El vaso, el agua y el elefante

Tengo que confesar que me preocupa cómo se difunden en nuestros días algunas imágenes sobre la religiosidad y la espiritualidad, que son claramente incompatibles con nuestra fe católica.

La Iglesia Católica se encuentra en plena celebración del Año de la Fe. Los obispos hemos recibido el ministerio de guardar la integridad de la fe. Se trata de una encomienda que abarca tres niveles: Tener una fe coherente, predicar con pedagogía y rebatir los errores contrarios. Pues bien, tengo que confesar que me preocupa cómo se difunden en nuestros días algunas imágenes sobre la religiosidad y la espiritualidad, que son claramente incompatibles con nuestra fe católica. Me refiero en concreto a las dos siguientes:

«El vaso y el agua»: Se pretende diferenciar entre la religión y la espiritualidad sirviéndose del referido símil. Las religiones serían como el vaso (hay muchos vasos); mientras que la espiritualidad sería como el agua. Se puede beber agua en diversos tipos de vasos o sin necesidad de ellos. Así ocurriría también con las religiones; todas ellas serían igualmente válidas para beber el agua de la espiritualidad.

«El elefante»: Se representa a un elefante rodeado de una serie de personajes vestidos con los atuendos típicos de diferentes religiones; todos ellos con los ojos totalmente vendados: Un obispo católico toca con sus manos la trompa; un monje budista palpa un colmillo del elefante; un imán acaricia una de las patas traseras; un rabino manosea una de las orejas del elefante… Y en la parte baja inferior de esta viñeta se puede leer: «Dios es mayor que lo que las religiones dicen sobre Él». Es obvio que la conclusión a la que pretende hacernos llegar esta imagen del elefante es que todas las religiones se reducen a un intento infructuoso del hombre de alcanzar a Dios.

Alguien dijo que el relativismo es el ‘santo y seña’ más característico de la cultura occidental secularizada. Y sin lugar a dudas, la reflexión teológica no está al margen de este riesgo. La teoría del «pluralismo religioso» –es decir, la presentación de todas las religiones como igualmente verdaderas– no es sino la lectura del hecho religioso a la luz del relativismo. La Nueva Era ha resultado ser una aliada inestimable para la penetración del relativismo en el campo religioso. Lo que hoy en día se lleva es el sincretismo y el esoterismo, como distintivo de una espiritualidad que está abierta a «todo», sin necesidad de creer en «nada» en concreto.

Sin embargo, quienes piensan que por este camino están descubriendo una espiritualidad moderna, están muy equivocados. En el fondo, nos encontramos ante una reedición del paganismo del Imperio Romano con el que se tuvo que enfrentar el cristianismo. Pongo un ejemplo ilustrativo muy concreto; el debate entre Simanco y San Ambrosio en el siglo IV:

Un presidente del Senado romano, de nombre Simanco, colocó un «ara de la Victoria» en el aula del Senado. Cada uno de los senadores debía quemar incienso en ese altar, independientemente de sus creencias, porque a juicio de Simanco tanto el cristianismo como el paganismo eran igualmente válidos. En su opinión todas las religiones son igualmente válidas al tratarse de caminos de búsqueda de una realidad que nos supera y que nunca podremos alcanzar. Su disertación se resume en la siguiente frase: «A tan gran Misterio es imposible que se pueda llegar por un solo camino».

Los cristianos se negaron en redondo a quemar incienso en ese altar pagano. San Ambrosio, obispo de Milán, fue el encargado de responder a Simanco: Ciertamente el misterio de Dios es inaccesible al ser humano por sus solas fuerzas, pero este misterio se nos ha hecho accesible por la Revelación de Dios. La religión cristiana no es el camino del hombre a Dios, sino el camino de Dios al hombre. Por lo tanto, en palabras de San Ambrosio, los caminos de acceso a Dios no son múltiples, sino uno solo: el camino por el que Dios se ha acercado al hombre.

