Carta abierta de Roma Æterna -Una Voce- a Monseñor Julián López
ASOCIACIÓN CULTURAL ROMA ÆTERNA
Agregada a la Federación Internacional UNA VOCE
CARTA ABIERTA AL SR. OBISPO DE LÉON
+ Barcelona, 3 de octubre de 2007.
Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor:
Le escribo a propósito de sus declaraciones del 1º de octubre ppdo. a la prensa concernientes al motu proprio Summorum Pontificum dado por el Santo Padre Benedicto XVI, y lo hago no sólo como católico, a quien obviamente interesa lo que un obispo diga en materia de fe y costumbres (y la Liturgia entra en este campo), sino también en mi condición de presidente de la Asociación ROMA ÆTERNA, miembro de la FEDERACIÓN INTERNACIONAL UNA VOCE y organización decana en España para el mantenimiento y difusión del rito romano extraordinario y de la música sacra tradicional (canto gregoriano y polifonía clásica). Me ciño a lo que Su Excelencia escribe en carta aclaratoria a los diarios que publicaron esas declaraciones; por lo tanto, utilizo sus propias frases.
1. Cito textualmente: "Es importante que todo el pueblo de Dios comprenda y viva la celebración del mejor modo posible, lo que no creía que se consiguiera con la lengua latina. Sin embargo, añado ahora, hay fieles en algunos lugares que han preferido una forma de celebración más silenciosa, uniéndose interiormente al sacerdote".
Pareciera que el problema de la comprensión de la Liturgia por el Pueblo de Dios se redujera a una mera cuestión de idioma, cuando de lo que se trata es de entender lo que se hace. De nada sirve que se reconozcan las palabras si se ignora su sentido en el contexto de la acción sagrada (y mucho me temo que la ignorancia entre los fieles está hoy muy extendida). Por otra parte, la Liturgia no es un conjunto de proposiciones que se hayan de entender clara y distintamente (eso es racionalismo cartesiano); es más bien misterio, que apela a todas las dimensiones del ser humano y no sólo a su facultad intelectiva, por lo cual también la celebración silenciosa tiene su importancia. En fin, la Liturgia se da en el ámbito de lo sagrado, es decir, de un espacio y un tiempo en discontinuidad con el espacio y tiempo comunes. En esta perspectiva las lenguas muertas adquieren una especial significación de trascendencia y se han usado y se usan no sólo en los ritos católicos, sino en los de la mayor parte de las religiones. Lo mismo dígase del silencio que rodea la mayor parte -y la más importante- de las celebraciones. ¿O es que durante más de mil años la Iglesia habría impedido al Pueblo de Dios la mejor comprensión y vivencia de la Liturgia por su empecinamiento en conservar el latín? E incluyo al beato Juan XXIII, que en su constitución apostólica Veterum Sapientia de 1962 ordenó que los obispos y superiores generales de órdenes religiosas velaran para que "ninguno de sus súbditos, por desmedido afán de novedades, escriban contra el empleo de la lengua latina tanto en la enseñanza como en los ritos sagrados de la Liturgia". También me refiero al Concilio Vaticano II, que estableció que se conservara "el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular" (SC, 36 § 1).
¿Qué decir entonces de todos los grandes santos y los millones y millones de fieles que en todo ese tiempo alimentaron su piedad con la Liturgia tradicional? ¿Acaso no comprendieron y vivieron las celebraciones litúrgicas en forma plena? También cabría preguntarse si, según su modo de pensar, los católicos de los diferentes ritos orientales y los hermanos de las distintas iglesias separadas de rito oriental -que, en su mayoría, asisten a ritos en lenguas en desuso y hurtados en su mayor parte a la vista por los iconostasios- no comprenden ni viven la Liturgia del mejor modo posible.2. En cuanto al canto gregoriano dice su Excelencia admitiendo su uso: "evidentemente emplea la lengua latina. Afirmé que son plegarias conocidas, poniendo como ejemplo la frase Gloria in excelsis Deo y añadiendo cómo efectivamente se canta la Misa en latín en muchísimos pueblos de nuestra diócesis".
