«¿Y cuando no hay trabajo?».

Mons. Demetrio Fernández pide reactivar la economía para dar esperanza de trabajo a los jóvenes

El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, dedicó su carta pastoral semanal al mes de mayo, dedicado a la Virgen, y a la fiesta del 1 de mayo, día San José obrero y del trabajo, para pedir a las autoridades, sindicatos, empresarios, trabajadores y colectivos sociales, que hagan el esfuerzo de reactivar la economía para dar esperanza de un empleo digno, especialmente a los jóvenes.

(ACI/InfoCatólica) «Comienza el mes de mayo con la fiesta de san José obrero, que santifica el día del trabajo», afirmó Mons. Fernández; un trabajo que «ha sido santificado por Jesucristo» y que es una «colaboración con Dios en la obra de la creación y de la redención».

«Hacer un mundo mejor, ayudando a los demás y dando gloria a Dios son los objetivos del trabajo humano», precisó Mons. Fernández, ya que el trabajo es cauce de expresión y desarrollo de la persona, «que llega a su plenitud en el esfuerzo de cada día, colaborando en la obra de Dios» y que «es lugar de encuentro, de relaciones humanas, de concordia y en donde se fragua la paz social».

En ese sentido, el Obispo advirtió que la falta de trabajo constituye un problema grave para la vida social. Indicó que la provincia de Córdoba es la que tiene la tasa más alta de desempleo, y en relación con los jóvenes alcanza cifras alarmantes.

«No hay lugar para los jóvenes, les hemos cerrado las puertas del futuro, como fruto del egoísmo de los mayores. El trabajo se ha convertido en el centro de la cuestión social», expresó.

Por ello, pidió a empresarios, trabajadores, autoridades, sindicatos y colectivos sociales que «hagan un esfuerzo para reactivar la economía, de manera que se abra el horizonte de la esperanza de un trabajo digno para tantas personas que hoy no lo tienen».

Ante esta difícil situación, el Obispo aseguró que «el que confía en el Señor, acude a la ayuda divina para alcanzar esta gracia, que Dios quiere para todos» y por eso propone a San José «como especial protector de este mundo del trabajo».

 


 

Mes de Mayo, lleno de flores y frutos

Comienza el mes de mayo con la fiesta de san José obrero, que santifica el día del trabajo. El trabajo humano ha sido santificado por Jesucristo, que «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre» (GS 22). El trabajo humano es colaboración con Dios en la obra de la creación y de la redención. Hacer un mundo mejor, ayudando a los demás y dando gloria a Dios, son los objetivos del trabajo humano. El trabajo es cauce de expresión y desarrollo de la persona, que llega a su plenitud en el esfuerzo de cada día, colaborando en la obra de Dios. El trabajo es lugar de encuentro, de relaciones humanas, de concordia. En el trabajo se fragua la paz social.

¿Y cuando no hay trabajo? La falta de trabajo constituye un problema grave para la vida social de un pueblo. Nuestra provincia tiene la tasa más alta de desempleo, y en relación con los jóvenes alcanza cifras alarmantes. No hay lugar para los jóvenes, les hemos cerrado las puertas del futuro, como fruto del egoísmo de los mayores. El trabajo se ha convertido en el centro de la cuestión social. Empresarios, trabajadores, autoridades, sindicatos, colectivos sociales, todos han de hacer un esfuerzo para reactivar la economía, de manera que se abra el horizonte de la esperanza de un trabajo digno para tantas personas que hoy no lo tienen. El que confía en el Señor, acude a la ayuda divina para alcanzar esta gracia, que Dios quiere para todos. San José se nos presenta como especial protector de este mundo del trabajo, y a su poderosa protección nos encomendamos.

Mayo es también el mes de las flores, el mes de María. En nuestras latitudes es el mes de la primavera florida y de los primeros frutos de la temporada. Comenzamos con la fiesta de las Cruces de mayo, que quieren recordarnos a todos la alegría de la redención de Cristo, brotando de la cruz. En la cruz, Jesucristo nos ha reconciliado con Dios y con los hermanos. Esa cruz, regada por la sangre de Cristo, ha florecido en frutos de santidad en el corazón de tantas personas, que abrazan con esperanza la cruz de cada día. ¡Oh cruz santa, esperanza del mundo, desde la cual nos llega la salvación al mundo entero! De la cruz ha salido victorioso Jesucristo con su gloriosa resurrección.

A lo largo de este mes, miles de niños y niñas se acercan a la primera comunión. ¿Qué les dirá Jesús? Jesús viene a decirles que los ama, que quiere ser amigo suyo para siempre. Y cuántos niños/as lo entienden ya desde esta edad temprana. Para muchos será una experiencia intensa del amor de Jesús. Procuremos no distraer de este objetivo el corazón de los niños, que entienden con más facilidad este amor y comienzan a corresponderle. Que la primera comunión no sea el final, sino el comienzo de una amistad y de una relación con Dios que le lleve a cada uno a la santidad. La familia es factor fundamental, y a eso ayuda la parroquia y la escuela.

Otros, ya más crecidos, reciben el sacramento de la confirmación, como la plenitud del Espíritu Santo, que los unge en el alma para hacerles gustar los dones de Dios, que los fortalece para ser testigos de Cristo en el mundo, que los confirma en la fe recibida en el bautismo. La confirmación completa el bautismo e inserta en la vida de la Iglesia al cristiano. Transformar el mundo, consagrarlo a Dios, hacer de este mundo un lugar habitable para todos, son frutos de la confirmación, que hemos de pedir para los confirmados.

