Debido a los cambios en el modelo de convivencia

Psiquiatras advierten del incremento en España de los trastornos psicosociales en niños

El presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), José Luis Bonal, así como el pediatra Jesús García Pérez, han alertado del incremento de las consultas de pediatría en atención primaria. Atribuyen este fenómeno de «problemas psicosociales cada vez más frecuentes del niño», a los «problemas de desestructuración en el seno de la familia y a los cambios en el modelo de convivencia».

(EP) En rueda de prensa en Sevilla, estos especialistas se han referido así a uno de las principales 'sociopatías' que se abordarán en el XXVI Congreso de la SEPEAP y que, según han explicado, se han visto ahora «agravadas» como consecuencia de la crisis económica «y su repercusión en los entornos laboral y familiar».

Así, García Pérez ha aludido a un nuevo fenómeno que los especialistas ya conocen como 'padres horizontales', «y que no es más que el hecho de que las largas jornadas laborales de los padres, impiden ver a sus hijos prácticamente casi todo el día, porque cuando se levantan para trabajar el niño está aún durmiendo y cuando vuelve tarde del trabajo ya está acostado el pequeño».

Este problema de imposibilidad de conciliar vida laboral y familiar, ha continuado este especialista, está provocando cuadros clínicos de distrofia social, «que se manifiesta en nuestra consultas con niños que presentan angustia, miedo, cambio de carácter, agresividad, inatención, hiperactividad, impulsividad, etcétera».

Problemas familiares que generan problemas clínicos

Del mismo modo, ha lamentado que los problemas laborales y su retroalimentación con los problemas entre la pareja «provocan en el niño también manifestaciones puramente clínicas, como dolores erráticos, incontinencia de esfínteres o cefaleas, que en un primer vistazo no se sabría a que vienen motivados si no se atiende durante más tiempo al niño y a los propios padres para saber que detrás del problema clínico del niño existe una carencia psicosocial», ha proseguido García Pérez.

En este punto, Bonal ha pedido un uso racional de las consultas por parte de los padres de lo que los especialistas denominan 'el niño sano', «que es aquel en el que los padres van continuamente a pesarlo, cuando tienen unas décimas de fiebre o sienten que no les has dado el tratamiento que ellos consideran el oportuno».

Si se hacen un uso responsable de las consultas y de los servicios de urgencias, podremos atender mejor y con más tiempos a aquellos niños que verdaderamente vienen con más problemas de salud y psicosociales, pero que suelen ir menos a la consulta por las mismas carencias de la familia.

Sea como fuere, han resaltado que el incremento de las consultas por trastornos de la conducta del menor está creciendo, «como lo demuestra el que en España cerca de un 7 por ciento de niños sufre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), un 15% muestra trastorno negativista desafiante (TND) antes de los 16 años y entre un 4 y 14,5 por ciento presenta trastornos disociales antes de la mayoría de edad».

Educación deficiente

Para García Pérez, las causas de estos trastornos están en última instancia en una «educación deficiente». Los padres, ha sostenido, «deben procurar que el niño asuma poco a poco sus responsabilidades, estableciendo normas y límites y saber decir 'no' en determinados momentos».

Con todo, los pediatras puntualizan que hay que saber diferenciar entre las características de conducta que forman parte del desarrollo normal y aquellas que indican que el niño pueda tener un trastorno de conducta. «El diagnostico ha de ser meticuloso y riguroso, evitando diagnosticar al niño de algo que no tiene o dejarle sin tratamiento, lo que puede suponer un grave perjuicio para su evolución», ha afirmado García Pérez.

Así, y a modo de ejemplo, ha explicado que a los 2 años «lo normal es que los niños tengan rabietas, no obedezcan y se muestren intolerantes a los cambios. Morder, dar patadas, romper objetos es propio de niños de entre 4 y 8 años», ha agregado. En este sentido, ha incidido en que el pediatra debe conocer los factores de riesgo y los síntomas para poder hacer un diagnostico precoz.

El niño en el proceso de separación de sus padres

En 2010, casi la mitad de las 100.000 parejas que tramitaron su divorcio en España, tenían hijos. «Esta situación produce un alto impacto emocional en los hijos», ha ahondado García Pérez como otro de los problemas que sufre el niño, por lo que ha considerado imprescindible «que los padres comuniquen a sus hijos la decisión sin rodeos, sin ocultar la realidad y, sobre todo, sin ningún tipo de versión subjetiva».

