No utilizar nuestras convicciones como armas arrojadizas

Entrevista a Jokin de Irala, médico experto en educación sexual y afectiva

El profesor Jokin de Irala es Doctor en Medicina y en Salud Pública. En la actualidad trabaja en la docencia e investigación de las asignaturas de Epidemiología General, Reproducción Humana y Medicina Preventiva en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Está especializado en temas relacionados con la fertilidad, la educación sexual y afectiva de los jóvenes y la orientación familiar, a la que se ha dedicado desde 1983.

(Arguments) Jokin de Irala nació en Donibane Lohitzun (St. Jean de Luz, Lapurdi) el 9 de junio de 1958. Está casado y tiene 5 hijos. Es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra, donde ejerce la docencia. Realizó un Máster de Salud Pública en la Universidad de Dundee (Escocia) en 1987. Obtuvo el grado de Doctor en Medicina en la Universidad de Navarra en 1990 y, en el año 2000, un segundo doctorado en Salud Pública en la Universidad Estadounidense de Massachusetts. 

Además, en la actualidad, es miembro de la Academia Pontificia para la Vida, cuya sede está en Roma.

¿Qué tareas desempeña un miembro de la Academia Pontificia para la Vida?

La Academia Pontificia para la Vida fundada por el Papa Juan Pablo II en 1994, tiene como objetivo promover el progreso de los estudios y la información y formación sobre los principales temas de la bioética, y del derecho, relativos a la promoción y defensa de la vida. En mi caso participo, como miembro correspondiente y con mi formación en Medicina y Salud Pública, en las sesiones de trabajo y las asambleas generales que elaboran textos que tienen que ver con la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

En los últimos tiempos, es innegable que el aborto está siendo uno de los temas más polémicos en la opinión pública. ¿Cómo podría la Iglesia explicar mejor que no quiere condenar a las mujeres de ninguna forma?

Creo que la Iglesia de manera oficial desde su magisterio ya ha mostrado claramente que se preocupa por la mujer embarazada que se plantea abortar o por la mujer que ha abortado ya y que sufre por haber tomado esa decisión. También se preocupa por los chicos que no se hacen cargo de las consecuencias de su sexualidad. Quienes podemos hacer más por estos jóvenes somos todos los que formamos la Iglesia. Por ejemplo, podemos hacer más intentando explicar mejor la belleza de la sexualidad humana cuando se vive en el contexto del amor estable entre un hombre y una mujer. Intentando acoger mejor a los jóvenes, chicas y chicos, que se encuentran ante la decisión del aborto para que vean realmente que sus vidas pueden salir adelante a la vez que dejan seguir viviendo a los no nacidos. Suelen estar confundidos y asustados. Si no acogemos de verdad a estos jóvenes, poniéndonos en su lugar y entendiendo sus temores, poco podremos hacer para defender la vida del no nacido.

Usted es miembro correspondiente de la Academia Pontificia para la Vida, en Roma. ¿Cuáles son los principales retos que la Iglesia católica tiene en la actualidad para mantener su defensa de la vida?

Entendiendo por Iglesia Católica a todos nosotros, los que formamos parte de esta Iglesia, pienso que tenemos los retos siguientes: no utilizar nuestra convicciones como armas arrojadizas para juzgar a quien no piense como nosotros; saber querer de verdad a quien intentamos explicar la verdad sobre la defensa de la vida; superar lo que puede haber de sentimiento e ideología en el debate del aborto y para esto hay que entender mejor a quien no piensa como nosotros; ofrecer alternativas factibles al aborto para proteger la maternidad, sobre todo cuando tiene lugar en jóvenes poco preparados para ello.

Como profesor universitario, ¿cree tenemos que cambiar nuestro modo de explicarnos al defender la vida? ¿Cuál es la mejor manera de hablar temas como la fecundación in vitro, la eutanasia, etc., cuando se habla con la gente joven? ¿Qué preocupa a los estudiantes, no solo universitarios?

En el ámbito universitario me parece muy interesante poder mantenernos en el discurso científico (tanto antropológico como desde la biomedicina). Todos estos temas se pueden explicar muy bien utilizando un lenguaje científico. Afortunadamente, la ciencia no es opuesta a una verdadera defensa de la vida

La defensa de la vida tiene tiene manifestaciones muy concretas y cada vez más enrevesadas: eutanasia, selección embrionaria, experimentación con embriones… ¿Hace falta ser católico para defender la vida en coherencia con la dignidad humana?

