida del libro de Pagola.

En todo caso, esa es una cuestión menor en el artículo del sacerdote vasco. Me interesan especialmente estos párrafos. Las negritas son mías:

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31.03.11

Jairo del Agua o el caramelo envenenado de la herejía

Quien piense que el error y la mentira tienen siempre un aspecto tenebroso que facilita el poder descubrir su verdadera naturaleza, se equivoca. San Pablo nos advirtió de que el mismísimo Satanás se presenta a sí mismo como ángel de luz. Y el contexto de dicha afirmación es precisamente el de la denuncia de la herejía dentro de la Iglesia:

Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y nada tiene de extraño: que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto, no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia.
2ª Cor 11,13-15

Aunque buena parte de los herejes que en nuestro tiempo vagan por el seno de la comunión eclesial, sin que se haga gran cosa por evitarlo, tienden a ser bastante amargos y resentidos, incluso a la hora de presentar el veneno de sus errores a sus seguidores, existen también aquellos que rodean su ponzoña de un ropaje luminoso que les hace más atractivos a los incautos que acaban cayendo en sus redes.

En Religión Digital encontramos a uno de esos herejes, Jairo del Agua, que ofrece su poción mortal dentro de un dulce caramelo, de manera que resulta realmente atrayente para aquellos que, como también dijo el apóstol de los gentiles, son “llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce al error” (Efe 4,14)

El propio Jairo se presenta a sí mismo como ángel de luz a la hora de negar una verdad tan fundamental para la fe católica -y de paso ortodoxa y protestante- como es la salvación y redención. Para ese hereje…:

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22.03.11

El cura asturiano que no quiere ser cura

Arturo García quiere dedicarse a la política. Y en vez de meterse en uno de los partidos ya establecidos, ha tenido el valor de fundar uno nuevo. Lo cual estaría muy bien si don Arturo no fuera sacerdote. Pero resulta que lo es y entonces no puede dedicarse a la política. Puesto ante la tesitura de elegir entre el sacerdocio y la política, ha optado por esta última. Señal de que no valora en gran medida su sacerdocio.

En un tiempo en el que la causa habitual para que un sacerdote abandone el sacerdocio tiene más que ver con la incapacidad para guardar el celibato, resulta cuanto menos peculiar que un cura “cuelgue los hábitos” por la política. De todas formas, los que conocen a Arturo García ya se olían que algo así podía ocurrir. Porque además de ser párroco, este hombre ejerce la abogacía en el ámbito civil. O sea, es, o era, un cura “obrero” moderno. En vez de currar en la fábrica, curra en el bufete. Aunque, para ser justos también es cierto que no ha llegado todavía al extremo de presidir el consejo de administración de una caja de ahorros, .

Cuando un sacerdote no entiende que debe dedicarse a tiempo completo al servicio de Dios y de su Iglesia, lo normal es que acabe secularizándose. Y lo que cabe preguntarse en este caso es si Arturo García ha tenido alguna vez claro lo que es el sacerdocio.

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15.03.11

El problema del P. Manel Pousa no es sólo el aborto que pagó

El cardenal Sistach se ha dado prisa en esta ocasión. Seguramente apremiado por Roma -¿por qué no hizo esto hace tres años?-, ha decidido abrir proceso canónico en el caso del P. Manel Pousa, que ha ratificado en un libro lo que dijo en 2008 al Periódico de Catalunya. A saber, que ha pagado al menos un aborto. Y sí, vuelvo a decir “al menos un aborto” porque lo primero que declaró al periódico era que había pagado ABORTOS. O sea, plural. En todo caso, basta con que haya pagado uno para que recaiga sobre él la pena de excomunión.

El proceso que ahora se abre es sólo por ese delito. En la nota de la archidiócesis de Barcelona no se dice nada de las otras declaraciones del P. Pousa. Su heterodoxia es patente. Por ejemplo, reconoció haber celebrado ceremonias religiosas entre parejas homosexuales. ¿Acaso tal hecho no ha de ser objeto de investigación y posible sanción?

Dice el arzobispado catalán que las diligencias abiertas “no impiden reconocer el trabajo social que desde hace muchos años está realizando este sacerdote al servicio de los grupos más necesitados de nuestra sociedad“. O sea, algo así como “la ley canónica lo mismo nos obliga a excomulgarle pero es un buen chico“.

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12.03.11

El P. Manel Pousa cree que todo se soluciona dialogando

Muy confiado parece el P. Manel Pousa ante la que se le puede venir encima. En la presentación del libro sobre su vida que tuvo lugar ayer en la Ciudad Condal, el sacerdote ha asegurado que ya hay día y hora para su encuentro con el cardenal y arzobispo de Barcelona, S.E.R Dr Lluís Martínez Sistach. El purpurado tiene intención de hablar con su sacerdote acerca de las lindezas que aparecen en esa obra.

Es hasta cierto punto normal que Pousa crea que en esta ocasión no ocurrirá nada distinto a lo que pasó hace tres años, cuando el cardenal le llamó tras el escándalo que algunos nos encargamos de difundir. El sacerdote concedió una entrevista al Periódico de Catalunya en la que confesó haber pagado abortos. No un aborto, no: ¡¡ABORTOS!!, en plural. En la línea habitual del arzobispo de Barcelona, que no se enfrenta abiertamente a la progresía eclesial ni por un casual, el tema se despachó con una nota del arzobispado en la que se aseguraba que Pousa no pretendía actuar en contra de lo que dictamina la Iglesia. Pero nada se decía sobre si era o no verdad que había pagado abortos. Hoy ya está confirmado, por el propio libro, que al menos ha pagado uno.

El problema que tienen el P. Manel Pousa y el cardenal Sistach, es que ahora el escándalo ha cruzado nuestras fronteras. Diversos medios de información religiosa de fuera de España (p.e CNA) ya han recogido la noticia. En Roma también están pendientes de lo que ocurre. Así que el arzobispo de Barcelona no puede hacer como la otra vez, resolviendo la cuestión con una palmadita en la espalda de Pousa y un “no seas tan travieso, pillín“. No, aquí hay materia gravísima que amerita una denuncia ante la Congregación para el Clero e incluso ante la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Pero, y esto es bien conocido, en Roma están bastante cansados de que muchos obispos no hagan lo que es su deber y les lleguen casos que podrían haber sido resueltos perfectamente en las diócesis de procedencia. Sin ir más lejos, es lo que ha ocurrido con el tema del P. Nicolás Alessio, que ha sido suspendido por su archidiócesis sin necesidad de que Roma interviniera. Alessio, hasta donde sabemos, no ha pagado abortos ni ha “casado” religiosamente a parejas gays. Así que somos muchos los que nos preguntamos cómo explicaría el cardenal Sistach, experto canonista, una ausencia de sanción canónica en quien sí ha cometido esos delitos.

En todo caso, el cardenal es soberano en su diócesis. Hará lo que estime oportuno hacer. Y si lo que haga no nos convence a muchos fieles, si Pousa sigue ejerciendo el sacerdocio después de todo lo que estamos viendo y leyendo, podemos apelar a Roma. Lo que está claro es que esto no se va a quedar así. Los fieles no vamos a admitir que haya sacerdotes abortistas y “casadores” de gays y lesbianas. No hay nada que dialogar. O el P. Pousa se arrepiente de lo que ha hecho y rectifica públicamente, o tendrá que ser sancionado. Se acabó la impunidad.

Luis Fernando Pérez