Arzobispo Gadecki: si se pierde la noción de pecado entonces no hay nada de que convertirse

Reducir la teología a sociología no tiene futuro

Arzobispo Gadecki: si se pierde la noción de pecado entonces no hay nada de que convertirse

Entrevista completa al presidente de la conferencia episcopal polaca, en la que ha subrayado que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, que la justicia y la misericordia forman una «unidad inseparable» y que la tendencia moderna de reducir la teología a sociología «no tiene futuro».

(National Catholic Register/Edward Pentin) En una reciente, larga y contundente entrevista  con EWTN-Alemania (de la que en InfoCatólica ya publicamos un extracto), el arzobispo Stanislaw Gadecki también dijo que la ideología de género puede ser mejor contrarrestada con la doctrina de la Iglesia, que el retrato que hacen los medios del matrimonio y la familia «es una tragedia» y que el cine y la televisión pueden con frecuencia, inadvertidamente, destruir el matrimonio.

Hablando la semana pasada, justo antes del Sínodo de la Familia, además dijo que si uno pierde la noción de pecado «entonces prácticamente toda actitud es buena» y que «no hay nada de lo que haya que convertirse» También abogó por una «mejor preparación para el matrimonio» y darle más atención a la catequesis de adultos «en muchas formas, siendo la más simple la catequesis sacramental».

Su excelencia, la primera pregunta: Vivimos en un mundo dominado por los malentendidos. Por lo tanto, es bueno definir lo que nosotros, como católicos, entendemos por el término «Matrimonio Sacramental».

Se puede ver desde de la perspectiva de la ley canónica o desde la perspectiva de la enseñanza pastoral. En el numeral 48 de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano Segundo, el matrimonio católico se describe como «intima communo vitae et amoris», es decir, una íntima compañía de vida y amor entre dos personas, un hombre y una mujer, que mutuamente se complementan uno al otro. La complementariedad define al matrimonio católico. Sin embargo, eso no es todo porque –al mismo tiempo– superpuesta al matrimonio está la comunión con Cristo, y es por eso que el matrimonio católico no es simplemente una relación sociológica y social en la cual el hombre y la mujer se desarrollan. Es en cambio –al mismo tiempo– una imagen de la relación y comunión que existe entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, escuchamos antes del Sínodo –la primera sesión del Sínodo extraordinario– a un rabino judío que habló sobre el matrimonio: Tenemos que ser conscientes que hay una diferencia entre el matrimonio ordinario, natural, y el matrimonio religioso. En el matrimonio natural, hay dos personas, un hombre y una mujer. En el religioso hay tres, Dios, un hombre y una mujer. Y esto es aplicable al matrimonio católico, que no es solo la comunión entre dos seres humanos; sino es elevado por la Gracia, por Cristo.

En Alemania, la discusión del Sínodo se concentra principalmente en dos problemas. Un problema es la admisión a la Sagrada Comunión de las personas casadas que viven en una relación extramarital . El otro es el reconocimiento de las relaciones homosexuales. Arzobispo, ¿qué opina de esto?

Cuando hablamos de relaciones homosexuales, nunca debemos llamarles «matrimonios». Se pueden llamar como sea, pero al entender de la Iglesia, no existe matrimonio entre dos personas del mismo sexo, sean dos hombres o dos mujeres. Por lo tanto, este tópico no puede ser tratado en el Sínodo porque el Sínodo trata con familias desde el punto de vista católico. Actuamos con respeto a la dignidad de todas las personas, que subsiste en tales relaciones –porque es intrínseca a la persona humana–, pero no podemos llamar matrimonio a eso. Y un Estado, cuando llama a tales relaciones «matrimonio», hace un gran daño a la cultura, que ha sido establecida desde hace 2000 años. Eso es una cosa. Cuando hablamos de permitir a los divorciados vueltos a casar el acceso a la Sagrada Comunión, hay una enorme restricción entre los temas del Sínodo, porque el Sínodo no se reunió para tratar este punto. El Sínodo fue convocado para resolver los problemas pastorales de las familias y los matrimonios que muestran la vocación del matrimonio y la familia a la luz de la divina revelación de tal manera que están de acuerdo y no en contra de la divina revelación. Así, creo que aquéllos que consideran si los católicos divorciados y vueltos a casar deberían recibir la comunión deberían «desafortunadamente» escuchar la voz que estaba allí desde el principio, lo que sugería Jesús en el capítulo 10 del Evangelio según San Marcos y el 19 del Evangelio según San Mateo, donde dice que no era así en el principio. Desde una perspectiva exegética, uno puede decir que no es solo cuestión del «tiempo» –si el tiempo de la creación del mundo o antes de la creación del mundo no era así. Uno puede entender que «en el principio no era así» y puede también entender como lo hizo San Agustín «desde el principio», que significa «en Jesucristo». Cristo es el Principio, el Verbo y la Sabiduría de Dios quien creó el mundo. Así, «en el principio», que significa «en Cristo», no era así. Cristo se llama a sí mismo «el Principio». Hay otra interpretación que es interesante, cuyo origen está más allá de la tradición judía. Viene de la tradición griega. Dice «en arche», lo que significa «de acuerdo con la ley». «De acuerdo con la ley» no era así. «Bereshit» también se puede traducirse como «en arche» en griego. «Según la ley, no era así». Para la Iglesia Católica las palabras de Cristo contra el divorcio y las nuevas relaciones no son solo una guía hacia la santidad sino también fundamentan el sacramento.

¿Pero qué significa eso? Ahora hay algunos teólogos que dicen que la situación pastoral debe cambiar, pero que la doctrina no. Si la pastoral cambia, ¿cambia también la doctrina?

Todo cambia. Si el pensamiento cambia, entonces la práctica cambia. Por lo tanto, uno no puede cambiar la doctrina esperando que la práctica siga igual o que no tenga cambios.

Quiero regresar una vez más a la cuestión de las relaciones homosexuales, que estrictamente no son tema del Sínodo. De cualquier manera, escuchamos voces en Alemania que dicen que las personas en estas relaciones están viviendo en «fidelidad y responsabilidad». Los datos sociológicos dicen otra cosa. Arzobispo, ¿qué opina?

Pongámoslo de esta manera: las encuestas y la sociología en relación a la teología pueden apoyar, pero no tienen un papel determinante. Cristo dijo «hombre y mujer fueron creados» y solo una relación complementaria, en donde ambos se sirven uno al otro, es un relación que puede llamarse correctamente, según la Biblia, una familia –en principio un matrimonio, luego una familia. Luego vino todo el poder de la modernidad que sentimos muy fuertemente en la primera sesión del Sínodo, los obispos africanos se quejaron de que grandes sumas de ayuda estaban disponibles para establecer legalmente el llamado «matrimonio homosexual» en esos países africanos. Parece que sentimos algo parecido cuando la presión viene de organizaciones más cercanas a nosotros que las que tienen que soportar los países africanos.

