InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: 2018

28.04.18

El pequeño Alfie nos ha abierto los ojos

Escribo estas líneas apenas tres horas después de que Thomas Evans haya comunicado por Facebook que su hijo Alfie ha fallecido:

«Mi gladiador ha rendido su escudo y ha ganado sus alas… Con el corazón totalmente roto. Te quiero mi niño»

Hijo de madre protestante y padre católico, al chiquitín se le dieron todos los sacramentos católicos que podía recibir a su edad. Tenemos por tanto la certeza casi absoluta de que ya está en el cielo.

Mientras Alfie vuela al cielo llevado por ángeles, acá seguimos en la antesala del infierno. El pasado lunes por la noche se puso en marcha la ejecución del pequeño. Sus padres sabían que su enfermedad era incurable, pero pensaban que no había necesidad alguna de adelantar su muerte retirándole la ventilación que le ayudaba a respirar. Al fin y al cabo el niño no estaba en estado vegetativo, pues como se ha podido comproba con mucha fotos y vídeos, se relacionaba con quienes estaban a su lado.

En un acto que solo cabe calificar de criminal, por mucho que haya leyes que lo amparen, los médicos se opusieron no solo a mantenerle la ventilación sino a su traslado a otro hospital. Y en un acto propio de cualquier régimen tiránico de los que ha sufrido Europa en el siglo pasado, la justicia británica se puso del lado de la muerte, arrancando a Thomas y Kate su patria potestad sobre Alfie. Dio igual que Italia le diera la nacionalidad y se ofreciera a seguir administrándole cuidados paliativos en el hospital Bambino Gesu de Roma. Dio igual que dirigentes de otros países pidieran “clemencia” para el niño. Dio igual que el Papa se involucrara personalmente en conseguir que se cumplira la voluntad de los padres. Le querían ya muerto y ya murió. 

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23.04.18

Corriendo hacia la meta

La vida cristiana es un camino. Da igual desde dónde haya empezado cada cual. Da igual las veces que caigamos, pues siempre tendremos la opción de ser levantados por Cristo en el sacramento del perdón. Todos los hijos de Dios estamos llamados a la santidad. Según la gracia recibida, unos llegarán más lejos en esta vida y otros menos, pero nadie está exento de transitar la senda que acaba, si el Señor nos concede el don de la perseverancia final, en el cielo, siquiera sea pasando antes por el purgatorio.

San Pablo nos da una magnfíca exhortación:

No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.
Fil 3,12-14

Si un apóstol santo como él se reconocía todavía imperfecto, ¿qué no diremos nosotros? Y sin embargo, él corre y nosotros hemos de correr hacia esa meta.

Debemos tener anhelo de santidad. Anhelo de moldear nuestras vidas completamente por la voluntad de Dios. Anhelo que nos es concedido por Él (Fil 2,13). 

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17.04.18

Para ser salvos

El Señor Jesucristo, sobre la salvación:

El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Jn 3,18

Y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado“.
Mc 16,15-16

El apóstol Pedro, sobre Jesucristo:

“…no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos".
Hch 4,12

El Señor Jesucristo, sobre los que creen en Él pero viven como si no creyeran:

¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que digo?
Todo el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificó una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida.
El que escucha y no pone en práctica se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y enseguida se derrumbó desplomándose, y fue grande la ruina de aquella casa».
Luc 6,46-49

Lo que nos dice la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra:

Dijo su madre a los sirvientes: -Haced lo que Él os diga.
Jn 2,5

El apóstol San Juan, sobre los que dicen que conocen y aman a Dios pero no guardan sus mandamientos:

En esto sabemos que le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco», pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y en ése no está la verdad.
1 Jn 2,3-4

En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados.
1 Jn 5,2-3

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16.04.18

¿De dónde van a salir las vocaciones si apenas hay jóvenes católicos?

El cardenal Blázquez acaba de reconocer en su discurso ante la Asamblea Plenaria de la CEE que los obispos españoles están muy preocupados. La Iglesia en este país lleva sufriendo una crisis de vocaciones al sacerdocio desde hace décadas. Y según se van haciendo mayores y muriendo los curas de antes, no hay reemplazo. 

Me llama mucho la atención una parte de su discurso:

Por otra parte, debemos afirmar al mismo tiempo que el trabajo pastoral por las vocaciones sacerdotales es en general más intenso que en otros tiempos en que había un ambiente propicio constituido por las familias, las parroquias y las escuelas en que las vocaciones surgían fácilmente.

Muy bien. ¿Y entonces? A ver si va a resultar que el problema está precisamente en que las parroquias, las escuelas y las familias han dejado de ser instrumentos vocacionales. Pero ya me dirán entonces de dónde van a salir las vocaciones, por muchos esfuerzos que se hagan.

Seamos serios. Si además del desplome de la natalidad, que afecta a toda la sociedad, apenas el 10% de la juventud española es católica practicante, y en algunas regiones no llegan ni al 5%, ¿cómo vamos a tener los seminarios llenos? De hecho, creo que el número de seminaristas es muy elevado dado el nivel de práctica religosa de ese sector de la población católica.

Es decir, en vez de llorar por los pocos seminaristas que tenemos, deberíamos estar dando gracias a Dios de que, a pesar de que somos corresponsables de la apostasía generalizada que se ha instalado en este país, el Señor todavía llama a un número importante de jóvenes al sacerdocio.

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12.04.18

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor

Palabra de Dios:

Cuando iban de camino entró en cierta aldea, y una mujer que se llamaba Marta le recibió en su casa.
Tenía ésta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Pero Marta andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo:
-Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir? Dile entonces que me ayude.
Pero el Señor le respondió:
-Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.
Luc 10,38-42

El Señor es bueno para quien espera en Él, para el alma que lo busca. Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Lam 3,26

Santa Teresa de Jesús;

«Dice en la primera regla nuestra que oremos sin cesar. (Para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer Lc 18,1) Con que se haga esto con todo el cuidado que pudiéremos, que es lo más importante, no se dejarán de cumplir los ayunos y disciplinas y silencio que manda la Orden; porque ya sabéis que para ser la oración verdadera se ha de ayudar con esto, que regalo y oración no se compadece.» (Camino de Perfección 4,2)

«el silencio, que no nos ha de hacer mal» (Camino de Perfección 10, 6) 

«En este templo de Dios, en esta morada suya, sólo él y el alma se gozan con grandísimo silencio.» (VII Moradas 3,11)

«También se pueden imitar los santos en procurar soledad y silencio y otras muchas virtudes, que no nos matarán» (Libro Vida 13,7) 

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