En la Universidad del Papa, se discute sobre el Concilio

Con ocasión del 50º aniversario del Concilio Vaticano II, la Pontificia Universidad Lateranense ha organizado un Congreso y una profunda investigación que se prolongará hasta el 2015 sobre todo lo relacionado con el último concilio (no sólo los documentos sino también los mismos diarios de padres y peritos) para poder llegar, luego de una investigación sin prejuicios, a conclusiones ciertas sobre la hermenéutica correcta. Un trabajo que, sin duda, será de interés para toda la Iglesia.

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Personalmente comparte la lectura del Concilio propuesta por el Papa Ratzinger el 20 de diciembre de 2005, cuando prefirió la línea de la continuidad a aquella del Vaticano II como ruptura de la Tradición. Pero monseñor Enrico Dal Covolo aclara que la Pontificia Universidad Lateranense, de la cual es rector desde hace poco más de un año, quiere examinar “sin prejuicios ni conclusiones predeterminadas todas las cartas disponibles sobre los trabajos del Concilio, comenzando por los apuntes y diarios de los padres y de los peritos teológicos que participaron en la elaboración de las declaraciones y de los otros documentos aprobados”.


“Sólo así, es decir, con un trabajo realmente científico e imparcial, será posible verificar cuál de las dos hermenéuticas es, efectivamente, la más correcta”, afirmar monseñor Dal Covolo, anunciando para el año próximo (del 3 al 6 de octubre de 2012) un primer Congreso Internacional en colaboración con la Pontificia Comisión para las Ciencias Históricas sobre el tema de la interpretación del Concilio, en el cual serán fijados los criterios para esta investigación, y para el 2015 la presentación – en otra asamblea internacional – de los resultados alcanzados, “sean los que sean”. “Para sacar todo a la luz como nos hemos propuesto – explica el rector – el trabajo de investigación deberá ser absolutamente imparcial”.


Para el obispo salesiano, la reflexión concerniente a la vexata quaestio de la hermenéutica del Concilio es emblemática en la misión de una Universidad como la Lateranense. De hecho, se trata – explica monseñor Dal Covolo a la Agi, con ocasión del comienzo de las actividades académicas – de tener fe en la cientificidad de esta institución sin renunciar obviamente a la especificidad que le viene de la relación con el Papa y la Santa Sede.


Entra en juego así una reflexión considerada – por la Lateranense – cada vez más urgente sobre la “crisis” de la teología actual, que pierde demasiado a menudo su referencia a la “fe creída”. Al respecto, monseñor Dal Covolo cita algunos interrogantes que el Papa ha enumerado en un reciente discurso a la Fundación Joseph Ratzinger: “¿Acaso ciencia no es lo contrario de fe? ¿No cesa la fe de ser fe cuando se convierte en ciencia? Y ¿no cesa la ciencia de ser ciencia cuando se ordena o incluso se subordina a la fe?”. Cuestiones que, como ha dicho el mismo Pontífice en aquella ocasión, “constituían un serio problema ya para la teología medieval, y con el concepto moderno de ciencia se han vuelto aún más apremiantes, a primera vista incluso sin solución”.


Benedicto XVI, sin embargo, ha subrayado “la grandeza del desafío frente a las otras ciencias, hoy cada vez más especializadas en el método y en los contenidos, mientras la teología, si es verdadera teología, es decir, fiel a su epistemología auténtica, posee una instancia ulterior de verdad, transversal a las otras ciencias, y decisiva en su objetivo propio”. Al respecto, monseñor Dal Covolo destaca la línea de coherencia y equilibrio encarnada siempre por la Lateranense, con personalidades ilustres como Pietro Pavan y Umberto Betti, que después de su rectorado han recibido la púrpura cardenalicia, y también el aporte del profesor Antonio Piolanti, también él en el siglo pasado rector de la Universidad, que en el pasado mes de mayo lo ha celebrado en el centenario de su nacimiento como conclusión de las actividades de la Cátedra “Santo Tomás y el pensamiento contemporáneo”. Personajes que con sus estudios han preparado e iluminado el Concilio.