¿De qué organizaciones habla?

Creo que por un lado, están esas organizaciones que dirigen enormes sumas de dinero y que son, al mismo tiempo influyentes en esta crisis homosexual. Si es en Bruselas, Nueva York o Washington, queda a criterio de cada quien, pero definitivamente hay un lobby homosexual que claramente trata no solo de ganar tolerancia hacia sí mismo, sino también trata de invalidar el sentido clásico del matrimonio que tiene una gran tradición tras sí.

Y ese llamado «lobby homosexual» ¿también opera en la Iglesia?

No creo que los sacerdotes y obispos prudentes puedan crear y hacer funcionar tal lobby en la Iglesia y producir resultados de acuerdo al lobby homosexual mundial. Quizás hay alguien con tendencias homosexuales que quisiera que su presencia fuera tolerada. La Iglesia puede acoger y tolerar a todos, pero no puede promover la homosexualidad activa, algo que está claramente definido en la Biblia. La Iglesia vive de la Palabra de Dios. No hay posibilidad de permitir tal condición en la que damos la espalda a la Biblia; si lo hiciéramos, estaríamos alejándonos de la fuente sin la cual la Iglesia se convierte en desierto.

Unas pocas voces influyentes en Alemania han dicho en otras palabras, «la Iglesia en Alemania no puede esperar hasta que el Sínodo o alguien más tome decisiones porque debemos actuar hoy». Mi pregunta es, ¿es posible pensar que algo pueda ser admitido en la Iglesia Alemana y no sea admitido en, digamos, la Iglesia Polaca o Africana?

No es posible. Una práctica canónica es posible; en otras palabras, hay cierta practicidad, ciertas previsiones que existen en la vida de la Iglesia para cada país, considerando las circunstancias de cada país donde la Iglesia existe. La organización de la vida eclesial luce diferente en África que en Groenlandia, o Europa o Sudamérica. Pero esta organización de vida es una cuestión secundaria. Por el contrario, la unidad de la doctrina es la primera prioridad, es la primera enseñanza de la Iglesia Católica. La Iglesia no puede cantar con cien voces diferentes como los postmodernistas quisieran. Aunque parezca que damos la impresión que esas voces están dispersas y que dicen algo contradictorio, ese es el efecto de un error, no una cuestión de principio, sobre el que la doctrina católica y las enseñanzas del Magisterio están basadas. Si diez o cien diferentes doctrinas son enseñadas en la Iglesia, ésta debería dividirse en diez o cien diferentes iglesias, pero la Iglesia es una, católica y apostólica.

Arzobispo, usted es un exégeta. La Sagrada Escritura claramente dice «lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre». Ahora hay diferentes exégetas, incluyendo italianos, que están tratando de decir que esas palabras sobre la indisolubilidad son realmente sobre la disolución. ¿Qué piensa de esas teorías, Arzobispo?

Creo que eso es apelación tremenda contra las palabras del mismo Cristo. La apelación es comprensible si lo vemos en el judaísmo y el islam. El judaísmo y el islam, según entiendo, tratan con un contrato. El matrimonio es un contrato entre dos partes. El contrato puede disolverse en cualquier momento. Muchas de nuestras mujeres, aquí en Polonia, cometen un gran error de dejarse llevar por las emociones, lo que es comprensible, y entran a una unión, digamos con un musulmán, con la creencia de que están unidos por un sacramento, cuando para los musulmanes solo es un contrato que puede ser disuelto en cualquier momento sin importar si las partes están de acuerdo. Me parece que estas nuevas teorías exegéticas que aparecen en Alemania o Italia, de alguna manera tratan de legalizar el divorcio y decir que, en esencia, Cristo no dijo lo que dijo. Desde un punto de vista práctico, resolvemos el problema del dogma de la indisolubilidad del matrimonio. Para mí, es una expresión de renuncia intelectual.

A las llamadas voces «progresistas» les gusta citar el Concilio Vaticano II pero se les olvidan las enseñanzas de «la santidad de la familia» de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¿Qué aspecto valioso de las enseñanzas de San Juan Pablo no deberían olvidarse?

Creo que todo lo que escribió el Cardenal Wojtyla, incluyendo «Persona y Acción» ha sido una gran contribución al pensamiento del matrimonio y la familia. Luego vino Familiaris Consortio y la «Carta a las Familias». Cada documento es un poderoso paso adelante. Aquellos que retan estas enseñanzas no tienen la menor idea de lo que están haciendo. Dicen que están «pasadas de moda» que eso fue hace 20 años y que tenemos que avanzar. El Evangelio y el Magisterio de la Iglesia están sujetos a los mismos derechos, que definimos como tradición. En la Iglesia, la tradición tiene su forma definida. La tradición no es una fuente conservadora. La tradición es un desarrollo durable con una esencia inmutable. Como dijo Vicente de Lerins, la tradición es como un niño, se desarrolla cada día. Se vuelve más inteligente, más grande, más madura y mejor educada. Pero por otro lado, nunca cambia esencialmente. Nace como humano, crece como humano y muere como humano. Nunca cambia esencialmente. Cuando vemos la doctrina de la Iglesia vemos que hay un desarrollo en esa doctrina, pero su desarrollo nunca reta al Evangelio. No se puede retar la espina dorsal de la Iglesia.

Juan Pablo II no es solo un «santo de la familia» sino un gran misionero de la «divina misericordia» por su encíclica Dives in Misericordia y la canonización de Santa Faustina Kowalska. Hoy, la gente quiere hablar de «misericordia», pero se les olvida la «justicia», el «pecado» y también la «verdad».

Es un gran error hermeneutico. «Justicia» y «misericordia» están unidas inseparablemente porque muestran, digamos, dos lados de una situación. La justicia consiste en dar a alguien lo que le corresponde. Misericordia es darle algo a lo que no tiene derecho en justicia. En otras palabras, las dos realidades parecen estar en contradicción una con otra, pero son inseparables de acuerdo a la doctrina católica. La divina misericordia, que no tiene límites, es inseparable y es mejor ilustrada en la Parábola del Hijo Pródigo. La parábola del hijo pródigo muestra la fidelidad de la divina misericordia, que es que Dios no está condicionado por las acciones del hombre. No se condiciona por la acción de los pecadores, porque Dios sigue siendo misericordioso al final. En contraste, la persona humana no experimenta misericordia cuando peca y dice «alábenme». La misericordia se experimenta cuando se ha llegado al pozo de la desesperación, se ve claramente que es mejor estar en la casa del Padre y toma camino hacia Dios.

¿Qué significa la misericordia en relación con la familia?

