Georges Sabe, marista de Alepo: «El perdón es un camino bastante duro para ciertas personas»

No es solo decir: «yo te perdono y se acabó».

Georges Sabe, marista de Alepo: «El perdón es un camino bastante duro para ciertas personas»

El hermano Georges Sabe, de la comunidad de Maristas en Alepo (Siria), ha visitado España para recoger el XIV Premio Internacional «Navarra» a la Solidaridad «por su trabajo en la zona del conflicto armado». Durante su estancia, habló con DiócesisMálaga.

(SIC/InfoCatólica) Entrevista al Hno Georges Sabe de Diócesis Málaga:

¿Quién es el hermano Georges?

Tengo 65 años, soy nativo de Siria, de la ciudad de Alepo. Fui antiguo alumno de los Maristas en esta ciudad. El Señor me llamó para ser Marista e ingresé en el Seminario en el Líbano. Después vine a España, donde hice mi noviciado, estudié Psicología en Lovaina y volví a Siria para seguir en la comunidad que teníamos en Alepo. Durante un tiempo fui superior del distrito del Líbano y Siria y, desde 2012, estoy en la ciudad de Alepo.

¿Cómo trabaja un hermano Marista en una ciudad en guerra?

El hermano Marista no «trabaja», está en misión. Su trabajo es dar testimonio, mostrar solidaridad con la gente, educar y promover el desarrollo. Los hermanos Maristas, junto a un grupo bastante grande de seglares, hemos escogido quedarnos para servir, para ayudar a las poblaciones pobres. Queremos ser un testimonio del Evangelio en medio de la guerra, en medio del mundo musulmán. Queremos que esa convivencia, de cristianos y musulmanes, siga siendo una realidad y un testimonio para nuestro país y para el mundo. El Santo Padre nos invita a desplazarnos hacia los lugares donde hay conflictos o a las fronteras de la miseria humana, y allí estamos. Cristo se encarnó junto a los que más sufren, nació en Belén, que es una ciudad muy parecida a Alepo.

¿Cómo vive la fe la comunidad cristiana?

Los cristianos hemos pasado de ser 250.000 a poco más de 30.000 en la ciudad de Alepo. La gente se ha desplazado, otros han inmigrado a Canadá, EE.UU., algunos a Europa, otros se han ido al Líbano… En la parte de la ciudad bajo la autoridad del gobierno sirio seguimos pudiendo celebrar los sacramentos y vivir la vida cristiana. Lo que tememos es que agún día haya una invasión del DAESH. Eso sería terrible.

En medio de la muerte, ¿se ve a Dios?

El último testimonio de ello me lo dio Teresa, una señora cuyo marido murió por fuego de mortero. Al segundo día de la muerte de su marido me dijo: «Georges, yo creo en Dios. Creo que lo que hemos vivido es una experiencia dolorosa, pero que al mismo tiempo me ha acercado mucho más al Señor».

¿Es posible perdonar? ¿Se da el amor al enemigo?

Hay voces que gritan que no hay que perdonar a las familias que permanecieron en el terreno de los rebeldes, que no hay que tener misericordia con ellos. Nosotros les hablamos de la misericordia, de la reconciliación, de etapas, porque hay que pasar por etapas. No es solo decir: «yo te perdono y se acabó». El perdón es un camino bastante duro para ciertas personas.

 

5 comentarios

"Hay voces que gritan que no hay que perdonar a las familias que permanecieron en el terreno de los rebeldes, que no hay que tener misericordia con ellos."
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Nada nuevo bajo el sol: se reaviva la vieja disputa cristiana de los "relapsos" en la primitiva comunidad perseguida.
No se trata de los habitantes que al final no pudieron salir de la Alepo cercada, sino de los que desde el principio permanecieron en la zona rebelde pudiendo irse, sirviendo así voluntariamente de escudo humano a los rebeldes, frenando la recuperación de esa parte de la ciudad y dando pie a los enemigos de Siria a que pudieran calificar sibilinamente como "masacre" a la reconquista de la ciudad.

Acerca del peligro de una invasión de Daesh, hay esperanzas fundadas en que el presidente Trump ahogue a este invento occidental en sus orígenes, restándole financiación, armas, entrenamiento y prensa, con lo que desaparecerá tal como apareció. Y no porque Trump sea santo, sino porque no les ha resultado tal como esperaban.
Ya inventarán algo nuevo, lamentablemente. No hay que olvidar que Daesh era funcional a los intereses de Israel, que buscaba el derrocamiento de Al Asad. Y si hay algo de Trump que nadie discute, es que es abiertamente pro-israelí.
24/12/16 12:53 PM
Ricardo de Argentina
Perdón, olvidé firmar mi comentario anterior.
24/12/16 12:54 PM
Maribel
¡Que el Espiritu Santo y la Santísima Virgen asistan y protejan en su caminar a todos los que tienen que ver con Aleppo, en especial las víctimas, los que más han sufrido, alcancen alegría y paz en su alma!
24/12/16 6:04 PM
Alfonso Gerona Lérida
¿A qué perdón se refiere, a barbaridades musulmanas o islamistas para con los cristianos?
24/12/16 8:05 PM
pasabaporaquí
En el artículo no queda claro qué familias son esas o cuál es su culpa, o si son musulmanas o cristianas. ¿Cristianos apóstatas?, ¿cristianos colaboracionistas?, ¿musulmanes que participaron en las barbaridades cometidas por sus correligionarios de las milicias del ISIS recién llegados? Por lo que dice el texto no se puede afirmar que sean cristianos, y mucho menos lapsos (que no relapsos), pero suponiendo que fueran cristianos: apostatar sí es un pecado; el mero hecho de quedarse no. Una imprudencia, incluso una estupidez, tal vez, pero no un pecado. Ni tampoco un delito ni un hecho que llame a la venganza. Que pueden ser tomados como rehenes, pues puede que sí; sin embargo no veo en las declaraciones nada que permita afirmar que hubo cristianos que se quedaron para servir de escudo, y menos voluntariamente. Por otro lado, diferenciar entre los cercados y los que permanecieron por propia decisión se me antoja complicado, y al fin y al cabo, los primeros bastaban para ser usados como escudo sin necesidad del "pecado" de los segundos.
Bastante están pasando como para pedirles que, encima, actúen tratando de adelantarse a la estrategia de las tropas que operan en el territorio.
26/12/16 12:03 AM

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