Precisamente la calidad de la enseñanza y la disponibilidad de los profesores son, para monseñor Dal Covolo, dos temas decisivos. Al punto de no escatimar los recursos necesarios para garantizar la estabilidad de los docentes y los procesos de verificación (por otro lado, requeridos por la Santa Sede) sobre las prestaciones que ofrecen. Es necesario tener fe, explica, “en las indicaciones ofrecidas por el Papa en el discurso del 20 de agosto a los profesores en la basílica del monasterio de San Lorenzo, en El Escorial de Madrid, durante la Jornada Mundial de la Juventud, cuando nos pidió encarnar un ideal que no debe desvirtuarse, ni a causa de ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado”. En aquella ocasión, concluye Dal Covolo, “el Pontífice nos ha recordado que los jóvenes tienen necesidad de auténticos maestros, personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad.”.


Una “aspiración alta” que debería ser transmitida “de modo personal y vital a nuestros estudiantes”, sin olvidar nunca que “si verdad y bien están unidos, como explicó el Papa, lo están también conocimiento y amor, y de esta unidad deriva la coherencia de vida y de pensamiento, la ejemplaridad que se exige de todo buen educador”.


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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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7 comentarios

  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
El mero hecho de que pueda plantearse este tema de modo serio y científico, alejado de reacciones sentimentales, es una excelente noticia. Espero que puedan estudiar no sólo los documentos públicos y privados que han hecho posibles los documentos conciliares, sino también las corrientes ideológicas y las personas e instituciones que mucho antes de su anuncio, estaban preparando un futuro Concilio de reformulación de todo el catolicismo.

En cuanto a la "polémica" Fe-ciencia, ojalá puedan profundizar en los errores filosóficos y teológicos que falsearon el concepto de ciencia, primero, y la comprensión ortodoxa de la Fe, después.

Si se hace bien, es decir, sin respuestas pre-ordenadas, este inmenso programa podrá servir de preparación de un futuro Concilio que componga el caos actual.
21/10/11 9:41 AM
  
rastri
Joseph Ratzinger: “¿Acaso ciencia no es lo contrario de fe? ¿No cesa la fe de ser fe cuando se convierte en ciencia? Y ¿no cesa la ciencia de ser ciencia cuando se ordena o incluso se subordina a la fe?”.
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-En tanto y cuanto la ciencia temporal sea considerada como la incóginta despejada acerca de lo que es el misterioso mundo de los tangibles sentidos del cuerpo universal;
-Y por ende, en tanto y cuanto, que la fe sea considerada, como la misma incógnita despejada, acerca de los intangibles misterios de los sentidos del alma celestial:

-No veo yo que el uno al otro se niegue o se confunda en la realidad de su motivo o razón de ser; siempre y cuando su incógnita -tangible o intangible- sea despejada.

Pues tanto se puede conocer a Dios partiendo de ésta nuestra tangible vida, en sus circunstanciales misterios temporales despejados. Como se puede conocer los misterios de éste nuestro mundo partiendo de la razón del ser que es el itangible único Dios.

-Sea: Tanto se puede conocer -ver y comprender sin medir ni definir- al único Dios; partiendo de aquel quien queriendo ser como Dios, es Universo limitado:sea el que: no fue, es y no será . Que no es Dios.
-Como así se puede conocer -ver y comprender, y medir y definir- al Mundo, el falso dios; partiendo del único Dios; sea el que: Fue, Es y Será Que sí es Dios.

