La preparación al matrimonio

La preparación al matrimonio ha de realizarse ya en la infancia y juventud. Esta preparación remota debe conducir a niños y adolescentes a conocerse a sí mismos como seres dotados de una personalidad con sus puntos de fuerza y debilidades e imbuyéndoles la estima de los valores humanos y cristianos.

Sería conveniente que así como hay cursillos prematrimoniales haya también cursillos de prenoviazgo, o al menos que se intente continuar después de la confirmación la formación cristiana para que los jóvenes sepan distinguir un camino y una vivencia de fe de un simple conjunto de normas y obligaciones. Además, en los cursillos de educación sexual, con los que hemos de estar los adultos vigilantes para que sean verdaderamente formativos y no corruptores de menores, como sucede con los que se inspiran en la ideología de género, tengamos en cuenta la problemática propia del noviazgo para que los jóvenes aborden este período con ideas cristianas claras y valores positivos, pues cada día es más patente la necesidad de una buena preparación al noviazgo y al matrimonio.

Si hay algo necesario en el mundo es el amor. Trivializar la sexualidad o separarla de la responsabilidad y del amor, conduce al desastre, porque en nosotros hay una inclinación al pecado, si bien hay también una tendencia al bien y nuestro corazón está sediento de belleza, de poesía, de verdad y de amor. Cualquier amor humano sólo se convierte en verdaderamente enriquecedor y grande cuando se está dispuesto a renunciar y salir de sí mismo por esa persona, a entregarse a ella. Pero debemos aprender a amar, porque el amor hay que construirlo y reavivarlo constantemente. Son muchos los jóvenes que, de una manera más o menos consciente, intuyen que el amor puede llenar de sentido y alegría su vida, pero que tiene sus exigencias y buscan su auténtico significado. La verdadera preparación al matrimonio comprende el largo camino de toda la educación, y muy especialmente la sexual y afectiva, aunque se realice de modo preferente en el noviazgo. El noviazgo es una experiencia muy profunda en la vida de dos personas, que inician una nueva etapa de su vida, aunque todavía no definitiva, caracterizada por el compartir un proyecto en común dirigido hacia el futuro. Es un tiempo de alegría, pero también debiera ser tiempo de gracia y de crecimiento en la fe, porque el amor, que proviene de Dios, se ha posesionado de sus vidas, pero no es tiempo de ensueño, sino de conocimiento mutuo.

Por ello son también muy importantes los cursillos prematrimoniales. Dadas las carencias con las que van al matrimonio tantas personas, los cursillos prematrimoniales son más necesarios que nunca. Estos cursos forman parte de la labor pastoral de la Iglesia, la única institución que se preocupa de la preparación al matrimonio, y no son por supuesto un mero trámite, siendo muy conveniente que se advierta a los novios de ellos con la debida antelación para que puedan hacerlos con tiempo suficiente, a ser posible bastante antes, con objeto de que les sea útil en su proceso de formación también en el noviazgo.

Las parejas de novios que se presentan a hacer los cursillos son muy distintas humana y espiritualmente y, con frecuencia, viven situaciones muy diversas. Si tienen fe, son una gran ocasión para profundizar en ella y ser conscientes de los valores del matrimonio y de la familia. Pero, más frecuentemente, estos cursillos son un motivo de acercamiento y el primer encuentro de los novios con la Iglesia después de bastantes años de ausencia en los que han abandonado por completo la fe y la práctica religiosa, por lo que es fundamental que reciban una buena acogida y se sientan a gusto, porque si no es así, no es posible la transmisión de la fe. Por ello actualmente en muchos casos se ha pasado a realizar también un primer anuncio de la fe. Es necesario que los cursillos sean eclesiales de verdad, presentándoles el evangelio tal cual es, es decir como la buena noticia capaz de responder a las exigencias humanas más profundas y evitando, por el contrario, presentar opiniones personales en temas en los que se juega la verdad del matrimonio y de la familia. Deben ser, por tanto, una ocasión de redescubrimiento y de profundización en la fe y de reinserción eclesial. La preparación al matrimonio, orientada a la celebración consciente, libre y por convicción propia, del sacramento del matrimonio, constituye un momento privilegiado y un tiempo de gracia en el que Dios interpela a los novios sobre su fe y su vocación matrimonial.