El canto gregoriano emplea la lengua latina porque está adaptado a ella y, además, fue concebido para la acción litúrgica en el contexto del rito romano tradicional (hoy llamado extraordinario) con el que creció y evolucionó. Ese mismo rito fue el que inspiró los demás géneros históricos de música sacra, particularmente la polifonía clásica. Por eso, el Concilio Vaticano II dispuso que se conservara tan rico acervo musical en las acciones litúrgicas, dando al canto gregoriano el primer lugar (SC, 116), lo que, en la práctica, no ha sido ni es así en la inmensa mayoría de las celebraciones en rito romano ordinario desde su implantación en 1970. En España la situación del canto gregoriano ha sido especialmente penosa, pues sólo subsistía en las abadías y monasterios (y no en todos, pues en algunos se lo desterró y aun se lo desvirtuó ejecutándolo sobre textos en lenguas vernáculas, para las que no es adecuado) hasta que fue redescubierto recientemente, aunque no en ámbito eclesial sino como boom discográfico gracias a las grabaciones de los monjes de Silos. Por otra parte, ¿dónde están las scholae cantorum que garanticen una ejecución digna de la música sacra? Le puedo asegurar que son escasísimas, hecho tanto más penoso cuanto que España fue en el pasado una auténtica potencia tanto en el arte del canto cuanto en el arte organística, como debe saberlo muy bien el Señor Obispo, a quien no se le oculta el prestigio que alcanzaron en siglos pretéritos los maestros de capilla leoneses. En cuanto a aquellos de que en muchísimos pueblos de su diócesis se canta la misa en latín, me congratulo con Su Excelencia. Lástima que el ejemplo no cunda en otras diócesis. De todos modos, si no hay una educación musical constante del pueblo, se tiende a reducir el repertorio a la misa de Angelis, el Credo III y unos pocos motetes, ejecutados en forma cansina y rutinaria, lo cual no puede decirse que sea un gran logro.
3. En la entrevista del 2 de octubre, según aclara Su Excelencia, "aludí a mi desconocimiento de lo que puedan pensar, entre nosotros, aquellas personas que se sienten afectivamente vinculadas a la antigua liturgia, lo mismo que me interrogaba si hay sacerdotes que sepan celebrar todavía de aquel modo".
Yo le puedo decir lo que sentimos, Señor Obispo, al menos los que formamos parte de ROMA ÆTERNA, cuyas inquietudes probablemente comparten muchas otras personas. De entrada le aclaro respetuosamente que nuestra vinculación a la liturgia de rito romano extraordinario no es meramente afectiva. No se trata de una cuestión de nostalgia o apego indiscriminado al pasado. Nuestra adhesión nace del convencimiento de que con dicha liturgia se expresa de manera más inequívoca la lex credendi, lo cual no quiere decir que pongamos en duda la ortodoxia con la que el papa Pablo VI promulgó el rito romano ordinario. También creemos que la liturgia precedente es sin duda más bella, lo cual no es un argumento baladí, ya que la pulchritudo es una vía importante de aproximación a Dios, siendo uno de los aspectos del ser. ¿Qué otra cosa sentimos? Una inmensa gratitud al Santo Padre Benedicto XVI, que con el motu proprio Summorum Pontificum ha puesto fin a décadas de confusión y de injusticia declarando sin lugar a dudas lo que ya sabíamos pero que se nos negaba desde las instancias eclesiales, a saber: que la misa tradicional (es decir, de rito romano extraordinario) nunca fue abrogada (aunque se actuara como si lo hubiera estado, empleando el chantaje de la obediencia para impedir a los sacerdotes y fieles su celebración). Otro sentimiento muy distinto que nos asalta es, ¿por qué no decirlo?, el temor. Sí, el temor de que el documento del Papa -tan equilibrado, de tanta delicadeza para con todos (especialmente para con los Obispos), generoso cuanto se podía dadas las circunstancias- pueda ser neutralizado por interferencias indebidas en la libertad que desde ahora se reconoce oficial e inequívocamente: a los sacerdotes de celebrar la misa privadamente en el rito romano que escojan, a los párrocos y rectores de conceder la celebración pública en el rito romano extraordinario, a los fieles de pedirla y de unirse espontáneamente a la misa privada de cualquier sacerdote. ¿En qué fundamos dicho temor? En la actitud -a veces abiertamente y otras sibilinamente- hostil a la aplicación del motu proprio por parte de obispos, liturgistas y otras personas con un poder efectivo en la Iglesia y que pueden ejercer presión sobre aquellos en quienes recae la responsabilidad de dicha aplicación. Así, vemos cómo se tiende en las curias episcopales a abocarse una competencia que no les corresponde; cómo se emiten por parte de prelados opiniones personales que nadie les ha pedido, pero que previenen ya contra cualquier concesión favorable; cómo se minimiza interesada y tendenciosamente la relevancia de la cuestión y la repercusión del motu proprio para que aparezca como que no es un problema que merezca atención ni resolución. Y los medios de presión existen: todo el mundo sabe que un párroco puede ser removido o trasladado por su obispo: es la espada de Damocles que pende sobre los que podrían ser juzgados díscolos tan sólo por poner por obra lo establecido por el Papa en Summorum Pontificum. Nos gustaría, Señor Obispo, sentir esperanza de que finalmente llegue la pax liturgica a la Iglesia, pero eso depende de la buena voluntad de todas las partes. Finalmente, no quiero dejar de referirme a eso que Su Excelencia dice sobre si hay aún sacerdotes que sepan celebrar "de aquel modo". Los hay ciertamente, aunque sean pocos, ya que, desgraciadamente, una de las lacras que afecta a los sacerdotes actualmente es que han olvidado su oficio de liturgos. Cuando se despachan las misas como si se tratara de un trámite administrativo o de un acto lúdico e informal, con desprecio de las rúbricas (y hablo aquí tanto de las del rito ordinario como de las del extraordinario), ¿qué se puede esperar? Un sacerdote a quien devore el celo de la casa de Dios (para usar la expresión del Rey Salmista) puede y debe capacitarse para ejecutar "la obra de Dios y de su Iglesia", que no otra cosa es la Liturgia. Además, ¿no se insiste tanto en el reciclaje teológico y pastoral, que supone todos esos cursillos, conferencias y seminarios que menudean hoy en día? ¿Por qué no se va a poder organizar entonces un reciclaje litúrgico?