En ese mismo espíritu, Dios revela su amor misericordioso con relación a todas las personas, pero especialmente a los matrimonios y las familias que son una creación especial del divino amor. Y ciertamente, el amor divino se revela a sí mismo en los matrimonios y las familias más que fuera de ellas. Al menos, es más fácil de percibirlo. Sin importar en qué situación se encuentren los matrimonios, sean normales o no, deben estar conscientes de que la divina misericordia les acompaña invariablemente todo el tiempo. Sólo así los matrimonios no caerán en el sentimiento de culpa; sino que se esforzarán para salir del pecado y volver a la gracia.

Hoy, la comprensión del «sentido de pecado» se está desvaneciendo. Escuchamos a los que piden una adaptación de la Iglesia al mundo, lo que con frecuencia nos lleva a olvidar la tercera persona en la relación –Dios– por una reducción de la teología a la sociología. ¿Tiene esperanza este camino?

No tiene futuro. Algunas veces usamos la sociología para describir los fenómenos religiosos, pero es una herramienta frágil e inadecuada. Por el contrario, si uno pierde el sentido del pecado, prácticamente toda actitud es buena. No hay nada de lo que haya que convertirse, pero el Evangelio empieza con las palabras «¡Arrepiéntanse y crean en el Reino de Dios!» Y Jesucristo habla de sí mismo, de Su misión, de por qué ha venido al mundo de su venida por los pecadores. Si no reconocemos lo pecaminoso, entonces decimos que la venida de Cristo no tiene sentido, le quitamos el sentido a todo el trabajo de la Encarnación porque decimos que Cristo no vino por nosotros; sin embargo, fuera de Cristo no hay salvación ni redención.

Quiero hacer referencia a los retos contemporáneos que enfrenta la familia. Uno de esos retos es la así llamada «teoría de género» o «tendencia de género». Arzobispo, usted ha experimentado personalmente el comunismo. ¿Ve similitudes entre la emergencia del marxismo cultural de hoy y el comunismo del pasado, contra el cual lucha la familia y el matrimonio?

Seguro, hay algo en común. Hay una similitud presente en estas dos tendencias porque tanto el comunismo como el post-comunismo izquierdista no le da valor a la persona humana. En otras palabras, no respetan a la persona humana y su valor como la cristiandad lo hace. Estos movimientos intentan arruinar todas las relaciones interpersonales El comunismo quiere romper la sociedad por clases y la solidaridad de las clases y antagonizarlas unas contra otras. Y ahora esto pasa a través de otra intrusión más sutil –la ideología de género: al cuestionar la existencia correcta del matrimonio y la familia; la destrucción de la institución del matrimonio; la familia como «opresiva», que atenta contra el crecimiento de la humanidad y que su existencia reduce la humanidad. Pienso que hay diferentes instrumentos y metodologías, pero la meta es la misma: la pulverización de la sociedad de tal manera que la persona humana se quede sola y pueda manipularse más fácilmente.

Arzobispo, ¿quiere decir que esta teoría sutil es considerablemente más peligrosa?

Sin duda. La humanidad no se ha orientado muy rápidamente a las teorías de hoy. Para las primeras teorías marxistas de cases, la humanidad sabía que había injusticia en las teorías. Y si uno habla de género hoy, que la humanidad es diferente y que hay diferentes culturas, empieza a pescar en algo que parece valioso, digamos, tratar a cada persona individualmente desde un punto de vista subjetivo, que es, por cierto, el fundamento del individualismo. En otras palabras, cuando la ideología de género entra en el cuarto, es pura ideología, lo que realmente trata es de destruir las relaciones maritales y familiares mostrando que quiere crear una sociedad sin clases.

¿Cómo puede la Iglesia contrarrestar las tendencias de génerio y el marxismo cultural?

Creo que puede ser contrarrestado a través de la enseñanza de la verdadera doctrina cristiana: la que hace a la gente consciente del valor de la persona humana, sobre el esplendor del matrimonio y la familia, sobre el amor y la responsabilidad, que está conectado a un todo, todo lo que está en este punto, presente en la enseñanza de la Iglesia. La respuesta y ayuda que la Iglesia puede mostrar hacia el matrimonio y la familia, establece que la Iglesia tiene una antropología que corresponde a la humanidad. Y enseñando y recordando esto, la Iglesia cumple un gran paso hacia la situación que el Papa Francisco llama un «hospital de campaña». Toma el papel de un hospital de campaña donde los heridos son traídos para ser sanados. Este alivio no siempre es exitoso, porque las personas de hoy pueden estar tan encerradas en su individualismo que no aceptan otro pensamiento o acercamiento más que sus propias opiniones y convicciones. Ciertamente hay otras dificultades que necesitan ser tomadas en cuenta, como una buena preparación para el matrimonio y la familia – que aquéllos que entran en el matrimonio deben saber que no es una costumbre de flores, música y fotos, sino están entrando en un sacramento que es indisoluble e inseparable. Particularmente, parece que una buena preparación para el matrimonio incluye una exploración de la fe de la pareja, si es que la tienen. Si no hay fe, la entrada al matrimonio será dolorosa y el sacramento nunca llegará a su realización total, aunque Cristo les acompañe sin cesar con su Gracia. Estas son formas posibles de ayudar a los matrimonios y las familias. Las diferencias entre antes y ahora en las enseñanzas de la Iglesia es que ahora la preparación se hace de frente a la boda inminente, mientras que hoy la preparación debe ser para el matrimonio hasta la muerte, para un continuo acompañamiento hasta la muerte. Y en esta preparación, un cambio particular ha ocurrido: antes la gente tenía la idea que el sacerdote estaba allí para ayudar a la pareja a prepararse para la boda y acompañarlos en varias maneras. El discurso hoy, especialmente en la primera parte del Sínodo, es que tiene que haber un involucramiento cristiano más fuerte con las familias. Los matrimonios cristianos en las parroquias deben involucrarse en ayudar a las familias que sufren y ser un ejemplo de vida y mostrar a otros que es posible vivir en una relación donde hay fidelidad, donde hay un lazo indisoluble, en donde se puede, al mismo tiempo, amar, lo cual se expresa hacia adentro y hacia afuera.

Nos enfrentamos a la ideología de género y el marxismo cultural. Otro reto es la economización de los matrimonios; en otras palabras, cuando hablamos de socios en un matrimonio, hay una economización de los matrimonios, como hay una economización externa. ¿Cómo puede ayudar la Iglesia a la luz de este reto?

Creo que el soporte básico se apoya en llamar la atención al hecho de que la persona humana tiene prioridad sobre todo, incluyendo la economía, la cultura, la política y todo lo demás. La persona humana es el punto de referencia para la Iglesia. Si es así, la persona humana no está al servicio de la economía; en su lugar, la economía está para servir a la gente. Si toma la situación presente y la mira de cerca, uno nota que la familia está completamente subordinada a cosas como la economía –cada miembro bajo la economía. Encontramos ejemplos de esto en las corporaciones, donde la gente es explotada al máximo porque en esta economía todo gira en torno a las utilidades masivas. Se puede hablar de retos culturales, pero no tienen mayor significado. En este caso, todo es sacar la mayor cantidad de dinero.