Los novios son libres para casarse por la Iglesia, pero es lógico que la Iglesia requiera que se vaya al matrimonio con cierta base. Si cualquier carrera universitaria o el aprendizaje de una profesión requiere bastante tiempo, es indudable que contraer matrimonio no es una cuestión sin importancia, por lo que la preparación para el sacramento del matrimonio y para la vida conyugal surge como una gran necesidad pastoral, no sólo para el bien de los futuros esposos, sino también para el de la comunidad cristiana y para toda la sociedad. El Vaticano II cita como una de las obras más importantes del apostolado familiar «ayudar a los novios a prepararse mejor para el matrimonio» (Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam Actuositatem, nº 11) y el Consejo Pontificio para la Familia recomienda que «la experiencia positiva de los cursos de preparación al matrimonio hace que se dispense de ellos solamente por causas proporcionadamente graves». Esta preparación no puede reducirse a una mera información sobre el matrimonio, que no nos olvidemos es una vocación cristiana, con sus notas de unidad, fidelidad, indisolubilidad y fecundidad, sino que debe ser verdadero camino de formación de las personas, basado en la educación en la fe, en el conocimiento de las obligaciones derivadas del matrimonio, y en las demás virtudes, y donde sería muy bueno que los novios se encuentren con matrimonios que viven su vida conyugal como una auténtica vocación.

«Es especialmente importante el que los sacerdotes dialoguen personalmente con los novios, de modo que les ayuden a profundizar en su proyecto y motivaciones, a verificar su madurez y las condiciones de validez del matrimonio, y a prepararse espiritualmente para recibir el sacramento (Instrucción Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad, nº 171).    

Pedro Trevijano

6 comentarios

Alf_3
Ciertamente estos cursillos son muy necesarios y más en la actualidad. Así también serían muy buenos cursillos para el noviazgo.
Lo que yo percibo entre algunos novios, es que toman estos cursillos como algo 'inevitable' para llegar a casarse por la Iglesia. Asisten a ellos, no porque quieran realizar el Sacramento y comprometerse ante Dios y su Iglesia, con sus promesas matrimoniales. Esto les interesa muy poco. Lo que desean es continuar las tradiciones familiares, casarse de blanco y en el templo, que haya 'ceremonia' y muy bonita, tener una gran fiesta con familiares y amigos, además de vídeos y fotos, etc...
La intención interior no es la de aceptar lo que se diga en el cursillo, sino 'salvar' ese obstáculo, para cumplir el capricho propio, de los padres o suegros; de casarse em el templo, con todo lo que significa de festejo y nada más.
Mucho quisiera equivocarme, pues es muy errónea tal actitud.
19/08/14 12:25 AM
Mariangeles
Me gustan mucho tus artículos esté en especial sobre la preparacion al matrimonio .Me gustaria preguntarte si tu vives la fe en alguna comunidad en concreto.
19/08/14 1:01 AM
Nieves
Muchas gracias por su artículo, me ha consolado mucho.
Llevo, junto con mi marido, unos 12 años coordinando (con mucha alegría y gozo) los cursillos prematrimoniales en mi parroquia, y me alegra que haya sacerdotes que conozcan las principales dificultades con que nos enfrentamos, que son:
- Los novios vienen "obligados", y algunas veces es muy dificil, o imposible, llegar a comunicarnos de verdad con ellos.
Finalmente suelen acoger lo que les contamos, aunque se niegan (muchos) a aceptar la doctrina en cuanto a relaciones prematrimoniales.
- Los novios son muy diversos en cuanto a formación humana, espiritual o cultural y de diversa procedencia social (los hemos tenido de muchos paises de varios continentes), por ello es muy complicado encontrar el punto de partida, la conexión, o el nivel general de las charlas o coloquios.
- Dentro de la propia Iglesia hay enormes sectores que no consideran importantes estos cursillos y a veces nos sentimos muy poco respaldados por la comunidad parroquial.
- En ocasiones miembros autorizados de la Iglesia realizan declaraciones o publicaciones que son muy dificiles de entender por personas que no estén muy cerca de la Iglesia y que nos provocan muchos problemas y obligan a ofrecer explicaciones a los novios (por ejemplo el libro "Cásate y sé sumisa"). Por favor antes de publicar o hacer declaraciones públicas piensen en cómo van a recibir sus palabras los alejados del Señor para que no se alejen aún más.
19/08/14 12:28 PM
Nieves
Sigo con el comentario.

