María, siempre presente por voluntad de Dios

María, la criatura más bella que ha creado Dios, cumple por designio divino un papel fundamental en la historia de nuestra redención. La Escritura nos muestra que recibe del ángel del Anunciación el nombre de “Kejaritomene". Bien sabemos que cuando Dios da un nombre especial a alguien, está marcando su naturaleza y su misión. En el caso de María, dicho nombre indica que la plenitud de la gracia está obrando en ella. Vemos igualmente que una mujer llena del Espíritu Santo, Isabel, proclama que la visita de la Virgen, embarazada, es un reglado para ella. Leemos que una criatura no nacida, San Juan Bautista, salta en el seno materno al oír la voz de María. Y se nos revela, por supuesto, que Cristo es fruto de su vientre.

Es por ello que en el siglo II, tanto San Ireneo de Lyon como San Justino mártir, muestran que ya entonces era parte de la fe de la Iglesia que María es la segunda Eva (abogada de la primera madre) y “causa de nuestra salvación” (causa salutis). Obviamente no aparte de Cristo, sino precisamente por su relación única y especialísima con el Salvador.

En el Nuevo Testamento aprendemos que la Madre está con el Salvador no solo en su nacimiento y niñez, cosa lógica, sino al principio de su ministerio público. Es ella la que obtiene de Él el primer milagro, aun después de recibir una respuesta un tanto ruda. Pero también está con Él al pie de la Cruz, donde Cristo nos la concede como Madre en la persona del único discípulo, San Juan, que estuvo con Él en el Calvario y a ella le concede a la Iglesia como hija en dicho apóstol. Por último, la Madre está con la Iglesia en el momento en que llega el Espíritu Santo en Pentecostés.

Pero no queda ahí la presencia activa de María en los planes de Dios para su pueblo. Aunque esto no es dogma de fe, la vemos siendo enviada por Dios a España para apoyar la tarea evangelizadora del apóstol Santiago. No es casual que se le apareciera a San Juan Diego, nativo, cuando daba comienzo la inmensa tarea evangelizadora de América. Parece como si Dios quisiera que la Madre de nuestro Señor estuviera siempre presente al principio de obras grandiosas y momentos clave para la historia de la Iglesia.

Toda la doctrina de la Iglesia sobre María sirve para reforzar la doctrina sobre su Hijo y sobre aspectos fundamentales de la Revelación cristiana. Por ejemplo, ella es Madre de Dios porque Cristo es Dios. Ella es Inmaculada Concepción porque en su persona actúa de forma “eficacísima” la predestinación y la gracia divina. No es casual que la Virgen se aparezca en Lourdes y le diga a una niña que jamás había oído las palabras “Inmaculada Concepciu” que ese era su nombre y el dogma acababa de ser proclama. Un dogma, y una aparición, que aparecen justo cuando la gracia estaba presta a ser oscurecida por la crisis modernista.

¿Y todo esto qué tiene que ver con el vídeo que encabeza este post? Todo. Resulta que el profesor Javier Paredes, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá y supernumerario del Opus Dei, nos ofrece en una conferencia un recorrido por la historia de las apariciones marianas. La charla es larga, pero merece la pena. Hay datos objetivos e históricos -¡quién mejor que un historiador cristiano para contarlos!- que no se pueden ignorar. Aunque la Virgen se ha ido apareciendo a lo largo de la Historia de la Iglesia, sus apariciones se han incrementado considerablemente en los dos últimos siglos. Y eso, necesariamente, significa algo. No puede ser casual, porque en los designios divinos nada lo es. Si Dios cree que es necesario que la Madre de Nuestro Señor aparezca para profetizar, llamar a la conversión y reafirmar su papel como Madre nuestra -no olvidemos que según la encíclica Mediator Dei, el culto a María es señal de predestinación-, bien haríamos en estar atentos a sus mensajes.

El papa Francisco dijo, no sin razón, que la Virgen María “no es una oficina de Correos, para enviar mensajes todos los días". Pero desde luego, cuando Ella aparece y la Iglesia reconoce su aparición, estamos ante un derramamiento de la gracia divina que no podemos desperdiciar. De Ella siempre recibimos al Hijo y el mandato de “haced lo que Él os diga"(Jn 2,5). Si nos profetiza desgracias mientras nos llama a la conversión, ¿no seremos capaces de seguir el ejemplo de los paganos de Nínive, que ante la profecía de Jonás se arrepintieron y evitaron el desastre?

