Carlos Salvador, el aborto, los cobardes y los tibios

Como cabía esperar, la totalidad de los partidos políticos del arco parlamentario en España se oponen a la iniciativa del diputado navarro Carlos Salvador, que pretendía que las mujeres que quieren abortar en España sean del todo conscientes de qué es “aquello” que van a eliminar. Para ello deberían recibir la imagen de una ecografía en la que se viera el ser vivo que está en su seno.

Es bastante probable que la mayor parte de las mujeres decidieran seguir adelante con su aborto, pero a nadie le debe caber la más mínima duda de que tal iniciativa, se salir adelante, salvaría vidas. Que es lo que pretende el único diputado realmente provida que hay en la Cortes españolas. Eso sí, su partido, UPN, no es tan provida como él. El gobierno navarro paga abortos con dinero público.

Entre las reacciones contrarias a la iniciativa de don Carlos, me llama mucho la atención la de Rosa Díez, líder de UPyD. Ha dicho ni más ni menos que es una “absoluta barbaridad” y un “completo despropósito”. Ya sabíamos que el partido de la política vasca es tan abortista como el que más, pero no pensé que se fuera a poner a la cabeza de la oposición a algo tan elemental como informar a una mujer de lo que pretende hacer con su hijo no nacido.

En todo caso, es bueno que los posibles votantes católicos del PP que andan pensando entregar su voto a UPyD por su postura sobre la unidad de España, el terrorismo, etc, sean conscientes de que en cuestión de ingeniería social ese partido es una copia barata de lo peor de la izquierda parlamentaria.

El resto de partidos se ha posicionado como cabía esperar. La izquierda es cobarde y tiene miedo de que la verdad expresada en una imagen convenza a las mujeres de que abortar es matar a un inocente. El Partido Popular dice que el señor Salvador es libre de proponer lo que quiera, pero que no están por la labor de apoyar su iniciativa. Estoy convencido de que lo que les pide el cuerpo a Rajoy y sus muchachos es dejar las cosas como están, con el aborto siendo un derecho, pero tienen que hacer algún gesto hacia su electorado más conservador. Dejarán las cosas como estaban antes de la ley actual, con más de cien mil abortos al año, pero el cambio servirá para que los tibios tengan una excusa más para seguir ejerciendo su tibieza a la hora de votar.

Lo cierto es que Carlos Salvador es el único diputado que ha sido consecuente con los principios morales que defiende. Ya en el discurso de investidura de Mariano Rajoy advirtió de cuál es la realidad en España: “Más de 113.000 abortos al año, la natalidad estancada, la institución familiar desprestigiada“. Casi dos años después, las cosas siguen igual o peor. Hay menos abortos oficiales contabilizados gracias al consumo masivo de la píldora del día después, que es abortiva. La legislación sobre institución familiar se ha alejado definitivamente de la ley natura tras la sentencia del Constitucional sobre el gaymonio y la actitud cobarde el PP. Y la natalidad sigue muy por debajo de la tasa de reemplazo, lo que va a traer consecuencias nefastas en el futuro. Es decir, da igual que en este país gobierne la izquierda o la derecha. Los principios no negociables planteados por el magisterio pontificio -y que acaban de defender los obispos de Costa Rica- son pisoteados de igual manera por unos y por otros.

Quizás es hora de que alguien proponga al político navarro ser cabeza de lista de una plataforma o coalición electoral auténticamente provida y profamilia para las próximas elecciones europeas. Habría que ver si se lo permitirían en su partido, UPN. Y, en caso de que no se lo permitieran, habría que rogar que su compromiso en defensa de esos valores sea lo suficientemente arraigado como para ir por libre.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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Luis Fernando
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16/10/13 10:30 AM

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