El senador pagano Simanco –y con él, los defensores del pluralismo religioso en nuestros días– piensan que «a tan gran Misterio es imposible que se pueda llegar por un solo camino». Sin embargo, San Ambrosio mantiene que el politeísmo es irracional, y que Dios nos ha librado de él gracias a la Revelación. A diferencia de otras religiones, la religión cristiana no es una gnosis, una salvación por el conocimiento, sino que nace del hecho histórico de la Encarnación, Muerte y Resurrección de Cristo, gracias a las cuales Dios nos ha abierto el camino de acceso a su Misterio de vida. Aquí reside la originalidad del cristianismo: El acontecimiento central de la historia humana ha sido la venida de Dios, quien en Cristo, ha salido al encuentro del hombre. La teoría del pluralismo religioso es totalmente incompatible con nuestra fe en la Encarnación. Las tendencias relativistas y sincretistas ligadas en mayor o menor medida a la Nueva Era, tienen muy poco de «nuevas», ya que en el fondo son una reedición del paganismo romano, que no podía soportar que Jesucristo fuese presentado como el «único mediador entre Dios y los hombres» (1 Tm 2, 5). Y es que, después de dos mil años de historia, ¡es muy difícil inventar una herejía original!

Pasados cincuenta años, estamos ante una buena oportunidad de redescubrir el Concilio Vaticano II, en el que de una forma muy equilibrada, se afirma por una parte, que en las diversas religiones podemos encontrar semillas de verdad, e incluso una cierta preparación para el Evangelio (cfr. LG 16). Pero al mismo tiempo se recuerda que solamente en Cristo y en su Iglesia se pueden encontrar la Revelación de Dios y la plenitud de los medios de la salvación (cfr. UR 3).

En definitiva, Jesucristo no solo es el agua, sino que también es el vaso. Y es que, en el cristianismo no se puede distinguir entre religiosidad y espiritualidad; de la misma forma que en el ser humano no se pueden separar las venas de la carne, sin acabar con su vida.

 

+ José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián

28 comentarios

Enrique, de Sevilla
¡Éste es de los buenos!
31/03/13 7:43 PM
Francisco García
La espiritualidad cristiana se resume en estas palabras del libro de los hechos de los apóstoles: "En Dios vivimos, nos movemos y existimos" (Hch, 17,28)
31/03/13 8:53 PM
clara
A Monseñor Munilla se le entiende todo. Gracias por ser tan claro y sencillo.
31/03/13 9:29 PM
antonio manuel
mis mejores saludos para el papa Francisco I pues animo y adelante,como Gedeón y que Dios.Le bendiga al hermano Francisco I.
31/03/13 9:33 PM
Javier A. Rodríguez G.
El problema es que Dios es un concepto inconcluso y tan misterioso e infinito como el universo mismo, por tanto, él no nos busca ni nos pretende, somos nosotros en nuestras vicisitudes y "circunstancias" existenciales, quienes lo hallamos en los valores y principios, en el amor, en la justicia, en la igualdad, en la libertad, en la solidaridad, en el prójimo, y en cada maravilla de la naturaleza y del universo. Así pues, no es asunto del vaso ni del agua en sí, sino de la cantidad y pureza de esa agua, es decir, qué tanto el ser humano ha descubierto a Dios y cuánto se acerca a él. La religión es una creación, natural o artificiosa, de la religiosidad del ser humano, por lo tanto, está sometida a su andar evolutivo, resultando obvio que Dios supera cualquier concepto evolutivamente circunstancial que podamos tener de él. Y es a ese camino hacia Dios lo que llamamos humanidad, representado en el Cristo: el encuentro del ser humano con el principio y el fin de todo; el momento en el que el conocimiento, el razonamiento, la religión y hasta el concepto mismo de Dios, se hacen innecesarios, pues no sería ya "humano", sin vida ni muerte, sin odio ni egoísmo, sino un ser "siendo" el todo (Padre, Hijo y Espíritu Santo); porque al fin, Dios somos nosotros los seres vivos, la naturaleza y el universo mismo, estando nuestra cualidad en la facultad de comprenderlo. Y es de esa acción cognoscente, aprehensiva de Dios, que nace la religión y se conforma la espiritualidad.
1/04/13 1:40 AM
Luis Fernando
Javier, tiene usted una tostada mental importante. Desde luego, nada de lo que dice se acerca ni por un casual a la Revelación que Dios mismo ha entregado al hombre sobre sí mismo.
1/04/13 2:06 AM
JuanArgento
Cambiando un poco la metáfora del agua y el vaso llegamos a la expresión de una realidad de máxima trascendencia, profundidad e importancia: la Roca (Jesucristo) de la cual brota el Agua Viva (el Espíritu Santo). Realidad prefigurada en el Exodo (1 Cor 10,4), proclamada por Jesús (Jn 7,37-39) y simbolizada por el agua que brotó de su costado en la cruz.

