Benedicto XVI: “Queda mucho por hacer en el camino de la renovación litúrgica real”

Hoy se ha clausurado, en Dublin, el 50º Congreso Eucarístico Internacional, con la Santa Misa celebrada por el Cardenal Marc Ouellet, Legado Pontificio. Al final de la celebración, se transmitió el siguiente video-mensaje del Santo Padre Benedicto XVI, en el cual hizo referencia a la reforma litúrgica, al Concilio Vaticano II así como también a la situación actual de la Iglesia en Irlanda. Además, el Papa anunció que el próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en Cebu, Filipinas, en el año 2016.

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Queridos hermanos y hermanas:

Con gran afecto en el Señor, saludo a todos los que os habéis reunido en Dublín para el 50 Congreso Eucarístico Internacional, en especial al Señor Cardenal Brady, al Señor Arzobispo Martin, al clero, a las personas consagradas, a los fieles de Irlanda y a todos los que habéis venido desde lejos para apoyar a la Iglesia en Irlanda con vuestra presencia y vuestras oraciones.


El tema del Congreso – «La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros» – nos lleva a reflexionar sobre la Iglesia como misterio de comunión con el Señor y con todos los miembros de su cuerpo. Desde los primeros tiempos, la noción de koinonia o communio ha sido central en la comprensión que la Iglesia ha tenido de sí misma, de su relación con Cristo, su Fundador, y de los sacramentos que celebra, sobre todo la Eucaristía. Mediante el Bautismo, se nos incorpora a la muerte de Cristo, renaciendo en la gran familia de los hermanos y hermanas de Jesucristo; por la Confirmación recibimos el sello del Espíritu Santo y, por nuestra participación en la Eucaristía, entramos en comunión con Cristo y se hace visible en la tierra la comunión con los demás.


Recibimos también la prenda de la vida eterna futura.

El Congreso tiene lugar en un momento en el que la Iglesia se prepara en todo el mundo para celebrar el Año de la Fe, para conmemorar el quincuagésimo aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, un acontecimiento que puso en marcha la más amplia renovación del rito romano que jamás se haya conocido. Basado en un examen profundo de las fuentes de la liturgia, el Concilio promovió la participación plena y activa de los fieles en el sacrificio eucarístico. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, y a la luz de la experiencia de la Iglesia universal en este periodo, es evidente que los deseos de los Padres Conciliares sobre la renovación litúrgica se han logrado en gran parte, pero es igualmente claro que ha habido muchos malentendidos e irregularidades. La renovación de las formas externas querida por los Padres Conciliares se pensó para que fuera más fácil entrar en la profundidad interior del misterio. Su verdadero propósito era llevar a las personas a un encuentro personal con el Señor, presente en la Eucaristía, y por tanto con el Dios vivo, para que a través de este contacto con el amor de Cristo, pudiera crecer también el amor de sus hermanos y hermanas entre sí. Sin embargo, la revisión de las formas litúrgicas se ha quedado con cierta frecuencia en un nivel externo, y la «participación activa» se ha confundido con la mera actividad externa. Por tanto, queda todavía mucho por hacer en el camino de la renovación litúrgica real.


En un mundo que ha cambiado, y cada vez más obsesionado con las cosas materiales, debemos aprender a reconocer de nuevo la presencia misteriosa del Señor resucitado, el único que puede dar amplitud y profundidad a nuestra vida. La Eucaristía es el culto de toda la Iglesia, pero requiere igualmente el pleno compromiso de cada cristiano en la misión de la Iglesia; implica una llamada a ser pueblo santo de Dios, pero también a la santidad personal; se ha de celebrar con gran alegría y sencillez, pero también tan digna y reverentemente como sea posible; nos invita a arrepentirnos de nuestros pecados, pero también a perdonar a nuestros hermanos y hermanas; nos une en el Espíritu, pero también nos da el mandato del mismo Espíritu de llevar la Buena Nueva de la salvación a otros. Por otra parte, la Eucaristía es el memorial del sacrificio de Cristo en la cruz; su cuerpo y su sangre instauran la nueva y eterna Alianza para el perdón de los pecados y la transformación del mundo.