21/10/11 11:37 AM
  
JCA
Pues a mí me preocupa esta afirmación, que huele a carga de profundidad, que lo contamina todo:

“Sólo así, es decir, con un trabajo realmente científico e imparcial, será posible verificar cuál de las dos hermenéuticas es, efectivamente, la más correcta”, afirma monseñor Dal Covolo, anunciando para el año próximo (del 3 al 6 de octubre de 2012) un primer Congreso Internacional en colaboración con la Pontificia Comisión para las Ciencias Históricas sobre el tema de la interpretación del Concilio.

¿Pretende enmendar la plana a lo afirmado por BXVI y la doctrina de la Iglesia de XX siglos? ¿Da por hecho que las decisiones conciliares están por encima del Papa y pretenden imponer esta doctrina? Se parece mucho a la postura de algunos en que un Concilio sirve para deponer a un Papa presuntamente herético (sí, se ha planteado, aunque no me acuerdo dónde ni por quién; ¿alguien lo sabe?) lo cual deja por los suelos el dogma de la infalibilidad papal.

La parte buena de este trabajo (que sólo es interesante desde el punto de vista histórico) es que al final --si realmente es sincero-- se podrán apreciar y conocer los manejos y labor de zapa de Bugnini y cía., según parece algunas veces parados in extremis por Pablo VI.
21/10/11 11:50 AM
  
santodomingo
El hecho que se tienen que reunir 50 años después del Concilio a discutir sobre su significado, indica claramente que el Concilio fue un inmenso fracaso. ¿De qué sirve un Concilio que nadie entiende?

Después de los grandes Concilios, Nicea, Trento, Vaticano I, no hubo necesidad de 50 años de disputas teológicas para averiguar el sentido de los documentos. Todos sabían exactamente lo que querían decir estos concilios el mismo día en que terminaron. Los concilios, para tener alguna utilidad, deben CLARIFICAR doctrina, no enmarañarla como ha hecho el CVII.

Otra cosa evidente, si se consulta el libro del Prof. Gumaraes, "Las aguas Revueltas del Vaticano", es que esta ambigüedad fue INTENCIONADA. Esto lo demuestra Gumaraes, con citas de los propios Padres conciliares.

Se abandonó el lenguaje toelógico por excelencia, el escolasticismo en favor de un lenguaje moderno que es ambivalente. Es decir, el Concilio se puede interpretar de manera ortodoxa (su mayoría al menos), pero también se puede interpretar de forma heterodoxa, gracias a la ambigüedad de su lenguaje.
21/10/11 2:45 PM
  
Néstor
Está muy bien, pero ¿de veras contemplan la posibilidad de que el examen científico imparcial los lleve a concluir que un Concilio Ecuménico implicó una ruptura con la Tradición? ¿Contradiciendo así lo que dijo el mismo Benedicto XVI?

Saludos cordiales
22/10/11 4:42 AM
  
Daniel
Los de mi generación dicho CVII, lo vemos ya sin apasionamientos, y viendo los frutos que ha generado con reserva, en algunas ocasiones éste parece una tomadura de pelo, que rompió como nunca la continiudad, ahora parece están arreglando las cosas.
Hace unos días en misa el presbítero dijo :"...según el C de Trento...")hasta no hace mucho, se monta una escandalera, personalmente pienso que dicho CVII, pasará a la Historia de la Iglesia como el más nefasto. Con millones de abandonos por las aberraciones litúrgicas, la secularización de la vida sacerdotal, no solo los que colgaron los hábitos, las heterodoxias doctrinales, el abandono y ridiculización de la piedad popular...(principalmente).
22/10/11 7:49 AM
  
rastri
“Sólo así, es decir, con un trabajo realmente científico e imparcial, será posible verificar cuál de las dos hermenéuticas es, efectivamente, la más correcta”,
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-Esto me suena a que ya, desde un principio, el Espíritu Santo ha quedado aparcado en cualquier lugar.

-Lo de "trabajo realmente científico e imparcial": me coma su olor a laboratorio de psiquiatría.

-¡Señor! por amor a los escogidos hazte ver. No tardes.

22/10/11 10:38 AM

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