Sólo a través de Jesucristo recibimos el Espíritu Santo, y sólo el Espíritu Santo, el agua viva, nos da la participación de la vida divina, la vida eterna.

«Por el Espíritu Santo participamos de Dios [...] Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza divina [...] Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divinizados» (San Atanasio de Alejandría, Epistula ad Serapionem, 1, 24). (Citado del punto 1988 del Catecismo)
1/04/13 2:55 AM
Javier A. Rodríguez G.
Luis Fernando. Gracias por sus conceptos..., cada día me convenzo más de lo contrario... Simplemente expreso mi legítimo derecho de sentir, vivir y expresar a Dios. ¿Por qué se coarta? Soy honesto, no hago mal a nadie (o al menos lo intento), pretendo cada día erradicar el egoísmo y la envidia, reconociendo a cada cual sus cualidades virtudes y derechos, creo y defiendo la igualdad y dignidad del ser humano, amo al ser humano y sueño con un mundo de justicia, igualdad, libertad, solidaridad, paz y felicidad... También, ante la incertidumbre dudo, ante duda busco respuestas, y la respuesta es siempre Dios, cuya potencialidad y perfección intuyo, pero quedan tan distantes de mi mundana y evolutivamente torpe existencialidad, que la certeza imposibilitada se expresa en un valor superior, por su transcendentalidad y abstracción: la fe... En aquella pequeña población el niño le pidió al misionero le permitiera hacer la Primera Comunión, saltando todas las formalidades del caso. Solamente deseaba la comunión con aquel Cristo de Murillo y ante la Madonna de Sanzio que hubo plasmado en lienzos... "Reza tres padres nuestros, ve con Dios y obra bien..." le respondió aquel apóstol cristiano... Desde ese día Dios se le hizo tan abstracto que alcanzaba la elementalidad, y el Cristo tan cercano, tan humano que toca definitivamente la cotidianidad de su existir. Definitivamente, son los apóstoles “tostados” como aquel misionero, los que salvan al cristianismo..
1/04/13 6:39 AM
Empanada mental
El discurso de Javier A. Rodríguez es precisamente el resultado de ese sincretismo de Nueva Era que denuncia el artículo de Mons Munilla.
Por lo demás, si se toma la paciencia de desgranar el discurso confuso y difuso que escribe Javier, encuentra afirmaciones heréticas que niegan la misma Revelación (que es lo más característico de la Nueva Era). Por ejemplo cuando dice: "él (Dios) no nos busca ni nos pretende". Vamos una afirmación totalmente contraria e incompatible con la Revelación Bíblica, pero claro, supongo que será muy compatible con los "mantras" orientales.
1/04/13 9:57 AM
MH
Javier, creo que es peligroso el relativismo que contiene desde el punto de vista social, la nueva era viene a decir que como existe un Dios inconcreto como usted lo explica, sincrético con la naturaleza y el ser humano...etc. cada cual puede creer lo que salga de él mismo y que por tanto no hay una normas morales que seguir. Sólo que lo que uno haga sienta él mismo que es bueno.

Pero lo que salga de cada cual es relativo, y se puede sentir uno bueno y estar a favor del aborto por ejemplo, y puede que usted esté en contra, pero según sus ideas no puede decirle a otro que está equivocado, porque sólo hace lo que sale libremente de él y él no siente por ello que hace mal.
1/04/13 1:23 PM
Alfredo
Con su intelecto son capaces de imaginar todo tipo de vasos, aguas, elefantes, y también imaginan universos dioses y naturalezas diosas... para así apostillar y autoafirmarse en su negación del Camino, la Verdad y la Vida.