María, Madre de Dios, destructora de las herejías, ruega por nosotros.

Luis Fernando Pérez Bustamante

8 comentarios

  
Alonso Gracián
Luis Fernando, has hecho una muy buena observación : "Un dogma, y una aparición, que aparecen justo cuando la gracia estaba presta a ser oscurecida por la crisis modernista."

Realmente, la providencia del Señor es sorprendente. Quiere resaltar la gracia cuando la gracia es devaluada. Y lo hace a través de su Madre. Tremendo.

Es importante dar a la gente belleza mariana y sana doctrina, porque la Iglesia es imagen de la Madre del Salvador.

Un abrazo
05/10/14 1:39 PM
  
Palas Atenea
Humildemente deseo presentar mi lealtad filial a María porque durante muchos años no entendí bien quién es. Ella sabe que digo la verdad.
Tuve que meditar mucho para darme cuenta que la Virgen entra y sale de los Evangelios con el Espíritu Santo-Anunciación/Pentecostés-y que representa el mayor ejemplo de Fe, de esa que mueve montañas, que los cristianos tenemos. Por una parte está en la línea del AT-Abraham, Moisés, María-pero, por otra, a ningún ser humano, nacido de mujer, se le concedió el honor que ella recibió: ser Madre de Dios. Por lo tanto no es nada raro la misión profética de sus apariciones.
En otra entrada un judío converso dice que sólo entre los católicos encontró a la Mujer que se le apareció en sueños (podría haberla encontrado también en los ortodoxos) pero los protestantes se olvidan de ella.
A la Virgen no se la adora, como a la Trinidad, se la venera, que es distinto.
Que alguien que no era Dios fuera distinguido por el Altísimo para ser Madre de Dios es una de las mayores esperanzas de la humanidad.
Por eso ahora María es el modelo que intento seguir, porque entre los humanos es la más grande y es una mujer, porque sólo una mujer podía ser la Madre de Dios. No hay nada más grande que la Maternidad de María, nada mayor que su ejemplo, ningún humano más grande que Ella.
San Efrén de Siria, conocido como "La Cítara del Espíritu Santo" tiene hermosos poemas a la Virgen, como mi inspiración no es tanta le dedico esta pequeña muestra de una conocida melodía gregoriana:
Salve mater misericordie
Mater Dei, et mater veniae,
Mater spei, et mater gratiae
Mater plena sanctae letitiae,
O María!
05/10/14 3:08 PM
  
J.
"Pero no es una oficina de Correos, para enviar mensajes todos los días».

Yo matizaría esta afirmación según la información del mismo Francisco:

1. Que los mensajes no estén dominados por el Espíritu de la curiosidad mundana, de las cosas extrañas, de la confusión

2. Que los mensajes no alejen del Evangelio, del Espíritu Santo, la paz, sabiduría, gloria de Dios y belleza de Dios

Porque opino que si hoy estamos a las puertas de los últimos tiempos, entonces la Virgen María, si es necesario, se aparecería a todos sus hijos, si ello fuera necesario para la salvación.

De otro lado, la Santísima Trinidad, María, los santos, los ángeles y las almas purgantes están enviando diariamente millones de diferentes tipos y clases de mensajes para este fin: la salvación.

Otra cosa es que se deban o no de difundir públicamente.
05/10/14 6:44 PM
  
Archie
Amigo Luis Fernando:

Acabas de tocar mi punto más sensible. Te lo agradezco de corazón. Lo dejo todo y copio parte de las palabras de Jesús sobre Ella a una de sus almas predilectas del pasado siglo:

"La pureza tiene un valor tal, que un seno de criatura pudo contener al Incontenible, porque poseía la máxima pureza posible en una criatura de Dios"
...........................
"Ven y lee sus glorias en el Libro del Antepasado: "Dios me poseyó al inicio de sus obras, desde el principio, antes de la creación. Ab aeterno fui erigida, al principio, antes de que la tierra fuera hecha; aún no existían los abismos, y yo ya había sido concebida.

