Papa Francisco: vale la pena inspirarse en el canto gregoriano como parte integrante de la liturgia

«Instrumento privilegiado para acercarse a lo trascendente»

Papa Francisco: vale la pena inspirarse en el canto gregoriano como parte integrante de la liturgia

Para comprometerse en el canto como «parte integrante de la liturgia», vale la pena inspirarse «en el primer modelo, el canto gregoriano». Es el consejo que el Papa Francisco dio el sábado a las Scholae cantorum de Santa Cecilia, una asociación fundada en Italia hace 140 años que gozó del afecto de Pío X y de Pablo VI.

(Vatican.news) En la audiencia estaban presentes cantores, directores de coro, organistas, venidos de diversas partes de Italia. Justamente citando al Papa Montini, Francisco subrayó que hay algunas características fundamentales para que la música se integre en la liturgia. «No una música cualquiera, sino una música santa, porque santos son los ritos; dotada de la nobleza de la nobleza del arte, porque a Dios se debe dar lo mejor; universal para que todos puedan comprender y celebrar».

También exhortó -citando esta vez a Benedicto XVI.- «a no olvidar el patrimonio musical del pasado, a renovarlo e incrementarlo con nuevas composiciones».

Afirmando luego la importancia de «ayudar a cantar a todo el pueblo de Dios, con una participación consciente y activa en la liturgia», Francisco hizo notar que «una bella y buena música es un instrumento privilegiado para acercarse a lo trascendente y a menudo ayuda a entender el mensaje aunque uno esté distraído» y que la música «representa un camino para la evangelización a todos los niveles, de los niños a los adultos. La Liturgia de hecho es la primera ‘maestra’ de catecismo».

En la ejecución de la música sacra, el pontífice también indicó dos tareas. La primera es la de «unir junto a la historia cristiana: en la Liturgia resuenan el canto gregoriano, la polifonía, la música popular y la contemporánea. es como si en aquel momento alabando a Dios estuviesen todas las generaciones pasadas y presentes, cada una con su propia sensibilidad».

La segunda: «La música sacra -y la música en general- crea puentes, acerca a las personas, también a las más lejanas; no conoce barreras de nacionalidad, de etnia, de color de la piel, sino que envuelve a todos en un lenguaje superior y logra siempre poner en sintonía a personas y grupos de proveniencias también muy diferentes».

 

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