Los cristianos no nos fiamos ni seguimos a intelectuales. Los cristianso nos fiamos y seguimos a nuestro Rey ¡a Jesús el Cristo! Aquél a quien Pedro vio resucitado y por el que dió su vida... a la espera de volver a beber el vino nuevo de la vid.
1/04/13 2:55 PM
Victoria de María.
Empanada mental,efectivamente describe usted muy bien el discurso sincrético de Javier A.Rodriguez.La Nueva Era -la vieja serpiente-, hace estragos dentro de la Iglesia gracias a la difusión que de ella realiza la masonería y a la tibieza y escasa formación de muchos católicos.
Algún míércoles me uno a esta cruzada de oración y ayuno, (Novena Permanente) para luchar contra los errores y herejías que integran la Nueva Era y que también contiene oraciones de desgravio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María:

http://www.vidahumana.org/nueva-era/item/927-oraciones-para-combatir-la-nueva-era
1/04/13 4:34 PM
Javier A. Rodríguez G.
Saludos, respetos y gracias a todos los coo-mentaristas, además, mi reconocimiento a los administradores de este sitio, por su respeto a la libre expresión del pensamiento y de la espiritualidad, predicando con el ejemplo... ¡¿Por qué me condenais?! ¡¿acaso teneis voz el monopolio de Dios?! Ahora ya entiendo por qué el "empresario" aquél, que esquilmaba, más que el sudor y los beneficios sociales de ley, la dignidad a sus trabajadores, "oraba" tan tranquilo de conciencia los domingos, claro, si él solamente esperaba a que Dios lo buscase... Mientras el querido laico buscaba a Dios en los barrios, entre los pobres... Insisto en que Dios no es un Nobel que se ostenta y presume, sino una búsqueda que se concreta en el obrar. Es que él no tiene que buscarnos, porque ya está aquí, y somos nosotros quienes debemos despojarnos de nuestros vicios y antivalores para llegar a él. Por eso, tan distante está Dios de nosotros, como viles, egoístas y carentes de valores seamos. En mi criterio, esa es la maravillosa elementalidad y la transcendente complejidad de Dios, algo parecido a estirar la mano y tomar una estrella; el estar tan cerca y accesible, y la vez tan distante, incomprensible e inalcanzable. Esa debería ser la función esencial de la Iglesia, permitir el "descubrimiento" evolutivo de Dios, en sus dos planos, el inmediato o fáctico existencial y el transcendental o de la humanidad como ente espiritual. En fin, ¿Que preferiría Dios: Una sana empanada o un caviar rancio?
1/04/13 9:48 PM
MH
Javier, ¿qué preferiría Dios, que nos hagamos una religión a nuestra medida ó que sigamos lo que nos ha revelado?
2/04/13 4:08 AM
Antonio Saavedra
Algunas aportaciones me recuerdan una viñeta de la hoja diocesana de Málaga, hace ya algún tiempo; no la he olvidado y espero que Vds. tampoco.
En una bifurcación un hombre ve a un lado un camino con muchos, muchísimos letreros: No robarás. No comerás. No... No...
Al otro, una figura que dice: Sígueme.
Yo tb creo que el hombre busca a Dios. Un Dios que se ofrece, pero respeta la libertad del hombre, como "pidió permiso" a María, para que ella dijera sí.
¿Está Dios en la maraña de preceptos de la Iglesia católica, a la que pertenezco? ¿Es necesario aprenderse el C.I.C con sus más de 600 páginas para ser cristiano? ¿Sopla el Espíritu donde quiere?
2/04/13 12:17 PM
MH
Antonio Saavedra, seguir a Dios es también seguir sus preceptos, que son los de la Iglesia Católica porque Dios se lo ha encomendado. No son un grupo de hombres que se han propuesto seguir unas normas, como otros se han propuesto no seguirlas. Y estas normas se las dio a Moises en los Diez mandamientos, mientras precisamente su pueblo se hacía una religión, porque si la religión es a la medida, a unos les da por adorar al becerro de oro y a otros por otras cosas (justificar el aborto, por ejemplo). ¿No salió adorar al becerro de oro de la libertad?.