Aún no manaba agua de los manantiales, aún no se elevaban con su pesada mole los montes, aún las colinas no eran para el Sol collares... y yo ya había nacido. Dios no había hecho todavía la tierra ni los ríos ni las columnas del mundo, y yo ya existía.

Cuando preparaba los cielos, yo estaba presente, cuando con ley inmutable clausuró el abismo bajo la bóveda, cuando fijó arriba la bóveda celeste y colgó de ella las fuentes de las aguas, cuando al mar le establecía sus confines y daba leyes a las aguas, cuando daba leyes a las aguas de no sobrepasar su límite, cuando echaba los fundamentos de la tierra, yo estaba con Él ordenando todas las cosas. Siempre alegre jugueteaba ante Él continuamente, jugueteaba en el universo...".

Las habéis aplicado a la Sabiduría, pero hablan de Ella: la hermosa Madre, la santa Madre, la Virgen Madre de la Sabiduría, que soy Yo, el que te habla."

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Sí, ya sé que las revelaciones de Jesús a María Valtorta no son dogma de fe. Pero yo al menos no necesito que lo sean para darme cuenta de que son palabra auténtica de Él.
05/10/14 6:59 PM
  
J.
"Sí, ya sé que las revelaciones de Jesús a María Valtorta no son dogma de fe. Pero yo al menos no necesito que lo sean para darme cuenta de que son palabra auténtica de Él."

Pues opino que no hacer ningún caso de ninguna aparición, advocación y revelación privada reconocida de Jesús y María (y de otras personas celestiales), así como el no tener ninguna devoción (que no adoración) a María, José y a los santos, es un pecado leve a la virtud de la religiosidad, además de acercar el catolicismo al protestantismo por vía de la praxis.
05/10/14 11:43 PM
  
Rexjhs
Querido LF. Has tocado el punto clave. Yo creo que el incremento exponencial de las apariciones marianas desde 1830 es un signo inequívoco del final de los últimos tiempos. A los profetas los judíos los mataban y les pegaban (y son retratados como asesinos en la parábola de los viñadores homicidas) y por no escucharles, no conocieron el tiempo de la primera visita de Cristo al Mundo, en pobreza y humildad. Creyeron que el Mesías no sería un varón de dolores, sino un Rey poderoso que derrotaría a los romanos. Ahora, desde hace 170 años (desde La Salette)la Virgen se aparece y profetiza los tremendos castigos que se vienen sobre el Mundo (están, por cierto, en el Apocalipsis), la gran tribulación, el fracaso de la Iglesia fiel, el aparente triunfo de una falsa iglesia, la gran apostasía, el surgimiento del Anticristo, etc. y la jerarquía, los sacerdotes y los católicos tampoco la escuchamos... hasta que sea demasiado tarde. En España, de hecho, hemos rechazado a la Virgen en Ezquioga, Garabandal, Unbe o Prado Nuevo, incurriendo en un grave pecado contra el Espíritu Santo. Si Cristo vino la primera vez por María, también ahora, su segunda venida, su Parusía, será traída por María Santísima. El triunfo de su Inmaculado corazón se hará con unos pocos, con los que los demás rechazan como locos (como rechazaron los fariseos y saduceos a los apóstoles, a Zaqueo, a José de Arimatea, Nicodemo o a San Juan Bautista). Y este triunfo de los pocos, de la Iglesia fiel (amante de María Santísima, del Magisterio de la Iglesia y del papa) precederá la Parusía del Señor. Sí, vengo pronto. ven, Señor Jesús.
06/10/14 12:02 AM
  
Pepito
Una gozada poder ver y escuchar al profesor Don Javier Paredes en el vídeo. Una de las constantes de las apariciones marianas es la advertencia que nos hace la Virgen de que nos esperan grandes castigos divinos si no nos convertimos, oramos y hacemos penitencia.

La Virgen nos ama pero nos advierte seriamente que si seguimos así la vara del castigo divino está pronta para descargar sobre los cristianos, la mayoría de los cuales nos hemos vuelto hoy en día sosos e incoherentes con la Fe, entre otras cosas votando a favor de legalizar y hacer normal en la sociedad gravísimos pecados como el aborto y el gaymonio, etc.
06/10/14 11:45 AM
  
Cleme
Gracias lo he visto completo, Dios lo bendiga y la Virgen lo acompañe.
saludos desde México.
06/10/14 8:58 PM

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