Sus declaraciones, Señor Obispo, son tanto más importantes cuanto que Su Excelencia ostenta la presidencia de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, con lo que adquieren una relevancia que no escapará a nadie a la hora de aplicar el motu proprio Summorum Pontificum en España. Por eso me ha parecido pertinente elevarle mis comentarios públicamente, a fin de contribuir a esclarecer una cuestión sobre la que cualquier malentendido o desinformación podría causar serios conflictos de conciencia y perjuicios gratuitos en muchos católicos de buena voluntad.
Al despedirme respetuosamente de Su Excelencia, quedo a su disposición y beso reverente su pastoral anillo.
RODOLFO VARGAS RUBIO
Præses
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40 comentarios
Ana:
Sinceramente es que lo mío con los idiomas es una auténtica desesperación; completamente negada.
Juan:
¿Entonces no es barroca?, yo pensaba lo contrario. Y una cosa más, ¿qué es lo que dice el sacerdote en la parte secreta? (no me digas que si es secreto no se puede decir para que continúe siendo secreto).
Un saludo.
Muchísimas gracias por tu información; quizás mi madre tenga algún misal. Por otra parte, el que no sea barroca, para mi es un punto a su favor.
Un cordial saludo.
Lo de barroco no sé muy bien a qué se refiere. Si quieres decir si son misas muy ornamentadas o con muchos adornos, pues depende. De entrada tienen más boato en cuanto a los paramentos y vestidura del sacerdote y adorno del altar. A partir de ahí pueden ser simplísimas o hiperornamentadas, depende de cada uno. Las bodas de la "familia real" fueron con el novus ordo y sin embargo muy "barrocas".
En todo caso, el rito extraordinario siempre resulta más "barroco" que el de Pablo VI.
En todo caso, no hay que poner el carro delante de los bueyes: la liturgia es para el hombre, y no al revés. ¿No sería posible celebrar el Novus Ordo con las rúbricas, ornamentos y profundidad tradicionales?
Nachet: son en secreto, ni en voz baja ni alta, aunque muchos tengamos ese vicio en la liturgia al oficiarla.
No sé...os diré como me gustaría que fuera: en un templo románico sin retablo o imágenes, con una cruz y la pared desnuda, dónde se invite al recogimiento y a la comunión con Dios en el silencio y en la meditación, que los cantos sean pocos pero llenos de gloria y que la gente no hable en el templo antes de la misa (ya se podían ir a la calle a charlar, ¡que fastidio!). Me da lo mismo el tiempo que durase.
Todo ésto entiendo yo por ausencia de barroquismo, pero no sé si tales condiciones se dan en algún sitio. Es posible que esté pidiendo la luna.
Un cordial saludo a todos.
Muchas gracias por tu información.
Os voy a poner un ejemplo de lo que quiero decir, en el siguiente link:
http://es.youtube.com/watch?v=wm4tOnJHm1I
El espíritu que transmiten tanto la música (que es fantástica) como las imágenes del video. La música parece ser que procede de un manuscrito del siglo XII hallado en el Santo sepulcro de Jerusalen.
Un cordial saludo.
Parece que te atrae el tema medieval, los templarios etc. Pues ten en cuenta que la misa que se celebraba en la iglesia del video que has mandado en la época a que te refieres era ni más ni menos que la misa tradicional cuya validez acaba de confirmar y recordar el Papa. Así que tú deberías verte contenta de ello.
http://es.youtube.com/watch?v=5hyd1liZnJs
Respecto a otro comentario, el modo ordinario de la misa se puede celebrar y de hecho se hace en muchos sitios con el mismo respeto y devoción que el extraordinario. El Papa, en la explicación del motu propio se refiere a la beneficiosa influencia que pueden tener entre sí las dos formas del rito. Y lo de algún obispo suelto, intentando organizar o limitar algo sobre lo que no tiene ninguna autoridad - léase el motu propio- supongo que será un síntoma de que con todo lo demás hacen lo mismo.