Que no pase este mes de mayo sin renovar nuestra consagración a María, la virgen y madre. Que gocemos de tenerla como madre y le ofrezcamos a ella las mejores flores de nuestro jardín, los mejores frutos de nuestra vida. Es el mes de mayo, es el mes de las flores, es el mes de María. Con flores a María, desgranemos las cuentas del rosario, esa oración contemplativa que tanto bien hace al mundo. Mes de mayo, con sus mejores flores y frutos.

Recibid mi afecto y mi bendición:

Demetrio Fernández

6 comentarios

Norberto
Y, ¿por qué no les pide a los jóvenes que reactiven la economía ellos mismos?.
1/05/14 11:22 AM
Luis H.
Tal cual. Hay que acabar con la cultura de "me lo dan hecho" y empezar a pensar creativamente. Ese es uno de nuestros principales problemas económicos. Y la Iglesia, en esto, todavía no ha dado el paso. Pese a que va muy en la línea de la DSI. Cuanto menos se dependa del Estado, mejor
1/05/14 12:38 PM
Ricardo de Argentina
La falta de trabajo se corresponde con el esquema LIBERAL impuesto por el NOM: más máquinas, más tecnología, menos manos de obra, más seguridad social, más abortos, más importaciones de la esclavista China.

Plantear el paro sin considerar esta realidad, es como comentar un asesinato sin mencionar al asesino.

La solución no pasa por exhortar a los empresarios o a los sindicatos, ni tampoco por "reactivar la economía", lo cual es un propósito bastante abstracto. Cuando la economía estaba "reactivada" por la burbuja inmobiliaria había mucho menos paro, pero básicamente la situación era idéntica a la actual.
Lo que se debe hacer es romper con el esquema ideológico-político liberal y reemplazarlo por una economía basada en la DSI (Doctrina Social de la Iglesia).
Pero mucho me temo que en España sean pocos quienes se atrevan a tanto. Porque eso implicaría romper con el PPSOE, algo impensable por cierto.
Incluso -sospecho- impensable para buena parte de la jerarquía española.
1/05/14 4:16 PM
María de Córdoba (Argentina)
Hay algo que para quienes trabajan en temas de inclusión laboral es tan claro y que sin embargo muchos no terminan de entender: trabajo y empleo no son lo mismo. Y hasta que no se den cuenta y lo asuman, es muy relativo lo que pueda hacerse para que las personas/familias puedan generar un ingreso digno para sustentarse.

Empleo es trabajo en relación de dependencia, pero no es la única forma de trabajar, es más, está en vía de extinción. Las empresas y corporaciones cada vez dan menos lugar a emplear gente y prefieren tercerizar servicios, o contratan de manera temporal o directamente hay quienes toman trabajo "en negro" (sin hacer aportes ni nada)

Aquí en Argentina hay encuestas que estiman que sólo el 5% de los estudiantes que egresan del nivel medio (secundario) tendrán oportunidad de conseguir un empleo. Y ésto luego de competir espacio con quienes tienen formación académica superior. El resto tendrá que generárselo por cuenta propia, como emprendedor.

Y este es el quid de la cuestión, porque la educación en general prepara a los adolescentes/jóvenes para el "empleo en relación de dependencia" y no para el trabajo visto de manera integral, que incluye emprender por cuenta propia.

Puede que le hablan de emprendimientos, de cooperativismo o de gestión, pero otra cosa es tomar decisiones todos los días (Si voy a fabricar algo: que cuánto produzco, que a quién le vendo, que cómo fijo el precio, que si me conviene asociarme con este o aquel, que los proveedores, et
2/05/14 5:18 AM
María de Córdoba (Argentina)
y eso es un tema de actitud y aptitud que hay que trabajarla, educarla, desarrollarla. Mucho bien haría la Iglesia si fomentara esta perspectiva y la implementara en aquellos ámbitos en los cuales ejerce influencia (educativos, culturales, sociales, a través de sus movimientos y organizaciones, en las parroquias, etc.)

Por otra parte, para ser un buen emprendedor hay que tener desarrollar la voluntad, ser perseverante, no perder la esperanza, saber discernir la realidad, tomar decisiones y ser coherentes, saber comunicar y comunicarse, estar convencidos, etc., etc.

¿Se imaginan una generación de jóvenes católicos con estas habilidades-capacidades(base para el desarrollo de)virtudes desarrolladas? ¿Y con la oración y la ayuda del Cielo? Les aseguro que no sólo trabajo se generaría...
2/05/14 5:21 AM
Juan Mariner
Veo que ha calado muy hondo esta "moda de la emprendeduría" (por no decir "empresariado", con conotaciones históricas muy negativas), tan alentada por los que han destrozado intencionadamente la economía de arriba a abajo para su bien propio y no tienen respuestas al desempleo atroz que se vive en España, a todos los niveles. Necesitamos menos Estado: sí, claro, que empiecen por eliminar las cuotas de autónomo a la Seguridad Social confiscatorias, por bajar el IVA y demás impuestos leoninos, por las interminables inspecciones y proyectos iniciales de enchufados funcionarios y asimilados... para tocar las narices cada día a quien tiene ganas de hacer algo.

Hoy en día, que te digan "sé emprendedor" es como si el Estado te mandase a la m...

Si tiene que arreglar el empleo los que no han hecho más que normas jurídicas para destruirlo y levantar la economía en general los mismos que la han hundido deliberadamente, aviados estamos.
2/05/14 1:06 PM

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