Fueron fusilados en agosto de 1936

Llega una película sobre el martirio de 51 claretianos durante la Guerra Civil

En agosto de 1936, al comienzo de la Guerra Civil española, 51 claretianos de Barbastro (Huesca) fueron martirizados por su fe. La película «Un Dios prohibido» narra las últimas semanas de su vida, desde que fueron retenidos hasta que finalmente fueron fusilados. Durante ese tiempo, en diversos escritos hablan de su situación, de sus compañeros de cautiverio, de la gente que los vio. Han sido el testimonio básico utilizado para la versión cinematográfica de este hecho real.

(Ya/InfoCatólica) Verano de 1936, inicios de la Guerra Civil española. La película narra el martirio de 51 miembros de la Comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca), deteniéndose en el aspecto humano y religioso de las personas que participaron en este hecho histórico y resaltando la dimensión universal del triunfo del amor sobre la muerte.

Esta localidad oscense, de unos 8000 habitantes en aquella época, se convierte en un punto estratégico desde la perspectiva militar, debido a la existencia de cuarteles y de un comité revolucionario de la CNT perfectamente organizado. El representante militar estaba encarnado en la persona del Coronel José Villalba( Juanjo Díaz Polo). La parte anarquista estaba liderada por el joven Eugenio Sopena (Jacobo Muñoz).

En aquel momento, la comunidad de Misioneros Claretianos de Barbastro (Huesca) estaba formada por 60 personas: 9 Sacerdotes, 12 Hermanos y 39 Estudiantes. Desempeñaba el cargo de Superior el Padre Felipe de Jesús Munárriz (Julio Pajares); era Prefecto de los Estudiantes el padre Juan Díaz (José María Rueda), y encargado de los Hermanos Misioneros el padre Le­oncio Pérez(Antonio Gómez), que llevaba también la economía de la casa. Entre los estudiantes se encontraban dos argentinos, Pablo Hall (Guido Agustín) y Atilio Parussini (Ricardo del Cano), que se libraron del martirio debido a su procedencia extranjera y que serían claves para conocer los hechos que allí ocurrieron.

La casa de la comunidad claretiana fue asaltada el 20 de Julio de 1936 por milicianos revolucionarios. Los tres padres Superior, Prefecto y Ecónomo fueron arrestados. El resto de claretianos fueron trasladados al colegio de los Padres Escolapios, donde fueron encerrados en el salón de actos. Los estudiantes en­fermos Vi­daurreta (Teseo Martín) y Falgarona (Antonio Javier Moreno), junto con el anciano Hermano Muñoz (Jesús Guzmán), fueron llevados al Hospital. Otros cuatro hermanos mayores y el hermano Simón Sánchez (Jorge Ferrer) fueron trasladados al próximo Asilo de Ancianos. El salón de actos de los Escolapios sería la cárcel de retención para los claretianos antes de sus fusilamientos.

Desde el 20 de Julio, cuarenta y nueve Misioneros permanecieron encerrados en el salón del Colegio de los Es­colapios. Los Padres de este centro educativo les ofrecieron en principio colchones y mantas que a los pocos días fueron requisados, por lo que para en adelante sólo podrían disponer del frío suelo, las butacas no existían.

Por las ventanas, el populacho trataba de verles, entre ellos Trini, la Pallaresa (Elena Furiase) que se pasaba las horas tratando de ver al seminarista Esteban Casadevall, del que se había enamorado porque, según ella, se parecía a Rodolfo Valentino. Los carceleros buscaban la apostasía de los jóvenes aspirantes a sacerdotes, por lo que, por ejemplo, dejaron libertad en alguna ocasión para que mujeres y prostitutas entraran al salón, sin ningún tipo de respuesta por parte de los Seminaristas.

Con respecto a su vida cristiana, conservaron el hábito de Comunión diaria mientras pudieron. El Padre Ferrer, escolapio, y el Hermano Vall, el cocinero claretiano (Juan Lombardero) burlando la vigilancia rigurosísima de los milicianos, introducían las Formas en el cesto del desayuno. Al repartirlo, el Padre Sierra (César Diéguez) colocaba a cada uno la suya entre el pan y la pastilla de chocolate. En el salón se rezaba de con­tinuo, en pequeños grupos y susurrando, evitando siempre la atención de los guardias, que lo habían prohibido también.

A algunos claretianos como al padre Masip (Eneko Capapay) o a Salvador Pigem (Luis Seguí) les ofrecieron la libertad como una forma de pagar favores anteriores o porque eran conocidos de los carceleros, sin embargo estos antepusieron la liberación de toda la comunidad a la suya individual, por lo que finalmente fueron martirizados.