El matrimonio ciertamente no es una mercancía…

Y el matrimonio no es una mercancía. Si ahora subordinamos el matrimonio y la familia a la economía, hemos arruinado el matrimonio porque mientras pueda llevar utilidades, podrá ser explotado por la economía. Si esta subordinación no produce utilidades, abandonaremos lo que queda del matrimonio. Como resultado, la subordinación termina.

¿Cómo puede la Iglesia hacer a la gente más consciente de este problema?

Principalmente por la enseñanza social de la Iglesia, opuesta a todo lo demás. La gente necesita darse cuenta que la persona humana es más valiosa como persona que por sus propiedades. Este es el pensamiento filosófico enseñado y renovado por el Papa Juan Pablo II, que habló sobre los matrimonios y las familias. Si solo se les busca por el desarrollo económico veloz, se hace un gran daño a la familia. Tenemos muchos ejemplos de eso hoy – gente joven, inteligente y educada, también mujeres, que empiezan su vida profesional explotados por sus empleadores –corporaciones – hasta el fin. Me dicen que es un fenómeno común, que la gente trabaja 12 ó 14 horas diarias, se quedan de noche trabajando en la oficina, y que sus vida de empleo duran solo unos pocos años. Con buena educación y buen salario, funciona. Pero después de un tiempo todo va cuesta abajo, que empiezan a tomar drogas para mantener el ritmo diario. Y después de cierto tiempo, son desechados como basura. Entonces viene el nuevo y comete los mismos errores y sale de la misma manera. Si aceptamos ese criterio subordinado a la economía, sin duda arruinamos el matrimonio y la familia. Ahora dicen que los nuevos estudios sociológicos han cambiado la situación, que la gente está empezando a decir que la mujer casada en el trabajo es más valiosa que una mujer soltera. En otras palabras, son más valiosas que las que eran «solteras» y habían puesto toda su energía en su carrera. Las mujeres casadas son más responsables, planifican mejor, y usan mejor su energía, simplemente son más valiosas para sus empresas que las que no son casadas y no tienen familia. El criterio cambia, la situación cambia y la Iglesia no se puede andar corriendo tras cada situación para terminar con las manos vacías.

Otra fuente de retos viene de los medios y sus imágenes de las relaciones familiares, y el matrimonio en Internet y la televisión. ¿Cómo puede la Iglesia reaccionar a estos retos?

Sí, es cierto. La imagen del matrimonio y la familia en los medios es una tragedia. Lo que más se presenta como «matrimonio» en los medios no tiene nada que ver con la cristiandad. Ese punto de vista de los actores sobre la vida, más tarde se transfiere y proyecta a la sociedad. La gente, que quizás es un poco simple, recibe estos programas irresponsablemente, especialmente por la televisión. Después de un tiempo, empiezan a imitar esos comportamientos que ven: adulterio, infidelidad, intercambio de parejas, el empuje hacia el éxito, lujuria, glamour y así sucesivamente. Quiéranlo o no, los medios destruyen el matrimonio. Por supuesto no se puede decir universalmente que todos los medios lo hacen, pero sí la mayoría, creo yo. No es solo un plan de los medios, sino algo que corresponde a la naturaleza de los medios porque la televisión tiene una perspectiva cerrada de la realidad y sólo puede mostrar esa perspectiva cerrada –solo lo que cabe a través del lente de la cámara. De tal modo, me parece, la naturaleza de los medios es por sí mismo un fraude.

¿Dónde pueden los católicos encontrar buenos ejemplos?

Creo que en este momento nos convencemos más y más de que sin medios católicos fuertes, la gente se encontrará en una situación desesperada. Hay toneladas de libros, incluso libros buenos, que nadie quiere leer – pongámoslo de esta manera – no son grandes libros académicos para los que se requiere cierta preparación; son libros populares sobre el matrimonio, la familia y los niños que nadie quiere leer. Por eso creo que si la gente ha caído en ese estado, debemos al menos intentar mostrar la realidad en los medios católicos, en la gente sea estimulado a buscar lo de «arriba» y no sean tirados hacia abajo –como en los medios- hacia un abismo profundo; sino que se muevan hacia el «espíritu». De tal manera que no vivan, como San Pablo dijo, esforzándose por el cuerpo, sino por esforzándose por el «espíritu».

Como consecuencia de los muchos ejemplos negativos hay una falta de conocimiento, incluso dentro de los laicos de la Iglesia, de lo que es el matrimonio, lo que es la familia, y lo que está detrás de ella. A pesar de la catequesis en Alemania y quizás también en Polonia, esta falta de conocimiento parece ser catastrófica. ¿Qué puede la Iglesia hacer para que los católicos estén atentos de lo que deben creer?

Sí. Quiero empezar a responder aquí diciendo que la falta de conocimiento de las enseñanzas del matrimonio no es mayor que la falta de conocimiento de otros temas. Hoy, podemos decir que es suficiente ir a la escuela y cuando el año escolar empieza los niños ya olvidaron lo que aprendieron el año anterior. La escolaridad de los niños es una cosa terriblemente complicada, muy complicada y muy difícil. Alcanza algunos, pero a otros no, los deja de lado y eventualmente los olvida y los desecha. Uno completa su educación superior como un gran experto en un campo muy específico, pero todo lo demás parece tener poca importancia o esencia en su trabajo. Algo similar pasa con la enseñanza católica. Uno aprende el catecismo desde la escuela primaria hasta la media e incluso a la universidad, en la pastoral universitaria. Y de allí viene el resultado trágicamente común: alguien oye algo en algún lado pero no sabe de qué se trata. Tenemos que tener cuidado de las enseñanzas de los sacerdotes que predican, pero en relación con la televisión eso no es nada –prácticamente un par de minutos comparados con muchas horas del impacto de la televisión. Pero la situación no es desesperada. Si la persona se interesa puede ir e investigar por su cuenta. Hoy Internet es, por un lado, un abismo, y por el otro, una enciclopedia de conocimiento, quizás no el más alto, pero al menos algo más simple que también puede ser usado por las enseñanzas católicas. En Polonia, los sitios de la Iglesia y las organizaciones eclesiales son muy ricos.

¿También sobre el matrimonio?

Sí, toda la enseñanza apostólica está traducida al polaco y es accesible. También son accesibles los textos de Pablo VI, Juan Pablo II y los del Papa Benedicto XVI, y su Opera Omnia que ha sido publicada por la Universidad Católica de Lublin. Así que cualquiera que sienta el deseo puede ir a la fuente.

¿Debe la Iglesia ofrecer cursos de preparación al matrimonio y necesitan ser intensificados durante la vida matrimonial?