Dios es mucho más que unas normas, pero para seguirle nos dio unos mandamientos, quedarse en unas normas como si nos aprendiéramos de memoria un libro como sugieres, sería un error, pero no tener en cuenta que nos dio unos mandamientos, también. Si se mira la historia se ve que cuando no se han seguido los mandamientos en general los pueblos han ido mal, porque al fin y al cabo éstos siguen el orden natural. Como dijo un físico experto en la Sábana Santa en una entrevista en tv reciente, el cristianismo y el orden natural (él lo llamaba conocimiento de la ciencia) vienen del mismo sitio.
2/04/13 2:29 PM
clara
Saavedra, el CIC no son preceptos para ser cristiano, es la explicación de la fe católica Me parece el mejor libro de "autoayuda" para saber quién soy, de dónde venimos y a dónde vamos. Si se lee despacio, sin darse atracones, es una delicia. Y la parte dedicada a la oración, bellísima.
Preceptos de la Iglesia, pocos: Los 10 mandamientos de la ley de Dios, los cuatro de la Santa Madre Iglesia, las Obras de Misericordia, y los relacionados con los Sacramentos que usted haya recibido.
2/04/13 2:32 PM
Sargolán
Interesante artículo y diálogos. Una aclaración al texto de Hechos 17 que menciona Paco. En realidad Pablo cita a Epiménides, en su obra Minos; solo como aportación, sin ánimo de desmerecer tu comentario.
En cuanto a Javier y Saavedra, sabed que estáis muy en vuestro derecho de expresaros. Yo pasé hace muchos años por donde vosotros transitáis, y ahora sé que era aquél un camino empedrado.
Cuando te dejas alcanzar por Dios en la persona de Jesucristo, y te dejas llenar de la plenitud del Espiritu Santo, YA NO DESEAS NADA MÁS que eso. Cuando ves que te ama como eres, y cómo poco a poco va mostrándote sus caminos de verdadera libertad (o de verdad libertadora), tu vida se convierte en el quid de la existencia; ya no necesitas plantearte el porqué has venido a este mundo, porque en ese momento te das cuenta que es tanto el amor que Dios te tiene, que lo demás es lo de menos.
Comprendes que Dios nos da todos los medios para que EN UNA SOLA VIDA pueda uno alcanzar la santidad (se puede ser santo sin ser perfecto, y en ello reside la realización del ser humano).
Comprendes después que no existe la reencarnación o metempsicosis, porque Él (Jesucristo) es quien nos ha liberado por medio de su sacrificio en la pasión. No porque antes sí existía y Él vino a abolirla, sino porque la muerte tenía dominio, y ahora ha sido derrotada.
Y te das cuenta que, a pesar del sacrificio de Cristo, la salvación sigue siendo una decisión personal. Nadie está obligado a salvarse, si no quiere.
2/04/13 4:09 PM
Gregory
Creemos que en Jesucristo el Señor hemos alacanzado la cumbre de la revelación de Dios al hombre.
2/04/13 7:26 PM
Francisco García
A Sargolán. Ignoraba la referencia del discurso de Pablo. Pero insisto que en esta cita queda resumida la espiritualidad cristiana: ""En Dios vivimos, nos movemos y existimos" (Hch, 17,28). Incluso está en el ordinario de la Misa.
2/04/13 11:36 PM
Alf_3
Javier: has tenido libertad de expresar tus conceptos. NO se te censuró.
Mis observaciones desde otro punto de vista.
No entendiste 'ni pizca' del artículo de Mons Munilla.
Cristo y con él La Trinidad, se revelan parcialmente, con su Nacimiento, Vida, Pasión, Muerte y, se confirman, con su Resurrección. El abre el camino, nos está llamando constantemente durante nuestra vida, pero espera nuestra libre respuesta.
En esta vida, nestra capacidad intelectual, no nos permite entenderlo a 'todo' El. Solo nos ha revelado algo, que a través de teólogos y con la orientación de El Papa, nos da una semblanza de quién es El. El universo, es una manifestación de su Ser.
Puede ser innato a nosotros, el necesitar una religión; pero ésta, la Católica, es la fundada por El. Toca a nuestra puerta frecuentemente y es exigente. Quiere de nosotros, TODO; pero en su Misericordia nos reconoce de naturaleza caida, y nos tiene paciencia, aunque El no se cansa y sigue insistiendo por toda nuestra vida.
La perfección, nunca la lograremos en esta vida, pero como dice algún comentario previo, podemos ir avanzando por el camino que nos va enseñando, y si somos consecuentes, hasta llegar a la santidad, dependiendo de nuestra respuesta a su llamado. Para eso nos creó.
Si queremos recbirlo en la Comunión, que El nos dejó, por lo menos tendremos que entender someramente, de qué se trata.
Bienvenido Javier.
3/04/13 12:34 AM
MH
Nadie está obligado a salvarse, si no quiere, pero se tiene derecho a recibir (y los cristianos la obligación de trasmitir) el mensaje auténtico y que llegue a todos. Luego el que lo recibe puede elegir, aunque en la práctica se ve como el ambiente influye en las personas, y cuanto más secularizado es menos práctica religiosa suele haber, sobre todo entre los más jóvenes.
3/04/13 1:22 AM
Luis Fernando
No vamos a permitir que la zona de comentarios se dedique más a comentar lo escrito por un no católico como Javier A. Rodríguez G que el artículo del obispo.

