El tiempo presente es tiempo de reconocer nuestros pecados

Del Oficio de Lecturas del vienes de la decimotercera semana del Tiempo Ordinario:

Si hay aquí alguno que esté esclavizado por el pecado, que se disponga por la fe a la regeneración que nos hace hijos adoptivos y libres; y así, libertado de la pésima esclavitud del pecado y sometido a la dichosa esclavitud del Señor, será digno de poseer la herencia celestial. Despojaos, por la confesión de vuestros pecados, del hombre viejo, viciado por las concupiscencias engañosas, y vestíos del hombre nuevo que se va renovando según el conocimiento de su creador. Adquirid, mediante vuestra fe, las arras del Espíritu Santo, para que podáis ser recibidos en la mansión eterna. Acercaos a recibir el sello sacramental, para que podáis ser reconocidos favorablemente por aquel que es vuestro dueño. Agregaos al santo y racional rebaño de Cristo, para que un día, separados a su derecha, poseáis en herencia la vida que os está preparada.

Porque los que conserven adherida la aspereza del pecado, a manera de una piel velluda, serán colocados a la izquierda, por no haberse querido beneficiar de la gracia de Dios, que se obtiene por Cristo a través del baño de regeneración. Me refiero no a una regeneración corporal, sino al nuevo nacimiento del alma. Los cuerpos, en efecto, son engendrados por nuestros padres terrenos, pero las almas son regeneradas por la fe, porque el Espíritu sopla donde quiere. Y así entonces, si te has hecho digno de ello, podrás escuchar aquella voz: Bien, siervo bueno y fiel, a saber, si tu conciencia es hallada limpia y sin falsedad.

Pues si alguno de los aquí presentes tiene la pretensión de poner a prueba la gracia de Dios, se engaña a sí mismo e ignora la realidad de las cosas. Procura, oh hombre, tener un alma sincera y sin engaño, porque Dios penetra el interior del hombre.

El tiempo presente es tiempo de reconocer nuestros pecados. Reconoce el mal que has hecho, de palabra o de obra, de día o de noche. Reconócelo ahora que es el tiempo propicio, y en el día de la salvación recibirás el tesoro celeste.

Limpia tu recipiente, para que sea capaz de una gracia más abundante, porque el perdón de los pecados se da a todos por igual, pero el don del Espíritu Santo se concede a proporción de la fe de cada uno. Si te esfuerzas poco, recibirás poco, si trabajas mucho, mucha será tu recompensa. Corres en provecho propio; mira, pues, tu conveniencia.

Si tienes algo contra alguien, perdónalo. Vienes para alcanzar el perdón de los pecados: es necesario que tú también perdones al que te ha ofendido.

De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo (Catequesis 1, 2-3. 5-6: PG 33, 371. 375-378)

Mucho bien haría a nuestra alma el tener en cuenta lo que nos dice San Cirilo. El baño regeneracional del que habla es el bautismo pero igual vale para el sacramento de la confesión.

No es bueno que nos engañemos. Si vivimos en pecado, no podemos esperar salvarnos. Si despreciamos la gracia, el infierno es nuestro destino eterno. Y no tiene el menor sentido intentar ocultar a Dios nuestros pecados, porque Él conoce hasta aquellos que desconocemos. Debemos implorar con el salmista:

¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
Salm 19,12

Como bien dice el apóstol:

No os engañéis: de Dios nadie se burla. Lo que uno siembre, eso cosechará. El que siembra para la carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos.
Gal 6,7-9

Por último, no olvidemos la exhortación final del santo. Perdonar a quienes nos han ofendido no es una opción. Es un deber. Si no perdonamos no seremos perdonados. Y recordemos que no hay ofensa que hayamos recibido que sea más grave que las que llevaron a Cristo a morir por nosotros en la Cruz para obteneros la redención.

Señor, danos humildad para reconocer nuestros pecados y libertad para dejarlos atrás.

Luis Fernando

4 comentarios

  
Strauch
Precioso texto. Gracias por compartirlo.
08/07/17 4:34 PM
  
Francisco
Amén. En estos tiempos oscuros del cacareado "Orgullo" antepongamos la virtud de la Humildad, y roguemos por ella para que por gracia se nos conceda. Además, veo que la compuncion por nuestros pecados es una gracia que se nos da y nos hace darnos cuenta del estado de nuestra alma ante Dios. Una cosa tengo clara y la citas en el post: De Dios nadie se burla.
Paz y bien
08/07/17 4:52 PM
  
vicente
mientras estamos en este mundo debemos luchar contra el pecado, contamos con la ayuda de la gracia de Dios.
08/07/17 7:17 PM
  
USOZ
Hola, Luis.

¿Te has enterado de la conversión de Hank Hanegraaff, el Bible Answer Man, probablemente uno de los evangélicos más influyentes de USA, a la Ortodoxia?

No me extraña que no lo haya sido a la Iglesia católica, si el propio Papa considera el proselitismo como un pecado especialmente grave...

En fin, ¿qué haría hoy día John Henry Newman? Es una pregunta inquietante, ¿verdad?

Un abrazo...

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LF:
Pues no, no sabía lo de Hanegraaf. Sorprendente.

Aun así, se siguen convirtiendo más pastores a la Iglesia Católica que a las ortodoxas.

Newman haría hoy exactamente lo que hizo en su día. Seguir la gracia de Dios.
09/07/17 12:45 AM

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