Testimonios escritos

Los claretianos encarcelados durante semanas dejaron su testimonio escrito en los lugares más insospechados del salón de actos: en el taburete del piano, en las tablas del salón, en las paredes… Hall y Parussini, al saber que no iban a ser fusilados y que su Consulado argentino en Barcelona los embarcaría para Italia, pidieron a los compañeros un recuerdo último para la Congregación. Se lo querían llevar al Padre General en Roma. Tomaron un pañuelo del padre Sierra, recién fusilado, y les pidieron se lo pasaran todos por la frente y le estamparan un beso. Además, en un papel envol­torio del chocolate que les traía el Hermano Vall para el desayuno, hicieron caber todas las firmas que rubricaban un ideal. Escrito por el anverso y el reverso, le dan con él a la Congregación Claretiana el último adiós. Lo encabeza y lo cierra el seminarista Faustino Pérez (Jerónimo Salas).

Los padres Superiores fueron fusilados el 2 de agosto, el resto los días 12, 13, 15 y 18 de agosto de 1936. Junto a los Superiores, fue martirizado Ceferino Giménez «el Pelé» (Mauro Muñiz), gitano de misa y comunión diaria que a pesar de la insistencia de su hija Pepita (Bárbara Rodríguez) no abandonó su rosario y da testimonio de su fe con su vida. Además, el obispo Florentino Asensio (Gabriel Latorre) preso en su propio palacio desde el 19 de Julio, trasladado al colegio de los Escolapios el día 23, torturado y asesinado el día 9 de agosto, entre las personas que participaron en la tortura se encontraba Mariano Abad (Juan Alberto López) y el peón Alfonso Gaya (Daniel Blasco).

Los Mártires de Barbastro fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el 25 de Octubre de 1992.

12 comentarios

Francisco Javier
¿Cuál es el nombre de la Película?
1/04/13 12:01 AM
Mario
Un Dios Prohibido
1/04/13 12:05 AM
hidaspes
¿Será posible que por fin se haya obrado el milagro de una película de la Guerra Civil desprovista de la clásica propaganda frentepopulista?

¡Ya era hora!
1/04/13 12:59 AM
eulireco
Tengo ganas de ver esa película.
1/04/13 1:07 AM
Miguel
Ojo que me enteré que "Cristiada" esta prohibida en España por ser antimasonica o por lo menos hacerlos quedar mal en la masacre de cristianos en mexico. Y nbo seria rarol que esta pelicula tambien la prohiban en los paises de habla hispana.
1/04/13 4:13 AM
Juan
Me pregunto que pensará el argentino Perez Esquivel de tal película.
1/04/13 4:53 AM
Antonio A. Badilla
¿Y cuándo vamos a poder ver esta película en los Estados Unidos? Ya vi la de Pío XII y la de Pascalina Lehnert, pero me gustaría ver "Un Dios Prohibido."
1/04/13 6:30 AM
kirkayu
En Aragón sabemos mucho de lo ocurrido; ahora bien, hubo muchos aragoneses de la mitad Este que sufrió la invasión de milicianos procedentes de Barcelona, que protegieron al cura del pueblo de esos asesinos, estando desarmados. Si la gente de bien hubiera tenido armas, se hubiera podido evitar al menos durante un tiempo, el atropello de vidas y haciendas que hubo en Aragón en 1936; pues no eran un ejército, se parecían más a bandidos, de hecho la mayor parte de las bajas que tuvieron, fue por enfermedades venéreas.
Tener armas es una necesidad para el pueblo, pues ni fuerzas de seguridad ni ejército te pueden defender en el acto, de una ocasional agresión de grupos violentos. Lo mismo vale para el tema terrorista; que aún está por demostrar que el estado de derecho, pueda acabar con un fenómeno terrorista. Ya veríamos sí esos matones que aterrorizan Vascongadas, serían tan "valientes" si los ciudadanos estuvieran armados. Y soy muy consciente de los problemas que pueden dar las armas, pero aun así. Y ojo, no volvamos a repetir la historia, que ya sería.........
1/04/13 7:51 AM
Antonio MR
Sobre esto, recomiendo ver el Documental "La Cruz, el Perdon y la Gloria" http://pensamientodisidente.blogspot.com.es/2012/12/la-cruz-el-perdon-y-la-gloria.html
1/04/13 9:10 AM
Eduardo Martínez
¡Por fin podré reconciliarme con el Cine Español! Creo que el año pasado fue el primero en el que no se hizo una película de la Guerra Civil. A ver si este año podemos ver una en el que el punto de vista de aquella guerra sea otro. Aunque solo fuera por variar ya sería interesante. Por supuesto, es interesante no por la variación, sino por el testimonio de unas personas que fueron vilmente asesinadas, porque tenían una Fe que no les interesaba a los del "Régimen Democrático Legalmente Constituido"
1/04/13 9:31 AM
Horacio Castro
¡Que acertado kirkayu! Todos los déspotas quieren pueblos desarmados. En cuanto a los problemas, los ineptos y delincuentes son fáciles de individualizar.
1/04/13 6:12 PM
rosa maria garcia martinez
Mi abuela nació en Zaragoza pero su familia era Barbastro y de Monzón (Huesca), y siempre nos ha contado la barbarie ocurrida, que te ponía los pelos de punta. Ya era hora que el cine español hiciera una película desde el bando de los nacionales y no lo contrario que parecen que son unos santos (LOS DE IZQUIERDAS).Mi hijo estudia en los Claretianos y no nos perderemos la película.
19/06/13 12:58 PM

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