(EP) Durante su intervención, cargada de anécdotas, el obispo recordó a Zacarías, un joven de 20 años de la guerrilla Seleka que, tras ser expoliado y linchado violentamente con heridas graves de machete al intentar atacar Bangassou, huyó a la misión católica en la que él se encuentra para ser socorrido. «Cristo es cualquier persona que viene a pedir ayuda», ha recordado Aguirre.
Ante las muestras de gratitud y reconocimiento recibidas durante la presentación de su libro, Aguirre ha precisado que él solo es «como el pincel de El Greco con el que hizo cuadros maravillosos» y el pincel, según ha remarcado, «no es lo importante en la historia».
Voz fuerte en defensa de África
En la presentación estuvo presente el periodista José Luis Restán, autor del prólogo del libro, quien explicó que supo de la existencia de Aguirre hace muchos años a través de la revista Mundo Negro y que al conocer al misionero en persona fue consciente de «la fortuna que ha tenido el pueblo de África por tener una voz tan fuerte para defenderlo».
Por su parte, Miguel Aguirre, hermano del obispo y presidente de la Fundación Bangassou, recordó que la publicación de este libro se ha llevado a cabo en colaboración con dicha fundación, que fue creada en Córdoba en el año 2002 por un grupo de personas cercanas al obispo y sensibilizadas con los problemas de ese pueblo, que querían apoyar desde España al misionero.
«Desde su creación, la Fundación Bangassou busca, canaliza y gestiona todo tipo de ayudas, tanto económicas como materiales, persiguiendo como objeto favorecer la promoción, programación, desarrollo y ejecución de actividades tendentes a fomentar proyectos de protección social destinados a la diócesis de Bangassou», afirmó Miguel Aguirre.
Denuncia la situación que los grandes medios callan
En palabras de Luis Aranguren, director editorial de PPC, 'Solo soy la voz de mi pueblo' es el resultado entrecruzado de diversas historias de amor, la de monseñor Aguirre con el pueblo africano, y la misma con Dios, que ha sido publicado para «dar a conocer la historia de un hombre que denuncia una situación que los grandes grupos de comunicación callan».
La República Centroafricana es uno de los países menos desarrollados y con más necesidades del mundo. En 2013, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo lo coloca en la posición 180 sobre un total de 187 países, según su clasificación de índice de desarrollo humano (IDH). En la República Centroafricana, la esperanza de vida está en 48,35 años; su tasa de mortalidad es del 15,99% y su renta per cápita es de 352 euros.
«En un país pobre, donde no hay ningún tipo de inversión en bienestar para la población por parte del Gobierno centroafricano, la Iglesia es la única que realiza programas de ayuda sin tener en cuenta razas ni credos», afirma el presidente de la Fundación Bangassou.
Además, el país, ya desde su independencia en 1960, ha sufrido continuas guerras por el poder y el control de la zona, que cuenta con un potencial importante en minas de diamantes y petróleo. Desde 1993, año en el que salió elegido Angel-Félix Patassé, hasta el momento actual, ha habido nueve levantamientos armados, entre golpes de Estado y motines.