Respecto a D. Julián, yo soy de León y que yo sepa, el nunca se ha opuesto a las misas en latín y de hecho, alguna se hace, como se hacen misas por el rito mozárabe. Juán respecto a la conclusión que sacas, mejor es callar (y ya sabes lo que dicen, el que calla...).
Ayante:
Lo buscaré en el you tube.
Muchas gracias a todos.
Agatha Christie, , Robert Graves, Graham Greene, Yehudi Menuhin, Joan Sutherland, Philip Toynbee, Jorge Luis Borges, Giorgio De Chirico, W.H. Auden, Bresson e Dreyer, Augusto Del Noce, Julien Green, Jacques Maritain, Eugenio Montale, François Mauriac, Salvatore Quasimodo, Evelyn Waugh, Maria Zambrano, Gabriel Marcel, Salvador De Madariaga, Gianfranco Contini, Giorgio Bassani, Andrés Segovia,
Por si acaso, yo con eso de la conclusión, me refería a la que sacas sobre el obispo, a lo que dices al final del todo...que sí. Pero una cosa no quita la otra.
Un cordial saludo.
P.D.- Por cierto, sobre Agatha Christie, ésta autora dió en una de sus novelas, la mejor de las razones que yo he visto nunca para que las personas desesperadas no se suiciden.
http://www.unavocesevilla.info/ordinario1.htm
No se va a imponer nada. Y eso, que aprender a rezar junto con otros católicos en latín no le haría daño a nadie. Comenzando por los "cancioneros diocesanos", los "libros de cantos de las comunidades religiosas" y por los "cantorales de los varios movimientos. Y si es cantando, mejor.
Bon dia! También para el dueño y señor de esta pizarra, al que cariñosamente llamo Cor-corito.
solo una pequeña (pero importante) puntualización: la liturgia no es para el hombre, sino para Dios. Es, como dice el Concilio Vaticano II (SC), "culto a la majestad de Dios".
Sin duda esa pérdida o cambio de enfoque (de Dios al hombre) explica no pocas de las extravagancias que actualmente se cometen en la liturgia y la pobreza y vulgaridad (en términos generales) de las celebraciones.
Saludos.
Lo que es Fiat lo sé por la traducción al castellano, pero es una palabra que si no conociera la oración, no podría saberla; me explico, por ejemplo panem, pues pan; qotidianum, pues cotidiano, etc...
De todas formas, yo cuando no sé algo, lo digo y pregunto, pues es la única manera de aprender, reconociendo la propia ignorancia y, Ayante, nada tiene que ver mi ignoracia de la lengua latina con una pretendida fobia que, desde luego, en mi caso no existe, así que con tu juicio de valor gratuito, estás siendo completamente injusto conmigo.
De todas formas no penséis que mi actitud en lo que se refiere a preguntar cuando desconozco algo va a cambiar debido a vuestros intentos de ridiculizar el reconocimiento que hago de mi ignorancia en algunos temas.
Un cordial saludo a todos.
No, "AMIGO DE ANA_MS"
Así, gritando, que impone más.
Dentro;el sepulcro vacio,allí hubo un hombre,y el silencio ocupa el hueco que dejó. Su Palabra,suena todavia,quiere que le escuchemos,necesita de nosotros,no le dejemos,está aguardando fuera,fuera del templo; donde la vida corre,y pasa el tiempo. No te detengas,no te pares a rezar,el mejor rezo que existe es ir detrás de Él,sigue su camino,que el tuyo será,si imitas su ejemplo,nunca morirás.
Quizás te guste más ésta otra iglesia, además del entorno, lo bien integrada que está en la naturaleza (es de Noruega anterior a la Reforma). Llama a entrar, al igual que las románicas, no como las que hacen ahora que a mi me hacen salir corriendo espantada.
Ver aquí
Un saludo.
De acuerdo, pues perdona por el malentendido Ayante.
Y disculpad todos si he estado un tanto agresiva; a veces no me doy cuenta.
Un cordial saludo.
En la Santa Misa,cuando se pronuncian la oraciones llamadas en secreto,silencio,etc,para pedir que purifique tus labios antes de leer el Evangelio,¿es extensivo a la homilía que se predica después?.
Como estoy en el Tártaro,(un poco lejos),he leido mal,no es a Hermenegildo,la pregunta anterior era para tí Veritas l V. (disculpa Hermenegildo).
Creo,Veritas,que me deja la respuesta,un poco en el aire. Le diré mi opinión,creo que la oración llamada secreta,es extensiva también a la homilia,o debería serlo,sin ningún tipo de duda,o de discusión. No olvide que se comenta el Evangelio,la voz que habla en el sermón,es la extensión de él;por tanto debe ser exigida la misma pureza de corazón que se necesitó para leer la Palabra de Dios en su textualidad. ¿Lo he dicho bien,Veritas?.
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