InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: General

21.08.08

Despejadas todas las dudas: el COI, nido de miserables

Quizás alguien podía tener alguna duda sobre la verdadera naturaleza de esa institución llamada Comité Olímpico Internacional. Corrupciones pasadas aparte, la permisividad y pasividad de la organización ante el ataque del régimen despótico chino a los derechos humanos de los propios deportistas en la Villa Olímpica (p.e, en la atención religiosa), debería de servir para que todo el mundo comprendiera para qué sirve ese comité infame. Pero de lo que ya no queda duda es que además de cómplices de la peor dictadura mundial, los responsables del COI son malas personas. Prohibir a la delegación española manifestar su luto tras el accidente de Barajas es propio de miserables. Da absolutamente igual los argumentos que puedan aportar para justificar su infamia. Son gentuza. Y con gentuza así no se puede ir a ningún sitio.

Dicen las agencias de información que no han puesto problemas a los deportistas que han llevado un lazo negro. Hombre, sólo faltaba que los jueces se acercaran a un atleta para quitarle el lazo. Pero no permitirán ni minutos de silencio ni la bandera española a media asta. Ya me contarán a quién puede molestar algo así. Es impensable que el resto de atletas se opongan a tal cosa. Si ese es el espíritu olímpico, está claro que se parece mucho al espíritu del príncipe de este mundo del que advirtió Cristo. El deporte está prostituido en manos de esa chusma dirigente. No sé si alguien puede hacer algo para evitarlo, pero de ser posible, que se haga. Es preferible no celebrar ninguna Olimpiada más en España si al frente de ese organismo sigue gente tan insensible, tan perversa y tan falta del más mínimo sentido de solidaridad con un país que hoy llora su tragedia.

Luis Fernando Pérez Bustamante

20.08.08

A rezar por las almas y a pedir el consuelo de Dios

Conozco de primera mano lo que es perder un familiar en una catástrofe aérea. Mi padre murió el 19 de febrero de 1985 cuando su avión “se precipitó” ladera abajo por el Monte Oíz de Vizcaya. La muerte de un ser querido es siempre un shock tanto si es esperada, tras una larga enfermedad, como si acontece de forma inesperada, tras un accidente, un atentado o cualquier otra circunstancia pareja. Pero cuando a tu dolor se une el de centenares de familias y va acompañado de repercusión mediática, parece que se agranda.

Como cristianos podemos y debemos orar tanto por los que han partido a la otra vida -quiera Dios que todos hayan podido tener un momento de lucidez para ponerse en paz con el Señor-, como por los que se quedan en esta a llorar por su pérdida. Nadie piense que las oraciones no causan efecto. No todos podemos estar junto a los que han sufrido la tragedia, pero sí podemos rezar a Dios para que les dé fuerzas para sobrellevar el drama al que se enfrentan. El Cristo que lloró por la muerte de Lázaro es quien mejor puede consolar a quienes hoy han perdido a sus seres queridos. Y la Iglesia es el mejor instrumento del Señor para encarnar visiblemente dicho consuelo.

Orad especialmente para que el Señor conceda sabiduría y gracia a los sacerdotes que van a atender a los fieles afectados por el accidente. La fe no es algo etéreo que se disipa ante el dolor. Muy al contrario, es en el sufrimiento donde la fe se convierte en el único asidero firme al que agarrarse para no derrumbarse. Que el Señor derrame de su gracia sobre todos nosotros, en especial sobre los que más lo necesitan en estos momentos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Otra muestra más de la descomposición moral en España

Hace unos días los medios de comunicación dieron una de esas noticias que te ponen los pelos de punta a poco que tengas cierto interés sobre el nervio moral de la sociedad española. Más del 20% de los aspirantes a policías nacionales sometidos a un test de drogas dio positivo. Las pruebas se realizaron a unos 500 de los 2.750 alumnos de la última promoción del Centro de Formación de Ávila y se consideran como bastantes representativas de la realidad del resto de aspirantes. Es decir, uno de cada cinco futuros policías nacionales consume habitualmente drogas. He ahí la flor y nata de la juventud española, pues jóvenes son en su práctica totalidad los aspirantes a ser policías, profesión para la que se supone cierta “vocación” de servicio, aunque no descarto que muchos quieran serlo por una cuestión de seguridad profesional y económica. Si los jóvenes que quieren servir a la sociedad como agentes del orden tienen esa tasa de consumo de drogas, ¿qué no tendrán el resto?

