Intervención de Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOir.org

Queridos amigos que estáis hoy en Madrid;

Amigos, también los que estáis viéndonos por Internet y formáis parte de esta imparable causa universal por el derecho a la vida;

Gracias, muchas gracias, por estar hoy aquí, proclamando la dignidad de la vida humana, hermanados con las otras ciudades de España, y con las capitales europeas y de Iberoamérica que, un año más, nos unimos en esta V Marcha por la Vida para exigir a nuestros gobernantes unas leyes justas que respeten la integridad de la vida humana concebida.

Cada día, en España, hay 300 vidas humanas víctimas del aborto que nos recuerdan la promesa de Mariano Rajoy de tutelar su derecho fundamental a la vida.

Cada día, en España, 300 niños padecen una muerte violenta y cruel, y nos preguntan en silencio cuándo va a dar la cara Mariano Rajoy Brey.

De no haber sido por las marchas ciudadanas de los últimos años, de no haber sido por todos vosotros, por vuestra tenacidad y vuestra convicción de estar haciendo lo correcto, el aborto y su próspera industria habrían ganado la partida definitivamente.

Los ciudadanos pusimos el derecho a la vida en el centro de un programa electoral, para que tuviera el valor de un contrato con la sociedad.

Los ciudadanos hemos impedido que ese desastre humanitario se olvide.

Hemos conseguido que el aborto siga siendo una cuestión pendiente de nuestra democracia.

Y si no dejamos de movilizarnos, si en las próximas semanas, en los próximos meses aumentamos la presión sobre el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conseguiremos que se deroguen las leyes injustas que lo amparan.

Mariano Rajoy debe de entender que si no protege la vida del concebido, que si decide no cumplir, con alevosía, el compromiso formal que asumió con sus votantes, nos va a tener en frente, haciendo campaña para que no se le vote...

Mariano Rajoy debe de entender que si no aprueba una ley que avance en la protección de la vida del concebido y la maternidad, nunca más va a ganar unas elecciones.

Queridos amigos:

Gracias por ser, una vez más, la voz de los olvidados.

No dejéis de caminar y de recordar.

No dejéis de perseguir una sociedad más justa.

Una sociedad que no deje atrás a los más vulnerables... Que no se base en la cultura del descarte.

Una sociedad que no descarte a los más débiles, a los enfermos, a los discapacitados, a las mujeres embarazadas, que necesitan apoyo para continuar con su embarazo imprevisto.

Una sociedad sin aborto.