A pesar de todas estas dificultades nos encanta hacer los cursillos prematrimoniales por muchas razones:
- Después de muchos intentos hemos descubierto (¡mira que somos torpes!) que el corazón de las personas es siempre igual, y hablamos a los novios al corazón, todos tienen el íntimo anhelo de vivir un AMOR VERDADERO, y ése es el amor del matrimonio cristiano y es posible vivirlo con CRISTO.
El Señor es la VERDAD y nadie queda indiferente.
- En ocasiones algún novio o novia ha pedido recibir la Confirmación o Primera Comunión tras el cursillo, es un grandísimo regalo para nosotros ser instrumentos del Señor.
- Es precioso ver a los novios entender su propio amor y su vocación y como cambian a lo largo del cursillo. Recuerdo especialmente un novio que entró al cursillo diciendo que se casaba para "mientras durara" pues tenía varios hermanos divorciados y salió diciendo " a mí no me va a pasar lo que a mis hermanos" con un nuevo brillo en los ojos.
- Es estupendo para mi marido y para mí pues, al convivir con los novios y explicarles la verdad del matrimonio cristiano, renovamos nuestro amor que se hace mayor y mejor y somos otra vez más conscientes del gran regalo que el Señor nos ha hecho a ambos con nuestro matrimonio e hijos.

Alf_3, cada vez menos novios vienen como tu comentas.
Ahora los novios que vienen quieren casarse por la Iglesia aunque no saben muy bien el motivo, generalmente responden (siempre lo preguntamos)"porque es más amor
19/08/14 12:46 PM
Pedro Trevijano
A Mariangeles: Mi espiritualidad es la de un sacerdote diocesano, que no pertenece a ninguna comunidad en concreto, aunque en el Seminario (Comillas, Roma) tuve un fuerte influjo de los jesuítas. Me especialicé en Teología Moral (Moral Fundamental, Moral Sexual y Sacramento de la Penitencia). Llevo muchos años de Consiliario del Movimiento Familiar Cristiano y soy el Penitenciario, es decir el confesor oficial de la diócesis. Mis padres fueron muy cristianos. Creo son los influjos principales que he tenido. Un cordial saludo Pedro Trevijano
19/08/14 1:27 PM
Roberto
Lo de los cursillos prematrimoniales y de noviazgo están muy bien (creo no obstante que son escasos en el tiempo)pero en pocos días hay que abordar un montón de cuestiones que es imposible digerir en poco tiempo si no se ha vivido un proceso sólido de maduración en el pasado.
Con frecuencia acuden a ellos novios que están bastante separados de la fe y de la Iglesia. Conocí en el trabajo a una monitora que impartía cursillos prematrimoniales y me hablo de la escasa o nula fe de muchos de los candidatos al matrimonio, aunque sí que tenían cierta religiosidad que no pasaba de lo puramente cultural, sociológico y tradicional.

Creo sinceramente que muchos/as que se quieren casar por y en la Iglesia deberían de pasar antes por un catecumenado de adultos para redescubrir la fe de verdad. Eso lo primero.
Pero estamos en lo de siempre ¿quién le pone el cascabel al gato?
Pues la respuesta es : Obispos y presbíteros que para eso están y se supone que no dedican la vida mas que a la pastoral. Y después la implicación de todos los seglares que debemos apoyar este campo de evangelización. Están en juego las futuras familias.
23/08/14 7:11 PM

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