Sí, este es también un problema de los cursos de preparación al matrimonio, que no tienen el carácter de una tarea, sino dan un sólido fundamento para el matrimonio y la familia. También pensamos de otra manera. Estamos preparándolos, y cierta parte de esto –la catequesis de adultos- ha sido hecha sabiendo que la catequesis no atrae a niños y jóvenes porque ha sido arruinada por los padres, más frecuentemente por su comportamiento o apatía contraria a lo que los niños han aprendido. Le damos más atención a la catequesis de adultos de varias maneras, siendo la más simple la catequesis sacramental. Cuando el niño es bautizado, recibe la Comunión o es confirmado, la catequesis no será sobre el niño sino sobre la situación de los padres – cómo son y cómo pueden acercarse más a Cristo.

¿En su opinión, Arzobispo, cuando vemos con esperanza el futuro, ¿en qué áreas debería la Iglesia estar especialmente presente para apoyar a los matrimonios y las familias? ¿Cuáles son los campos? ¿Los medios? ¿Los cursos prematrimoniales?

Creo que los medios, la catequesis, el magisterio ordinario, las publicaciones, todas estos medios – también lecturas católicas y la prensa católica – son buenas y tienen buen nivel. Son todos los medios de los que la Iglesia dispone. En relación a los tiempos antes de la Guerra, son menos en número. Antes, en el tiempo entre las guerras, la prensa católica era fuerte, muy fuerte, pero comparada con hoy, podríamos decir que la calidad ha subido.

¿Qué hay de los grupos donde las parejas casadas pueden encontrarse?

Ciertamente hay más grupos de apoyo familiar… para nosotros la iglesia doméstica está muy desarrollada. En otras palabras, hay gente que ha pasado por preparación litúrgica-pastoral dirigida por el movimiento Oasis del Padre Blachnitzki y que se han casado y han formado grupos eclesiales en casas entre familias. En Alemania, este tipo de grupos también existe, en que las familias forman círculos, se reúnen, se apoyan unos a otros y viajan junto con sus hijos. Algo parecido pasa aquí y se le da especial atención a la inmersión en la doctrina. También hay Equipos de Nuestra Señora y otros movimientos que apoyan a las familias. Hay cierta seguridad, especialmente para las parejas jóvenes casadas que necesitan este apoyo.

Quiero volver a la cuestión de las personas en situaciones irregulares que vive de acuerdo a la doctrina de la Iglesia. ¿Cómo puede la Iglesia ocuparse de estas personas que siguen presentes en la Iglesia aunque su relación con la Iglesia con frecuencia se tambalea?

El Sínodo ha dirigido su atención principalmente hacia esto: a los que están separados; a los que se divorciaron pero no han entrado a una nueva relación; a los que se divorciaron e iniciaron una nueva relación civil. Todas estas situaciones son esencialmente diferentes y la Iglesia debe tratarlas de manera diferente. Los que viven en separación son fortalecidos y se les pide recibir la Sagrada Comunión porque, digámoslo de esa manera, viven en una situación que no se enfrenta a la relación sacramental en el sentido que no hay disolución de la relación indisoluble. De manera similar, los divorciados que no inician una nueva relación también tienen derecho a recibir la Sagrada Comunión. Muchas veces no lo saben. Los que se han divorciado y empezado una nueva relación deben saber que, contrario a lo que muchos piensan, la Iglesia no está cerrada para ellos, aunque no pueden recibir la Sagrada Comunión porque es una expresión de la total relación con Cristo. Son invitados a escuchar la Palabra de Dios, asistir a Misa, involucrarse en trabajos de caridad y ayudar a otras familias. Hay lugares en la Iglesia en las que muchos divorciados que viven en nuevas relaciones civiles pueden ser valiosos para sí mismos y para otros.

¿Qué tanto pueden involucrarse los divorciados vueltos a casar en la vida parroquial? Estamos hablando de servicios como lectores o catequistas que preparan niños a la Primera Comunión. Actualmente, la Iglesia no ve tal posibilidad.

Ese es un tema difícil, porque no es solo la cuestión de la imposibilidad de recibir la Sagrada Comunión, sino también representar a la Iglesia en estos ministerios demandantes. Por ejemplo, el Ministro Extraordinario de la Comunión no puede ser alguien que está divorciado y en una nueva relación civil porque sería, de cierta manera, un anti-testigo, pero puede, digamos, ser muy valioso y realizarse en trabajos de caridad. Por supuesto, puede enseñar, pero como decimos en Polonia, no puede ser catequista porque está en contra de lo que debe ser un testigo, un auténtico testigo. Ciertas funciones, no solo la Sagrada Comunión, necesitan un testigo legítimo, no pueden ser asumidas por divorciados que viven en una nueva relación marital.

Quiero dirigir la atención a la cuestión de los niños que con frecuencia son las primeras víctimas cuando una relación falla, cuando los padres se separan. ¿Debe la Iglesia aumentar su atención y levantar la voz por estos niños?

Por supuesto. Porque lo que prácticamente existe en un divorcio es un tipo de egoísmo de los adultos. Se miran a sí mismo, a la imposibilidad de dos personas viviendo juntas, y los intentos que no llevan a nada, pero no se fijan en el niño. De hecho, un gran éxito del primer Sínodo fue la discusión de las personas homosexuales –que el problema de los homosexuales adoptando niños en un pequeño ejemplo de los derechos del niño. No solo los adultos tienen derechos, los niños también los tienen. Y los niños tienen el derecho de ser criados en una familia complementaria con una madre y un padre. En resumen: los niños no son juguetes en las manos de adultos que pueden ser disfrutados una vez y tirados después.

Eso significa que también es responsabilidad de los padres.

Sí, responsabilidad. En el caso que los padres recurren al divorcio, los niños corren de un padre al otro según decida el tribunal, no tienen un ejemplo de una buena y sana relación. Es muy posible que les cueste formar su propia familia porque cada pequeña dificultad les lleva a abandonar la relación y buscar otra persona para explotar.

Hablando de la iglesia de Polonia, ¿es brillante, clara y fiel a la enseñanza doctrinal de Juan Pablo II y Benedicto XVI? ¿Conoce el Papa Francisco exactamente donde se ubica la Iglesia Polaca?

Creo que lo sabe, porque la participación de la Iglesia Polaca en el primer Sínodo fue muy notoria. Claramente dijimos que nosotros no nos desviaríamos de la doctrina tradicional de la Iglesia al igual que la Congregación para la Doctrina de la Fe. Creo que todos los que lean lo que el Papa Benedicto XVI dijo en la Rota de 2007 a 2013 encuentra una enseñanza que no puede cambiarse. Es realmente una enseñanza brillante – una verdadera y brillante enseñanza- bajo la cual uno puede subordinarse y puede aceptar. Uno no puede seguir las tendencias de la nueva era porque las tendencias serán una cosa hoy y mañana otra. Y la misión de la Iglesia no es correr tras el mundo sino guiar al mundo y mostrarle el camino correcto. Hablé por última vez aquí en la Coronación de María. De cierta manera, la Iglesia toma el papel del sistema de navegación GPS para la persona humana. Donde quiera que la persona se encuentre, donde quiera que se haya perdido o haya caído, basta que se conecte a la Iglesia y ella le mostrará el camino a la meta sin importar en qué lugar del mundo esté o en qué situación espiritual se encuentre.