Todos sabemos que en la juventud se suelen cometer excesos, aunque hasta hace no mucho eran mayormente puntuales y no una norma, salvo en un sector bastante minoritario. Yo mismamente me tomé alrededor de cinco o seis porros en mis años de adolescencia-juventud, lo cual no es que sea gran cosa y desde luego no fue nunca una práctica habitual. Entre mis amistades no recuerdo nadie que consumiera drogas habitualmente y el ámbito en el que me movía no era precisamente el de gente de piedad cristiana. Pero hemos pasado del porrete de pascuas a ramos y del “pedal” de ramos a pascuas al consumo de drogas y alcohol durante todos los fines de semana. Mejor no hablo de las relaciones promiscuas porque no tengo datos a mano y no quiero meter la pata, pero sospecho que por ahí el asunto no va mucho mejor.

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18.08.08

La fe y la moral como factor político

Uno de cada cuatro votantes de Estados Unidos no sólo profesa y practica la fe protestante evangélica sino que basa su voto por los candidatos presidenciales teniendo muy en cuenta dicha fe. En las últimas elecciones ese fenómeno ha crecido igualmente de forma bastante considerable entre el votante católico practicante, con lo cual podemos estar entre un tercio o más de ciudadanos norteamericanos que depositan la papeleta en la urna no sólo teniendo en cuenta su bolsillo sino su fe. Si los cristianos “activos” votan en masa a un candidato, su victoria es casi segura.

En las elecciones pasadas el “católico” Kerry consiguió la proeza de convertirse en el primer demócrata en bastante tiempo -concretamente desde que Reagan arrasó en su segunda elección- en perder las elecciones entre los católicos de misa dominical. Su posicionamiento a favor de la legislación favorable al aborto fue clave en esa pérdida. No siendo George Bush la alegría de la huerta, es obvio que Kerry acusó el claro mensaje lanzado por muchos obispos católicos norteamericanos en el sentido de que un cristiano no puede ni debe votar a un candidato pro-abortista.

Los protestantes useños no tienen obispos, salvo en algunas denominaciones, pero son absolutamente conservadores en la defensa de la vida y de la familia tradicional. Así que a menos que los candidatos republicano y demócrata mantengan una postura similar ante esos asuntos, su voto estará siempre decantado hacia el que sea más “cristiano” en sus ideales.

Otro factor importante es lo mucho que cuenta el comportamiento privado de los candidatos. El votante cristiano norteamericano tiende a creer que aquellos que no son fieles a sus cónyuges no están especialmente capacitados para ser fieles a su país. Y a diferencia de en España, la mentira es una losa insuperable para cualquier político en los Estados Unidos. Sencilla y llanamente la gente no se fía de quien les miente. Aquí les votamos. Allá les botan.

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17.08.08

Propuesta a quien corresponda en la Iglesia sobre los políticos católicos y el aborto

Con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos -que en varias ocasiones han condenado el aborto y que (…), aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina-, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal
(Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n. 62).

Canon 1398.
Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae.
(Código de Derecho Canónico)

La Iglesia decidió hace tiempo condenar con la pena de excomunión a los que han participado en un aborto. Eso incluye también a los que sin participar en el acto “médico” del aborto, han sido cómplices necesarios para la comisión de dicho delito. Así lo dejó bien claro el propio Juan Pablo II:

La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido
(Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n. 62)

A día de hoy, la postura de la Iglesia acerca de los políticos católicos que se declaran públicamente a favor de la despenalización del aborto -total o parcial- y que votan a favor de leyes pro-abortistas, es llamarles a no comulgar en misa mientras no rectifiquen de manera igualmente pública.

Lo que yo propongo es que la Iglesia vaya más allá y proceda a excomulgar a todo político católico que se manifieste y vote a favor de una ley que facilite la legalización del aborto. Supongo que una decisión así la puede tomar el Papa. Creo que de hacer tal cosa la Iglesia recibiría todo tipo de ataques, pero sería un gran bien en cuanto al testimonio de absoluta intolerancia ante el mayor holocausto continuo de nuestro tiempo. No se puede ser cristiano y apoyar directa o indirectamente el aborto. Quien así lo hace, sobra de la Iglesia de Cristo.

Si alguien se quiere sumar a esta petición, que lo haga con su nick o con nombres y apellidos en la zona de comentarios.

Luis Fernando Pérez Bustamante