Durante siglos, Irlanda ha sido forjada en lo más hondo por la santa Misa y por la fuerza de su gracia, así como por las generaciones de monjes, mártires y misioneros que han vivido heroicamente la fe en el país y difundido la Buena Nueva del amor de Dios y el perdón más allá de sus costas. Sois los herederos de una Iglesia que ha sido una fuerza poderosa para el bien del mundo, y que ha llevado un amor profundo y duradero a Cristo y a su bienaventurada Madre a muchos, a muchos otros. Vuestros antepasados en la Iglesia en Irlanda supieron cómo esforzarse por la santidad y la constancia en su vida personal, cómo proclamar el gozo que proviene del Evangelio, cómo inculcar la importancia de pertenecer a la Iglesia universal, en comunión con la Sede de Pedro, y la forma de transmitir el amor a la fe y la virtud cristiana a otras generaciones. Nuestra fe católica, imbuida de un sentido radical de la presencia de Dios, fascinada por la belleza de su creación que nos rodea y purificada por la penitencia personal y la conciencia del perdón de Dios, es un legado que sin duda se perfecciona y se alimenta cuando se lleva regularmente al altar del Señor en el sacrificio de la Misa.


La gratitud y la alegría por una historia tan grande de fe y de amor se han visto recientemente conmocionados de una manera terrible al salir a la luz los pecados cometidos por sacerdotes y personas consagradas contra personas confiadas a sus cuidados. En lugar de mostrarles el camino hacia Cristo, hacia Dios, en lugar de dar testimonio de su bondad, abusaron de ellos, socavando la credibilidad del mensaje de la Iglesia. ¿Cómo se explica el que personas que reciben regularmente el cuerpo del Señor y confiesan sus pecados en el sacramento de la penitencia hayan pecado de esta manera? Sigue siendo un misterio. Pero, evidentemente, su cristianismo no estaba alimentado por el encuentro gozoso con Cristo: se había convertido en una mera cuestión de hábito. El esfuerzo del Concilio estaba orientado a superar esta forma de cristianismo y a redescubrir la fe como una amistad personal profunda con la bondad de Jesucristo. El Congreso Eucarístico tiene un objetivo similar. Aquí queremos encontrarnos con el Señor resucitado. Le pedimos que nos llegue hasta lo más hondo. Que al igual que sopló sobre los Apóstoles en la Pascua infundiéndoles su Espíritu, derrame también sobre nosotros su aliento, la fuerza del Espíritu Santo, y así nos ayude a ser verdaderos testigos de su amor, testigos de la verdad. Su verdad es su amor. El amor de Cristo es la verdad.


Mis queridos hermanos y hermanas, ruego que el Congreso sea para cada uno de vosotros una experiencia espiritualmente fecunda de comunión con Cristo y su Iglesia. Al mismo tiempo, me gustaría invitaros a uniros a mí en la oración, para que Dios bendiga el próximo Congreso Eucarístico Internacional, que tendrá lugar en 2016 en la ciudad de Cebú. Envío un caluroso saludo al pueblo de Filipinas, asegurando mi cercanía en la oración durante el periodo de preparación a este gran encuentro eclesial. Estoy seguro de que aportará una renovación espiritual duradera, no sólo a ellos, sino también a todos los participantes del mundo entero. Ahora, encomiendo a todos los participantes en este Congreso a la protección amorosa de María, Madre de Dios, y a san Patricio, el gran Patrón de Irlanda, a la vez que, como muestra de gozo y paz en el Señor, os imparto de corazón la Bendición Apostólica.


BENEDICTUS PP. XVI


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Fuente: Il Sismografo

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12 comentarios

  
Ne reminiscaris delicta nostra vel parentum nostrorum
Vale. pero esa configuracion de Irlanda por la Misa fue antes o despues del Novus Ordo de Bugnini??

"cuantos yerros he visto fiados de la buena intencion" -santa Teresa de Jesus-
17/06/12 10:14 PM
  
marcos
Todavía hay quien se cree que antes de Trento no había nada. En fín...
18/06/12 8:25 AM
  
Miguel
Exacto marcos, exacto. Yo creo que a esos si les viniera el mismo Cristo y les dijera que el Novus Ordo Missae es totalmente digno y conforme a su corazón, seguro que le enmendarían la plana.

Trento es una parte muy importante de la historia de la Iglesia, pero es eso, "una parte", la historia de la Iglesia es más que "esa parte".
18/06/12 3:24 PM
  
JMMCBXVI
Bueno, antes de Trento, mucho antes de Trento, en fin en los siglos VI-VII, hunde raíces el Rito Romano llamado "Tradicional" o "Tridentino", más propiamente llamado "Gregoriano", a instancias del Papa San Gregorio Magno. Lo que NO hubo antes de Trento, NI NUNCA, son las experimentaciones de Mons. Anibale Bugnini. La Tradición es garantía de futuro; por eso Benedicto XVI está llevando a cabo, tenazmente, una reforma de la reforma litúrgica más en la línea con la Tradición litúrgica de la Iglesia...
18/06/12 6:32 PM
  
Hermenegildo
"... por eso Benedicto XVI está llevando a cabo, tenazmente, una reforma de la reforma litúrgica más en la línea con la Tradición litúrgica de la Iglesia..."