Según ha detallado, los efectos del divorcio varían dependiendo de la edad del niño. «Los más pequeños pueden sufrir trastornos del sueño, inhibición en el juego o miedo al abandono, mientras que entre los 5 y 9 años es frecuente que el niño muestre signos de tristeza por la falta del padre/madre que deja la casa y un bajo rendimiento escolar».

Aunque el tratamiento farmacológico y psicopedagógico deben ser la primera opción terapéutica, los expertos señalan que la implicación de la propia familia es fundamental para conseguir resultados satisfactorios.

Por su parte, el presidente del Comité Organizador de este XXVI Congreso Nacional de la SEPEAP, Cristóbal Coronel, ha destacado la presencia de más de 800 expertos en pediatría, con 90 ponentes.

5 comentarios

María
Pues todo es muy lógico, primero los niños tienen que aguantar que sus padres se lleven mal y que se separen,el segundo paso es uno juicio tormentoso en la mayoría de los casos, el tercer paso es andar con una maleta los fines de semana o quince días a otra casa, si la custodia es compartida, pues no lo sé, pero cada día en una casa,(o sea que el niño no tiene una casa fija), y cuarto caso es soportar las continuas parejas de sus queridos papis y mamis, que como están en su derecho tienen que rehacer su vida.Y además para puntulla contar con las futuras rupturas que tendrán sus papis y sus mamis con los sucesivos compañeros, algunas también traumáticas.
6/10/12 9:33 AM
Yolanda
¿SÓLO un 7 por ciento de niños sufre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)?

En mi instituto es una plaga. Los hay con H y sin H. Es decir, TDA y TDAH.

Si no fuera tristísimo, nos estaríamos riendo todo el día del TDA con H y sin H, porque ahora parece que los niños "raros" son los que no nos llegan ya diagnosticados de TDA/H o están en ello. Ah: ¡y medicados! Que es como para pensarse que en vez de tratar, o no sólo, cada caso individual con pastillitas (ay, ay, ay el día que se olvidan de la medicación, en su clase hay un cataclismo) habría, de una vez por todas, que afrontar el fenómeno social que es, como tal fenómeno social: indagar las causas y empezar por ahí.

Ah, pero eso debe de dar cierto miedo, no vaya a ser que los padres tengan que hacer algo más que medicar a los niños.

María, ay, esas frases que mencionas "están en su derecho" y "rehacer la vida"... Cuántas vidas rotas, rotas, rotas, rotísimas, de niños sin culpa, por esos "derechos". ¿Y van a arreglarlo con pastillas?

Cuántos padres creen que el compromiso matrimonial no es de por vida ¡y el que se adquiere con un hijo tampoco! Reharán sus vidas mil veces y la acabarán sin haberla conseguido rehacer nunca. Porque, una vez que se es padre o madre, ese compromiso es tan fuerte y radical, y para siempre, que si sólo se viviera para hacerlo efectivo, no habría que ir rehaciendo tanto la vida cada dos o tres años.
6/10/12 12:03 PM
P
Ante los transtornos psicosociales, todos los políticos legisladores miran para otro lado, lo importante es el "bienestar de sus papás", los hijos, que son lo más débiles y bien a proteger, no cuentan ¿Será por que no tienen voto?. Señor, no abandones a tus niños.
6/10/12 1:02 PM
Andy
Yo tengo una duda y espero que alguien me pueda resolver. Tengo una niña de 9 años diagnosticada con deficit de atención, sin hiperactividad, pero si con impulsividad. Esto ultimo, es una caracteristica de los niños TDAH, la impulsividad, el bajo manejo de emociones, o poca inteligencia emocional, como quieran llamarle. No se sabe expresar cuando tiene un problema, y cuando explota en alguna emoción no se sabe controlar. Es por eso que a muchos los medican, a mi hija aun no la medico.
Mi pregunta viene ahora.... esa falta de dominio propio?? dice Galatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Templanza!!... Paciencia!!... será entonces que a estos niños algo les pasa espiritualmente hablando?? Por favor que alguien me explique desde el punto de vista espiritual, como ven este nuevo "trastorno"
27/11/14 4:18 AM
Luis Fernando
Andy, salvo yo, que modero los comentarios es casi imposible que nadie lea algo escrito en una noticia publicaada hace más de dos años.

Y la verdad es que poco te puedo responder. Si acaso, indicarte que lo de tu hija puede que se vaya solucionando según se haga mayor. Y que es fundamental que la eduques en la fe para que aprenda a acudir a Dios y a rogarle que le ayude a no caer en esos momentos de "explosión" de emotividad.
27/11/14 8:28 AM

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