¿Significa que no hay compromisos porque no se puede ser infiel a la doctrina?

No veo la posibilidad de crear un compromiso entre la verdad y la mentira. ¿Qué compromiso se puede dar entre Verdad y falsedad?

Una última cuestión respecto al futuro: Arzobispo, ¿Qué espera del Sínodo?

Creo que por un lado, confirmará la enseñanza que sabemos que no es invento de ningún papa, sino de la Iglesia. Que hay un gran flujo de esfuerzos intelectuales de la Iglesia y de la fe de la Iglesia. Por otro lado, mostrará de qué nuevas maneras podemos realizar la vocación para el matrimonio y la familia con mayor fidelidad a Cristo y de qué forma la Iglesia, que es compuesta por muchas personas con varias vocaciones, puede dar apoyo a través de la comunión. Hoy, la persona humana está más expuesta a una intensa presión y se encuentra mucho más secularizada que antes. Con este soporte, la Iglesia ayuda al ser humano a no perderse en el conjunto. No es solo una cuestión, para ponerlo de esta manera, de si vamos a dar los pasos correctos en la vida; sino es una cuestión de eternidad.

Traducido por David Quiroa, del equipo de Traductores de InfoCatólica

26 comentarios

Tito España
La conclusión es clara: si no hay pecado, no es necesaria la misericordia.
Ahora bien, la misericordia consiste ¿en perdonar al que quiere arrepentirse? o en decir al que quiere seguir en pecado que no pasa nada.
Jesús vino a buscar a los pecadores, pero para que se arrepintiesen de sus pecados, no para decirles que siguieran en ellos.
12/10/15 7:13 AM
antonio
¿No sera: Intima communitas vitae et amoris coniugalis"?
12/10/15 7:57 AM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Excelentes respuestas de Monseñor Stanislaw Gadecki.

Felicitaciones a David Quiroa, por el trabajo de traducción realizado. Gracias Infocatólica por publicar tan valiosa entrevista.

Bendiciones.
12/10/15 2:14 PM
María
Totalmente de acuerdo con Tito, y añado más si todo es relativo y no hay nada de que arrepentirse como dice el arzobispo, es que la misa se vacía de contenido, y da igual celebrarla de una manera que de otra, porque entonces lo importante es que la gente se sienta bien y se divierta, que no tenga remordimietnos de conciencia ni se acuerde de que es mortal. También se puede cambiar la misa por una merienda o una comida y todos tan felices al cielo. Ah y de paso que quiten los crucifijos porque menudo susto ver aquello en el mundo de yupi
12/10/15 2:19 PM
Isabel
No se puede expresar mejor. Si se pierde la noción de pecado, no hay nada de qué arrepentirse.

Mensaje por wasap de mi hijo esta mañana: "Te doy un consejo... Déjate de cristianismo radical... y del qué dirán... Si tienes la oportunidad de estar con alguien especial, no lo dudes... Si no, no pasa nada. Muchas veces dos personas que están bien hacen más fuerza que 77 que están setados escuchando lo mismo día tras día... Pienso yo, y es mi parecer, que Dios está en la bondad de la persona, y la persona no puede tener bondad si es infeliz... Lo digo en general.
Bueno lo dicho... Menos prejuicios y más vivir!.. Él te va a acoger igual!!! Es mi humilde opinión."

Esa es la opinión del mundo. Además de a mi hijo, lo llevo oyendo a distintas personas mucho tiempo.
12/10/15 3:02 PM
Charo
Isabel, a mí me pasa lo mismo que a tí. No tengo hijos, pero tengo sobrinos, parientes, compañeros de trabajo... todos piensan lo mismo, es la opinión del mundo, como bien dices. Por eso cuando encuentro a alguien que piensa en cristiano, procuro mantener su amistad como un tesoro. Pero, ¡qué pocos hay, sobre todo jóvenes!¡Qué pocos jóvenes tienen la fé y la personalidad necesaria para no dejarse arrastrar por esta corriente de buenismo tonto y superficial!
12/10/15 3:48 PM
María
Y también lo dice el Papa "vive y dejá vivir" lo ha repetido varias veces. A parte de aquel decálogo para ser feliz en la que no nombró ni una vez a Dios. Igual todo es un sueño y ni existe Dios ni existe nada, sólo la vida vivirla felizmente y se acabó. A pesar de todo prefiero sufrir un poco aunque sea un poco por si es verdad que Dios se encarnó hombre y sufrió el martirio de la cruz, y en algo muy pequeñito puedo aliviar su sufrimiento. Que el resto del mundo sea feliz.
12/10/15 3:54 PM
JOSÉ LUIS
Hoy se ha perdido el concepto de pecado, manifiestan gran parte de los padres sinodales, y que por eso los valores de la sociedad van por otros derroteros,como consecuencia de la falta de valores cristianos.
Dicen que la moral evangelica tiene que soltar lastre, y acercarse mas a los valores de la sociedad actual, que es la autentica realidad. ya se ve como vamos a la deriva, segun vemos como se reclama la comunión a los divorciados en nombre de una falsa misericordia,en la cual parte del clero se identifica con ella.Las palabras de Cristo estan muy claras. Para quien quiera entender que el divocio que admitio Moises mo no tiene nada que ver con las palabras de Cristo en las que hace mención que en el principio no fue así."Dejara el hombre a su padre y a su madre y se unira a su mujer y y seran los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". No dice que se unira el hombre a otro hombre.
Lo mas estraño sobre esta cuestión son las palabras de un cardenal españpl, que se pregunta, que fruto de la misericordia y por la dureza del corazon de la sociedad de hoy, se poddria equiparar a
la epoca de Moises la sociedad de hoy y no pasariaa nada con el divorcio por que está la misericordia de Dios.
Si Hacemos lo que nos convenga, acomodamos las palabra de Cristo sobre el divorcio como da a entender esta cardenal premiado por el papa Francisco, pues pienso que con unos pocos así, la iglesia se nos va a la deriva. porque en otros tema muy imòrtantes h
12/10/15 4:03 PM
Una
Si se pierde la noción de pecado, cae la Redención de Cristo. Cae el motivo de su nacimiento, muerte y Resurrección. Cae la Misa.
Cae, todo.
12/10/15 5:02 PM
DavidQ
Quiero agradecer públicamente a Infocatólica por la oportunidad de servir a través del equipo de traducciones. Examinar esta entrevista palabra por palabra ha sido una gran catequesis para mí.