JMMCBXVI: yo quisiera ser tan optimista como tú, pero observo que el Papa no va más allá de los discursos y de su ejemplo personal, lo cual resulta netamente insuficiente para corregir la situación que atraviesa la liturgia de la Iglesia.
18/06/12 8:05 PM
  
Miguel
Ya JMMCBXVI, y algunos dicen que la comunión en la mano no tiene tradición o que no se hacía en la iglesia primitiva, y in embargo eso es faltar a la verdad, si no que alguien lea a Tertuliano en el siglo II como enseña a tomar la comunión.
18/06/12 8:38 PM
  
Neque vindictam sumas de peccatis nostris
¿Se referirán a santa Teresa al hablar de "los de Trento"???


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- Quien piense que el Novus Ordo de Bugnini tiene un ápice que ver con la ambigüedad buscada de la Sacrosanctum Concilium que tire la primera piedra.

(Y se fueron todos... comenzando por los más viejos).
18/06/12 10:19 PM
  
elbicho
Coincido con Marcos. Parece que la Iglesia de Jesucristo nació en Trento, y no en Jerusalén con Pentecostés. Sin caer en arqueologismos, sería oportuno meditar y profundizar en cómo se celebró la Santa Misa durante 15 siglos (casi nada...) y no juzgar de buenas a primeras la forma actual de celebrarla. Todo es mejorable, pero da la impresión en los comentarios de algunos que la Santa Misa de después del Concilio no es válida, y eso si que es un grave error.
19/06/12 10:32 AM
  
marcos
Neque. me refiero a tantos ritos como el mozárabe, que dieron "aire" a la iglesia en los siglos de la opresión islámica, y fueron luego "suprimidos" por el rito romano "manu militari" (y si no, mira en toledo la que se lió)
19/06/12 10:00 PM
  
JMMCBXVI
Bueno, según los estudios del obispo Mons. Athanasius Schneider, la supuesta "comunión en la mano" de la antigüedad cristiana más bien era recibir la Sagrada Forma en la mano, sí, pero sobre una especie de corporal, que luego se acercaba a la boca para comulgar. Luego, era más parecido a la comunión en la boca, que en la mano. En cualquier caso, que no fue entonces lo que hoy se entiende por "comunión en la mano." Y sea como fuere, a buen seguro los cristianos de la era patrística eran mucho mejor catequizados que hoy, y que cuando recibían la Comunión, sabían a Quién recibían. No creo que esto lo podemos decir hoy con la misma confianza. Que la comunión en la mano "moderna" ha contribuido no poco a deteriorar la piedad eucarística, es incuestionable. Y lo de Mons. Bugnini no empezó en la década del Vaticano II sino a finales de la década de los '40, en tiempos de Pío XII. Fue preparando el terreno... y lo logró bastante. No quiero con esto decir que no haya aspectos de la reforma post-conciliar acertados; pero en su conjunto, rompe con la Tradición litúrgica... y eso no es bueno. Así todo, no creo que hubiera podido hacer lo que hizo si el B. Juan XXIII hubiera vivido hasta la clausura del Concilio. Pablo VI fue más incauto. Y tengo entendido que llegó a llorar por la desaparición de la Octava de Pentecostés... que su reforma incluyó.
21/06/12 12:28 AM
  
Enrique G. B. A.
Los nuncios deben informar al Papa de como se siguen sus inquietudes en esta cuestión, en cada país o región.
Los nuncios donde han sido enviados, deben ser solícitos en que se entienda lo que quiere Benedicto XVI.
¿Será un tema presente en cada visita Ad Limina?
21/06/12 2:13 AM
  
marcos
¡Cuidado con Bugnini! ¡ No arece sino que estaba al lado de Lutero aconsejándole cómo hacer la reforma! Un poco de seriedad: nadie puede hacer tanto si no hay un "fondo" de debilidad previo ¿Cómo estaban los seminarios y los sacerdotes en aquellos años $0, 50...? ¿Tan fieles eran?
25/06/12 6:18 PM

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