Breves reflexiones (X)

Me presenté ante tí, Señor, con la evidencia de mis pecados, con la carga de mis infidelidades, con la certeza de que una avalancha de piedras caerían sobre mí para sepultarme en mi miseria. Mas cuando levanté mis ojos, me encontré con tu mirada de perdón y tu palabra de salvación: “No te condeno. Vete y no peques más”. Pero no quiero irme. Quiero quedame a tu lado. Quédate conmigo. Solo así venceré mi pecado.

Han puesto delante de mí las treinta monedas de plata de la traición. Son la vida cómoda, la vida entregada a mi carnalidad, la vida llena de supuestos bienes que me alejan del bien mayor de tu presencia, la vida sin cruz, la vida que huye de las pruebas que me regalas para que mi amor por ti sea más puro. No permitas que salga de mis labios el beso traicionero. Humíllame y arrójame en el suelo para que reconozca tu soberanía en mi vida.

Veo la vida de tus santos y doy gloria a tu nombre por lo que has obrado en ellos. Y anhelo esa gracia que derramaste sobre sus almas para que te sirvieran fielmente y nos mostraran el camino a seguir, que no es otro que morir a sí mismos para que tú brillaras en ellos. Pon en mí el deseo de ser como Jacob, que no cesó de luchar con tu ángel hasta recibir la bendición. “No te soltaré hasta que me bendigas", dijo aquel a quien tú pasaste a llamar Israel. “No te soltaré hasta que me hagas santo", quiere clamar mi alma.

El pitido constante en mis oídos, las manos adormecidas de cada mañana, el dolor de espalda al caminar, el debilitamiento progresivo de mis piernas son las pequeñas espinas de la corona que quiero tirar. No me permitas que la arroje de mi cabeza. Concédeme que con tu Madre diga “Fiat” y que contigo diga “Hágase tu voluntad, no la mía”.

Me diste a tu Madre para enseñarme a obedecerte. Me diste a tu Madre para acompañarme a los pies de mi cruz. Me diste a tu Madre para ser mi Madre. Enséñame a amarla, a buscar su amor maternal, a imitar, siquiera sea torpemente, su fidelidad.

Espíritu Santo, tan callado, tan presente en mi vida para moldear mi alma a imagen de Cristo. No dejes que sea barro seco que se rompe en tus manos de divino alfarero. Humedece mi alma con al agua viva de Cristo. Que tú seas el banco en el que deposite los talentos que el Padre me entregó. Y que todo posible fruto sea para gloria tuya.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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15 comentarios

  
Ricardo de Argentina
Luis Fernando, que Dios te asista y te ayude a llevar tu cruz.
14/03/16 1:00 AM
  
María del Carmen García Moreno
Me abrazo a mi cruz en este momento y le doy gracias al Padre por darme éstos dolores que le ofrezco para poder colaborar en su obra salvadora.
14/03/16 1:31 AM
  
hidaspes
A diario ruego para que no se repita mi error del pasado, creerme autosuficiente y controlador de mis acciones sin necesidad de Dios Padre Todopoderoso. Inútil al fin y a la postre, siempre acabo por reconocer que sin Dios nada soy, y que sin el misericordioso abrazo de Cristo no hago sino profundizar en el fango de la infelicidad. Cuando la soberbia de creerme autosuficiente sin la ayuda de Dios me asalta, cuando finalmente vence sobre mi naturaleza pecadora y débil, mientras anhelo reencontrarme con Cristo en el sacramento de la Reconciliación, siempre vienen a mi las bellas palabras de San Bernardo de Claraval: "Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial."

Gracias, Señor Jesús, por el abrazo maternal de la Virgen María. ¡No permitas que me pierda en el camino, aunque andando el mismo vaya tropezando vez tras vez!
14/03/16 1:59 AM
  
Horacio Castro
Con Cristo procurando la santidad.
14/03/16 2:00 AM
  
Martina
Luis Fernando,
Esto tan precioso que escribes sirve de oración, meditación...
Gracias por compartir lo que el Señor te da. Yo me solidarizo y me aprovecho, así que pido a Dios que te lo pague y te lo aumente, yo no puedo, solo aplaudo, agradezco y rezo.
14/03/16 2:18 AM
  
Miguel García Cinto
Luis Fernando: ¿Donde está ese descanso de fin de semana junto a la familia? Ha sido muy breve, ya que apenas ha despuntado el lunes.
Encantadora reflexión, el alma se serena e induce a la meditación.
14/03/16 2:31 AM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¡¡¡Qué reflexión tan hermosa, Luis Fernando!!! La hago mía y te la robo para compartirla en mi facebook. Muchísimas gracias y que el Espíritu Santo te siga iluminando.
14/03/16 3:05 AM
  
Mikel
Mil gracias Luis Fernando. El Señor no nos ha abandonado, se sirve del inmenso amor y sacrificio de Sus elegidos para reforzar los pilares del mundo, cada vez más erosionados por esta infestación de pecado que estamos sufriendo.
Señor Jesús, ayúdame, que nunca retire de la cabeza mi corona de espinas.
14/03/16 3:26 AM
  
Almudena 1
En no muchas reflexiones se destaca la figura de María Madre. "Si supiéramos cuánto nos quiere, lloraríamos de alegría"
Con Ella todo es más dulce, Dios no le niega nada, es Su debilidad, si se puede decir que El tiene alguna.
Gracias y que Maria te acompañe y reconforte LF.
14/03/16 9:58 AM
  
Joaquín Simó Caballer
Bueno Luis Fernando, el precio de luchar con Cristo suele ser una espina o un traspies en las seguridades humanas. O ambas cosas. Visto así, considera tu cruz esa bendición que le quisiste arrancar a Jesús. Como Jacob, que luego .... anduvo cojo toda la.vida. Pero Dios le dió un nombre nuevo. Y más, y más ...
Asi que Sumsum Corda!!

14/03/16 10:24 AM
  
doiraje
Dios te bendiga, Luis Fernando.
14/03/16 12:01 PM
  
Santi
Muy bello, de verdad. Lo guardo.
14/03/16 3:31 PM
  
Gregory
No vuelvas a pecr con eso es suficiente, viene acompañado por la misericordia
14/03/16 4:05 PM
  
Lucía Martínez
¡Gracias Señor por Luis Fernando. Cuánto bien nos haces a través de él !
Síguelo bendiciendo y a toda su familia también.
15/03/16 12:24 AM
  
Roblete
Decía Santa Teresa de Lisieux cuando le preguntaban si sufría mucho con su enfermedad, que lo importante no es si se sufre mucho o poco sino si se sufre bien. Dios lo bendiga Luis Fernando.
15/03/16 8:05 AM

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