En particular, hay un punto que me tocó muy profundamente: la "caricatura" que hacen de la familia en los medios de comunicación, particularmente la televisión y el cine. He sufrido mucho porque a falta de referencia viva, siempre he pensado que mi familia no se parece en nada a lo que sale en la tele y el cine. Y siempre me preguntaba qué estaba haciendo mal.

Hoy comprendo que, aunque mi familia no es perfecta y dista muchísimo del ideal, que aunque estamos pasando graves problemas que quizás no tengan solución, sigue estando entre nosotros esa Tercera Persona que nos sostiene y nos mantiene vivos. No, jamás saldremos en la televisión ni nos tomaremos una de esas "fotos Kodak". Pero al final, eso no es tan malo. Porque "eso" no es familia. Lo mío, por maltrecho que esté, sí lo es.
12/10/15 5:17 PM
Menka
No es que esa reducción no tenga futuro, sino que eso no sería la fe.
12/10/15 5:21 PM
Isabel
Perdón... De mi comentario anterior, "setados no, sentados".

Charo, el problema está en encontrar a alguien que de verdad piense en cristiano. No digo que no los haya, que estoy segura de que a pesar de todo los habrá. La dificultad está en dar con ellos.
Hace unos días he dejado un grupo seglar en el que estaba desde que murió mi madre por consejo de una familiar, pero este grupo en el transcurso de menos de nueve años, se ha ido deteriorando progresivamente en temas de moral y se ha paganizado por completo. Por no ocultar mi condición de cristiana me he llevado no pocos disgustos, y por ello he decidido salir de él.

Así que para alguien que sea cristiano y por el motivo que sea esté solo, la situación es muy difícil. La sociedad además de paganizada, es muy cruel con las personas, especialmente las mujeres solas, y por desgracia no podemos mandar en nuestros sentimientos. No podemos dar paz al alma. Ojalá se pudiera.
12/10/15 6:53 PM
Victor Posada
San Agustín, en su libro la Ciudad de Dios, claramente nos dice que no hay imperio eterno.

Cuando un imperio llega a su plenitud, deja de ver a Dios y empieza a verse y admirarse así mismo, se centra al ser humano como Dios, el hedonismo, sobre todo la homosexualidad y la promiscuidad florecen y las personas piensan que son el culmen de la civilización, Sin embargo. Estos son síntomas de un imperio en decadencia, le paso a los griegos y también a los romanos y le esta pasando al imperio occidental.

Pronto un nuevo imperio, mas poderoso y mas cruel se alzara y cometerá los mismos errores que los anteriores.

Las religiones que han entrado a este modernismo secularizado desaparecen irremediablemente.
12/10/15 8:06 PM
antonio
En Internet está toda la patrística Griega y latina gratis en sus idiomas originales y hay varias traducciones de esos Padres de la Iglesia, y de muchos otros teólogos y Santos. Por ejemplo están casi todas la obras de Garrigou Lagrange en Francés y de Cornelio Fabro. están las obras completes de Francisco Suarez. Está toda la obra de Michael Schmaus den castellano escaneada. Hay infinidad de libros y de alto vuelo. Me parece que el Cardinal no ha buceado mucho en Internet. Yo aprendí a leer el hebreo bíblico por Internet, con diccionarios y páginas tutorials donde está toda la información gramatical y de significados. Cada día es más complete. Está todo el magisterio de la Iglesia desde Pío IX, y hay muchísimos otros libros publicados. Hay mucho y no de menor cuantía o de divulgación.
12/10/15 8:42 PM
antonio
"Si se pierde la noción de pecado, cae la Redención de Cristo. Cae el motivo de su nacimiento, muerte y Resurrección. Cae la Misa."
Cae, todo. Comentario de UNA.
Es totalemte cierto, que sentido tiene el Sacerdocio, de ahi la caida vocacional.Motivado por teologias diversas, que parten del Modernismo, crisis vocacional.El Modernismo no es una nueva herejia , es una "Reunión de todas las herejias"San Pio X.San Pio X, entendió que habia que salirle al paso,"El modernismo Nave de la Iglesia y las tempestades"Padre Saénz, lo que es cierto, como en todas las epocas ha requerido la vigilancia del Pastor Supremo"que busca adpatar las verdades católicas al Espíritu del mundo Moderno, mundo éste que se amanta, con la historia de de Revolución Francesa.Remedios eficases, y cita lo que siempre el magisterio recomento.Fides et Ratio.Pág.62 vover a Santo Tomas!!!!!!!!!!Monseño habla de neomodernismos, solución Santo Tomas!!!!!!!Leer la Pascendi, con aprecio se los pido a todos, vencer la obstianción y la soberboa, que carácteriza al Diablo!!!con el tuve que luchar gracias a mis pecados, pasados existe!!!!!!!Vover a Santa Teresa!!!!!Hacerle Caso sin interpretes111

Que la Re Santisma Virgén vele por la Iglesia.
12/10/15 9:26 PM
antonio
En particular, hay un punto que me tocó muy profundamente: la "caricatura" que hacen de la familia en los medios de comunicación, particularmente la televisión y el cine. He sufrido mucho porque a falta de referencia viva, siempre he pensado que mi familia no se parece en nada a lo que sale en la tele y el cine. Y siempre me preguntaba qué estaba haciendo mal.

Que reflejan la burgesia liberal, como la Llama en la Spe Salvi, los que hicierón la Revolución Francesa, que pueblo, la Plutocracia, detras de los ideologos de ayer y de hoy, de donde vienen, las presiones sobre la Iglesia de hoy, los vaticanistas. algunos, y quierén darle esas buenas noticias, de ese poder ,de Neropolis, de los Circos Romanos!!!!Ojo que en todos lados hay gente buena, que no tienen otra que decir si jefe.Aunque también hay jefes buenos.El dinero!!!!!Idolo de nuestro tiempo,Catecismo Universal de la iglesia.Newman.con el prestigio!!!!!!En el mundo se está en una pendiente!!!!!!
Que la Santisma Virgén Madre de la Iglesia, ruegue por la misma.!

Que la Re Santisima Virgén
12/10/15 9:38 PM
antonio
Fe de erratas, cuantas je!!!Je!!!! como dice Alonso,frente a las tentaciones tremendas de soberbia, que pueden venir en la oración,los pecados más feos que cometimos, las frenan, para eso a veces sirven.
12/10/15 10:58 PM
antonio
Menos mal que no se parecen a las que propone el mundo, quedese muy contento.
En casa ,a mis hijos, les enseñe, no ven nada y en este momento me enseñan, y sienten un gran complejo de superioridad!!!!????
12/10/15 11:02 PM
Rodrigo
Este Arzobispo Polaco Gadecki, hasta la fecha a hecho un trabajo monumental en ambos sínodos, denunciar sin miedo y confirmar con coraje la Fé.