Claramente no. Hay muchos no católicos, incluso no creyentes, que defienden estas cuestiones como nosotros. Como he dicho antes, esto no se riñe con un discurso totalmente científico donde todos podemos encontrar acuerdos comunes.

7 comentarios

rastri
y para esto hay que entender mejor a quien no piensa como nosotros;ofrecer alternativas factibles al aborto para proteger la maternidad,
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¿Y cómo se entiende eso de que hay que entender a quien no piensa como nosotros, en un asunto como éste donde no cabe otra dirección válida que no sea la de gestar y parir?

La única alternativa posible al aborto y por ende proteger la maternidad de la mujer, a mi juicio, es la de no abortar.

Lo que equivale a dejar que la naturaleza ofrezca su saber germinar y gestar.
2/11/14 5:53 AM
Hugo
Conozco al doctor Jokin de Irala, es hombre combativo contra el aborto y demás temas relacionados. Tal vez esa expresión de no juzgar a quien no piense como nosotros, se refiere a las personas que defienden el aborto desde una ignorancia tremenda, y llevadas por una ideología simplista, porque las hay, y es chocante ver que son bastantes. Aun asi, yo tbien creo que no es muy afortunada esa expresión. Porque confunde. Y estamos un poco cansados de tanta confusión por todos lados. Ese querer ser tan buenos tan buenos....., que al final nos quedamos como un globo desinflado. La firmeza en mantener una postura no esta reñida con ser correcto en el trato. Hoy parece que el que habla claro casi tiene que pedir perdón por hacerlo, todos son peros.
2/11/14 9:23 PM
Luis Fernando
Retiré mi comentario. Me mantengo en el fondo pero las formas no eran buenas.
2/11/14 9:58 PM
María Arratíbel
¿Qué temas se pueden defender sin mencionar a Dios nuestro Señor y cuáles no?

Respeto el deseo de poder razonar con los alejados e incluso con los ateos anticlericales buscando un terreno común en lo científico, sin mencionar a Dios para que no cierren la puerta al diálogo. Este modelo de diálogo tal vez sirve para la defensa de la vida ante el crimen del aborto.

El problema es que, si nos ceñimos sólo a ese discurso digamos menos incendiario cuando hablamos del amor humano, del noviazgo, del matrimonio y de tantas otras realidades humanas, estamos ante una antropología pelagiana y mentirosa en la que Cristo no aparece para nada. Es una moda muy extendida en ámbitos católicos: dialogar con el increyente con su propio lenguaje sin anunciar el Evangelio, esperando que, después de unas cuantas sesiones de antropología pelagiana, habrá oportunidad de desmontar lo dicho matizando que, en realidad, sin Él no podemos hacer nada: ni educar a nuestros hijos, ni sacar adelante nuestro matrimonio, ni nada de nada.
Para entender a qué me refiero, podéis leer por ejemplo "El valor de la espera", de Jokin de Irala.
2/11/14 10:29 PM
Mariano
Pienso que la actitud de quien acoge a los que rechazan a Dios o a los que se conforman con su ignorancia es delicado. Porque creo que no es acertado considerarlos hermanos (que escuchan la palabra de Dios, y la ponen por obra). Tener contemplaciones con quienes no quieren oír hablar de tus convicciones o de Dios, como sin hablar de lo que me alegra en la vida para hacerles acercarse a tu fe, me parece que es como querer evangelizar pero sin hablar de lo que es el evangelio; como construir sobre arena, no sobre roca. Es cierto que a veces hay que hablar con alguien que no piensa como tú o no comulga, pero tratarles con suavidad puede no hacerles salir de su atonía. Si al hermano hay que corregirle cuando peca, a los demás hay que advertirles cuando yerran, lo cual es un poco más duro pero sin tener que arrojarles nada dañino, sino decirles lo que puede salvarles, a veces en condiciones nada fáciles.
3/11/14 6:06 PM
Daniel
Me han gustado los comentarios y estoy de acuerdo con María y Mariano. Al final tanto no hablar de Cristo para no ofender lleva a ocultarlo y eso de poco sirve.
A veces decir "tal cosa es un pecado y de los graves" aunque la respuesta sea "yo no creo en eso" es útil, porque siempre cabe responder "eso no quita gravedad al pecado". Y tan anchos.
8/11/14 12:06 AM
Natalia Barraza de R.
Después de un buen rollo, surgen dos ideas confusas: "¿Alternativas factibles al aborto?" ¿No juzgar a los que no piensen como nosotros? Pensé que se estaba hablando de ciencia no de doxología.
15/06/17 4:29 AM

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