Fin a la discusión.
4/04/13 7:43 AM
Miguel
"El problema es que Dios es un concepto inconcluso y tan misterioso e infinito como el universo mismo, por tanto, él no nos busca ni nos pretende". Te acabas de cargar todo el cristianismo.
5/04/13 6:19 PM
enric
Más que la religiosidad o la espiritualidad lo importante es el grado de santidad que alcancemos ante Dios.

Con el pecado nos alejamos, como el hijo pródigo, de Dios-Padre y mediante la transformación de nuestra conciencia vamos retornando a Dios en la medida que vayamos recorriendo el camino que nos enseñó Jesús de: amar, perdonar, tener compasión por los demás, ayudar de forma física con ayuda material, pero también con armonía mental y sabiduría espiritual.

Al recorrer este camino es cuando nos vamos acercando a la santidad. Algunos seres humanos respiran por cada uno de los poros de su piel santidad porque su alma está creada a imagen y semejanza de Dios y anhela retornar a Él. La santidad reside en el alma que ha creado Dios, no en ésta o aquélla religión o espiritualidad.

La Verdad siempre permanecerá y todos, absolutamente todos, tenemos un alma creada a imagen y semejanza de Dios, por ello todos, absolutamente todos, somos hijos de Dios, aunque debemos recorrer el Camino de la Verdad y la plenitud de la Vida que es el Amor para ser: Verdaderos hijos de Dios.

Ánimo y un abrazo.
5/04/13 10:55 PM
Ivan
Gracias Monseñor, Dios le de fuerzas para que continué defendiendo la Verdad (y nos de letra a nosotros!)
5/04/13 11:09 PM
Horacio Castro
Es muy importante este artículo de Monseñor José Ignacio Munilla ante la difusión que está alcanzando un sitio web difamatorio que usurpa dos nombres (sus iniciales V y C) cuyo objetivo es acusar con material gráfico y texto a beato Juan Pablo II, S. S. Benedicto XVI y últimamente en menor medida a S. S. Francisco, acusándolos de pluralismo religioso y sincretismo. La enseñanza del obispo de San Sebastián nos hace saber sobre la relación a mantener con “las diversas religiones”, la teoría del pluralismo religioso y el esoterismo; y hasta cuanto valorar “semillas de verdad (aceptadas como) una cierta preparación para el Evangelio”.
6/04/13 5:00 AM
Ferran Benedicto
El relato de Jesús sobre la samaritana que estaba en el pozo y Jesús le ofreció el agua de vida que está en Él propio Cristo,, nos describe el evangelio a un Jesús portador de vida eterna para quienes beban de Él cómo portador de VIDA, la vida eterna por su sacrificio. Es interesante notar que Isaias menciona que quienes seguían las leyes divinas, eran asemejados a vasos y Dios es el alfarero que hace de sus siervos vasos para un uso que honra al Señor.

Muchas gracias Montseñor Munilla.
14/04/13 3:48 PM

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