(Avan/InfoCatólica) En la capilla, presidida por una cruz, y junto al cirio pascual reposa el féretro abierto sobre una alfombra. El cadáver del Cardenal ha sido amortajado con alba y casulla morada. Lleva mitra y palio arzobispal, y sobre su lado izquierdo ha sido colocado el báculo. Dos agentes con uniforme de gala de la policía local de Valencia, ciudad de la que era hijo adoptivo, flanquean el féretro. A ambos lados se encuentran instaladas varias sillas y frente a él dos reclinatorios. Las banderas de la Comunidad Valenciana, España y la Santa Sede se encuentran instaladas también en la capilla ardiente.
En la entrada a la capilla, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, y su obispo auxiliar, monseñor Enrique Benavent, reciben a las personas que suben a la capilla ardiente, situada en el primer piso del Palacio Arzobispal. También se encuentra presente el secretario particular del Cardenal, Antonio Corbí.
Entre los valencianos que se han acercado al salón del Trono del Palacio Arzobispal, en donde ha sido ubicado el féretro con los restos mortales del purpurado, han figurado fieles “de todas las edades y de todas las procedencias en la diócesis”. Una vez en la capilla ardiente, ha habido feligreses “profundamente emocionados”, que han solicitado poder besar el anillo del Cardenal e, incluso, acercarle un rosario para que “tocara sus manos”. El libro de condolencias habilitado en el hall del Palacio Arzobispal, frente a las escaleras, ha registrado centenares de firmas con mensajes de “gratitud y respeto” por quien fue arzobispo de Valencia durante 17 años.
La capilla ardiente permanecerá abierta hoy desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. A las cinco de la tarde comenzará la solemne misa exequial de córpore insepulto, que presidirá en la Catedral de Valencia el arzobispo, monseñor Carlos Osoro. A continuación los restos mortales del Cardenal recibirán sepultura en la capilla de San José.
