Anglicanos pasan al catolicismo, ¿y a mí qué?

En la mayoría de los casos, el paso a la Iglesia católica comporta dejar muchas «seguridades», puestos e incluso lugares de culto en los que dieron los primeros pasos en el amor a Dios. Significa un camino de fe y la consideración de la Iglesia católica como una familia que les acoge.

La Constitución Anglicanorum Caetibus, del 4 de noviembre de 2009, fue la respuesta específica de la Santa Sede a una inquietud constante en el seno del anglicanismo (para conocer más acerca del cristianismo anglicano véase este enlace). Inquietud que despertaba y sigue despertando en muchos fieles interrogantes sobre la fidelidad de esa confesión a las enseñanzas de Cristo y cuyas manifestaciones más sintomáticas han sido la ordenación de mujeres, la aceptación de la homosexualidad (incluso como clérigos –as–  y obispos –as–) y un liberalismo y permisivismo cada vez más alarmante.

A un año de su publicación, se han dado a conocer las primeras renuncias de obispos anglicanos que han decidido dar el paso a la comunión con el Papa, a abrazar el Magisterio de la Iglesia católica y a formar parte de ella.

Se trata de los ex prelados británicos Keith Newton, obispo de Richborough, John Broadhurst, obispo de Fulham, y Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet. Los tres estaban activos (es decir, dirigían una diócesis anglicana). A estos ex obispos anglicanos se suman los obispos eméritos de Exeter y Richborough, David Silk y Edwin Barnes.

Junto a estas personas, un elevado número de parroquias y feligreses darán el paso para ser acogidos formalmente dentro del catolicismo.

La Constitución Anglicanorum Caetibus no prevé  para los clérigos y obispos anglicanos el reconocimiento automático de su condición eclesiástica una vez que son acogidos en la Iglesia católica.

Por tanto, al dar el paso lo hacen como seglares. En el apartado VI § 1, sin embargo, se especifica que

«Aquellos que han ejercido el ministerio de diáconos, presbíteros u obispos anglicanos, que responden a los requisitos establecidos por el derecho canónico y no están impedidos por irregularidades u otros impedimentos, pueden ser aceptados por el Ordinario como candidatos a las sagradas órdenes en la Iglesia católica. Para los ministros casados se han de observar las normas de la encíclica de Pablo VI Sacerdotalis coelibatus, n. 42, y de la declaración In June. Los ministros no casados deben atenerse a la norma del celibato clerical según el canon 277, 1».

Y en el apartado § 2 refiere:

«El Ordinario, observando plenamente la disciplina sobre el celibato clerical en la Iglesia latina, pro regula admitirá sólo a hombres célibes al orden del presbiterado. Podrá pedir al Romano Pontífice, en derogación del canon 277, 1, que admita caso por caso al orden sagrado del presbiterado también a hombres casados, según los criterios objetivos aprobados por la Santa Sede».

En este sentido, John Broadhurst declaró a los micrófonos del programa «Sunday» de BBC Radio 4 a mediados de octubre de 2010: «Tengo la esperanza de ser sacerdote, pero, al final, si he de ser un simple seglar, lo acepto, no pasa nada. Como decíamos en el debate sobre mujeres obispo: el ministerio no es una carrera, sino una vocación. Es lo que la Iglesia requiere de ti, no lo que tú pides a la Iglesia».

Detrás de una decisión como la de los aludidos, y la de tantos fieles procedentes del anglicanismo-episcopalianismo y que ahora están determinados a vivir como católicos, está una disposición concreta de abandono en las manos de Dios y de confianza en la Iglesia, el Papa y sus nuevos hermanos en la fe.

En la mayoría de los casos, el paso a la Iglesia católica comporta dejar muchas «seguridades», puestos e incluso lugares de culto en los que dieron los primeros pasos en el amor a Dios. Significa un camino de fe y la consideración de la Iglesia católica como una familia que les acoge.

En este contexto, estas conversiones al catolicismo se presentan como una realidad que atañen directamente a todo creyente católico. En cada una hay una oportunidad para acoger, animar y apoyar a quienes han decidido dejar seguridades humanas con tal de seguir la verdad encontrada en el seno del Hogar que les acoge. Por eso, esas «vueltas a casa» de ex anglicanos nos tocan muy, muy directamente.


Jorge Enrique Mújica, LC

6 comentarios

Eleonora
Padre, le agradezco el texto pues no había pensado en esta realidad del final de su artículo. Al principio me sorprendió el titular, pero después he visto la conclusión que nos ofrece. Gracias.
9/11/10 2:21 PM
Daniel M.
Es cierto lo usted dice. Son ciertamente un ejemplo para todo católico (y no católico) de aceptar la fe de la iglesia dejando todo lo que haya que dejar.

"Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura" (Mt 6, 33)
-----
Gracias, Daniel M.
Corregimos
9/11/10 5:07 PM
Ana
Un tetimonio el que nos dan estos ex-anglicanos dejándo las de los cargos que tuvieran para seguir la fe de la Iglesia. Hace siglos el capricho de un rey separá a Inglaterra de la Iglesia y ahora estos hermanos vuelve. que el cardenal Neuman siga intercediendo y que sigamos viendo frutos de la visita de el Papa
9/11/10 6:01 PM
Pili
!Cómo me gusta estar viviendo este acontecimiento de la vuelta a casa de los anglicanos!
!Qué ganas de que empiece a suceder lo mismo con los ortodoxos!
18/11/10 11:27 PM
ROberto Martin.
Lo que esta sucediendo es maravilloso solo falta que todas las iglesias vuelvan a casa,nuestra casa la santa iglesia Catolica.
6/04/11 3:19 PM
Martinna
Dios nuestro Señor, por amor de tu santo Nombre, no permitas que la Iglesia católica no sea capaz de ver en estas conversiones lo que realmente quiere para todos sus fieles, un seguimiento de la Verdad que Cristo no enseña.
( A ver si los anglicanos van a saltar de la sartén para caer en las brasas. Estamos en momentos que necesitamos Señor que estés entre nosotros pastoreándonos con todo derramamiento de Espíritu Santo para no confundirnos, dividirnos, ni decepcionar tus esperanzas de convertirnos a Ti en Espíritu y en verdad)
21/02/17 5:52 PM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.