Es tan Fuerte y Valiente, como San Juan Pablo II, Karol Wojtila, su Padre en la Fé. Dios lo Bendiga y la Virgen Maria, lo proteja bajo su manto!

POLONIA SIEMPRE FIEL, SE CUMPLE OTRA VEZ LA PROFECIA DE SOR FAUSTINA, "SI POLONIA ES FIEL..."!
12/10/15 11:47 PM
Alberto Recio Cantú
Lo escrito por San Alfonso Maria de Ligorio sobre la Misericordia y Justicia Divina es clara:

MAS ALMAS ENVIA AL INFIERNO LA MISERICORDIA QUE LA JUSTICIA DE DIOS. PORQUE LOS PECADORES CONFIANDO TEMERARIAMENTE EN AQUELLA NO DEJAN DE PECAR Y SE PIERDEN.

Bendiciones hermanos.
13/10/15 12:30 AM
Carlos Lozano Medrano
Si entiendo que la Iglesia se basa en dogmas y no en modas. Pero también que ciertas enseñanzas cristianas se han ido incorporando a través del tiempo. No lo sé bien, pero los Concilios han sido base para algunos cambios y ahora supongo que los Sínodos sirven para algo así, porque si no sirven para nada, pues entonces para que se hacen.
También entiendo que este es un Sínodo de la Familia, pero muchos temas la están afectando.
Si me queda claro que no hay libertad absoluta, que todo tiene límites y que no son válidos los excesos. Pero si tomamos el libre albedrío que es un don que hemos recibido ahí es donde nos cuesta trabajo, ¿Dónde aceptar dogmas establecidos por Dios o normas dadas por otros y lo que nosotros queremos? La responsabilidad, la humildad, el amor nos ayuda, pero también cuestionamos muchas cosas.
Ahora, estoy en contra del aborto y de las parejas homosexuales.
También estoy de acuerdo que el matrimonio sea para toda la vida, que sí es posible la fidelidad aún en este tiempo con tantas influencias y tentaciones. Tampoco estoy de acuerdo con que al matrimonio se le tome solo como un producto de consumo, úsese y tírese. La persona es un sujeto no un objeto. Lo que no me queda claro es la vida de pareja donde alguno de ellos ya no quiere vivir con el otro, que hay muchos problemas en esa relación, solo pleitos y rencores incluso odio ¿Cargar la cruz porque no hay de otra? ¿Esperar que el otro se muera? Pasumecha, está canijo.
En el caso del celibato es un
13/10/15 5:37 AM
antonio católico a secas
Aclaro que yo soy el Antonio que sólo opinó sobre las Publicaciones de Libros en Internet. Lo que dice el otro Antonio es de su propia cosecha.Nada tengo que ver con ese Antonio. Da la casualidad que el otro escribió precisamente luego de mí.
13/10/15 1:32 PM
Ady R. Dios es amor y justicia.
No, existen 2 o más dioses uno sólo en 3 divinas personas, Padre, hijo y Espíritu Santo. Y solamente hay una felicidad y PAZ verdadera, las demás son pura falsedad vacío en el corazón y el alma de lo realmente verdadero. Dios. Por lo tanto usando el razonamiento y la lógica, hombre y mujer nos creó para que nos reproduzcamos pero el eterno enemigo de Dios, siempre busca y buscará confundir a los hijos de Dios. Así que oremos mucho, porque nuestros hijos e hijas, están siendo víctimas de este flagelo mundial. Estamos enfrentando al enemigo y esa lucha es y a sido de siempre pero ahora mismo estamos en tiempos más difíciles. Nuestras armas la oración hablar mucho con Dios y la alabanza y AMOR sólo a El. Consagremos nuestros hijos y familias a Dios, y entreguemos por completo nuestra vida a El. Busquemos de verdad a Dios y nuestro Señor Jesús y su Santo Espíritu y la intersección de esa mujer Maria santísima. Incluso los Santos que entregaron de verdad su vida a Dios por el bien de la humanidad. Dios nos de la oportunidad de cambios positivos en nuestras vidas.
13/10/15 1:41 PM
hornero (Argentina)
Excelente y exhaustiva, precisa y sin medios términos las respuestas de Mons. Gadecki. Hay algo que me preocupa, falta en general en las respuestas más ortodoxas, por consiguiente la de los Pastores que verdaderamente guían el rebaño y sufren por sus extravíos, falta una idea que centralice el maremagnum que nos envuelve, que diga dónde se halla el epicentro del terremoto. Porque, temblores hay por todas partes, pero no se explica con suficiente precisión cuál es la causa primera de la que derivan tantos y tan diversos males. La coherencia de las respuestas de Mons. Gadecki permiten suponer que él podría decir más, pero la prudencia no se lo aconseja. Podría señalar ante todo que la Iglesia está infiltrada en medida muy grande por la masonería que ejerce su poder desde altos niveles de la Jerarquía vaticana, y que de este modo ha logrado con astucia comprometer a la Sante Sede a secundarla en sus planes de copamiento de la Iglesia. Puede atribuirse directamente al demonio esta acción solapada, es la verdad, pero, el demonio se vale de medios humanos, y para ello usa la masonería como su principal instrumento. Una de las decisiones influídas por la masonería ha sido erradicar a la Sma.Virgen de su lugar de Primacía en el gobierno de la Iglesia, como Medianera absoluta y necesaria entre Cristo y Su Vicario y los Pastores, sacerdotes y fieles. La ausencia de María en la Iglesia es como la falta de lluvia sobre la tierra: se transforma en árido desierto, en el que se siembra much
13/10/15 5:07 PM
hornero (Argentina)
Continúo. ...en árido desierto, en el que se siembra mucho y se cosecha poco o nada. La masonería ha sabido hacer acallar la voz de María, no sólo en sus Mensajes actuales, sino en la devoción y honra que deben rendirle públicamente el Papa y los Pastores. Este silencio respecto de María implica el silencio impuesto a María, incurriendo en un ecumenismo sin María, estéril y mundano. El demonio teme a María porque sabe que Ella lo vencerá definitivamente. Marginando a la Virgen la masonería intenta retardar esta derrota, quizás crea poder evitarla. No dudo que llegará el momento en el que el Papa y los Pastores libren a la Sede Apostólica de la infiltración masónica y recuperen la libertad de palabra y de acción hoy cohibidas.
13/10/15 5:56 PM
LUIS FERNANDO SERNA GARCIA
TODO EL QUE VALLA EN CONTRA DE LA SANA DOCTRINA SEA QUIEN SE SEA,SE ESTA METIENDO EN LOS TERRENOS DEL diablo, Y TODO AQUEL QUE SE METE EN LOS TERRENOS DEL diablo SE PIERDE,COMO SE DICE POPULARMENTE:el diablo es puerco, lo mismo pasa con sus seguidores.
16/10/15 4:35 AM

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